Pintura propia
Joni Mitchell se reivindica desde sus canciones y su voz, con la mejor afinaci¨®n folk, la complejidad compositiva y aciertos mel¨®dicos
Hace unos d¨ªas salt¨® la noticia de que la cantante y compositora Joni Mitchell hab¨ªa sido ingresada tras ser encontrada inconsciente en su casa de Los ?ngeles. Y en vista del apaciguamiento medi¨¢tico habr¨¢ que darle la raz¨®n a los que llevan d¨¦cadas quej¨¢ndose de que Mitchell padece un agravio comparativo frente a figuras resplandecientes masculinas de su generaci¨®n como Neil Young o Bob Dylan. Pero ella misma fren¨® los gritos de afrenta, no reconoci¨¦ndose feminista ahora que ese estandarte lo levanta Beyonc¨¦. Pese al esc¨¢ndalo de sus fanes, Joni Mitchell se reivindica desde sus canciones y su voz, con la mejor afinaci¨®n folk, la complejidad compositiva y aciertos mel¨®dicos que han creado una escuela que prosigui¨® Rickie Lee Jones y ahora podr¨ªan encarnar Regina Spektor y algunas superdotadas vocales con gusto.
Para muchos, canciones como The Circle Game, River o la maravillosa balada que dedic¨® a su ruptura con Leonard Cohen, A Case Of You, justifican una carrera, pese a que no ha entregado disco nuevo desde hace ocho a?os. Joni Mitchell tiene ahora 71 y padeci¨® de ni?a la polio. No se conform¨® con la voz de caricia de Joan Baez, sino que, adem¨¢s de ser la ¨²nica chica en la m¨²sica de machos de la maravillosa El ¨²ltimo vals, ha sido ind¨®mita cuando otros tienden a levantar el pie del pedal de la exigencia creativa logrado el ¨¦xito. Roberta Juana, que es su nombre original, es una canadiense californiana, pero a su ¨¢lbum Blue le salen m¨¢s admiradores cada d¨¦cada que pasa. Su deriva hacia el jazz la convirti¨® en un producto dif¨ªcil de empaquetar y poco a poco fueron conden¨¢ndola hacia un rinc¨®n de prestigio algo datado, un cl¨¢sico en vida, categor¨ªa en la que se permiten pocas alegr¨ªas salvo las de las necrol¨®gicas.
Hay que reconocer a Dylan y Neil Young la capacidad para hacerse visibles cada temporada, y si el primero ha sacado ahora un disco de repertorio cl¨¢sico, liberado de lo que pudiera decir de ¨¦l Frank Sinatra, el segundo salta de grabaciones rasposas a un disco con orquesta y coros que contiene preciosas canciones de amor adolescente nacidas al calor de su nueva relaci¨®n con Daryl Hannah. Pero la rubia Mitchell pinta con su voz un cuadro propio.
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