'Mad Men': por d¨®nde ¨ªbamos y a d¨®nde vamos
Se nos acaba Mad Men. Ya est¨¢ aqu¨ª el principio del fin. Ahora de verdad. Sin red. Siete cap¨ªtulos y no habr¨¢ nada m¨¢s. Solo la posibilidad de volver a verlos una y otra vez. Antes de que nos demos a la bebida todos juntos para acompa?ar a Don en el que ser¨¢ su ¨²ltimo salto al vac¨ªo, como ese de los t¨ªtulos de cr¨¦dito, hoy hacemos memoria para recordar por d¨®nde ¨ªbamos y jugamos a intentara adivinar hacia d¨®nde nos llevar¨¢n estas siete p¨ªldoras de emoci¨®n y grandeza televisiva (esperemos) que quedan por delante. ?Preparados para despedir Mad Men ? Nosotros no, pero no nos queda m¨¢s remedio.
- ?Por d¨®nde ¨ªbamos? (spoilers de lo visto hasta ahora)
En Mad Men, es menos importante qu¨¦ ocurre que c¨®mo ocurre. En eso ya estamos todos de acuerdo. No vemos la serie esperando grandes giros de los acontecimientos ni sorpresas repentinas (que las hay). Mad Men es para degustar lentamente, sin prisa. Incluso mejor en solitario. Como har¨ªan Don y Peggy, dos de los personajes m¨¢s tristes y solos de la televisi¨®n. As¨ª fue como les dejamos al final de la primera mitad de la ¨²ltima temporada, con los protagonistas siguiendo por sus televisores la llegada del hombre a la Luna y consternados tras la muerte de Cooper (su surrealista y musical despedida fue la ¨²ltima escena de lo que llevamos de serie).
Don hab¨ªa regresado a su antigua oficina tras haber aceptado las condiciones que le pusieron, condiciones que, precisamente, Jim Cutler quer¨ªa usar para echarle. Ante tal situaci¨®n, y con la repentina muerte de Bert Cooper que deja a Sterling y Draper en minor¨ªa, Roger busca una salida haciendo que compren la agencia, ¨¦l se convierte en presidente de Sterling Cooper y Don y Ted siguen dentro de la compa?¨ªa.
Don no solo ten¨ªa problemas en el trabajo. Su relaci¨®n con Megan, con ella en Los ?ngeles y ¨¦l en Nueva York, no iba a ninguna parte. Y as¨ª se lo termina haciendo ver ella en la ¨²ltima conversaci¨®n telef¨®nica que mantienen.
Peggy sigue manteni¨¦ndose en un mundo de hombres, haci¨¦ndose valer por ella misma, pero con la ayuda de Don, con el que en la recta final de aquella primera mitad compart¨ªa confidencias y baile al ritmo de My Way (una de las secuencias m¨¢s tiernas y memorables de toda la serie). "Ya he cumplido 30. Ahora soy una de esas mujeres que mienten sobre su edad". El recorrido de Peggy es uno de los m¨¢s interesantes de todos los personajes y representa el poder de las mujeres en ese mundo. Don sin sus mujeres no es nada. Peggy, sin los hombres, s¨ª lo es. Ya demostr¨® que pod¨ªa volar fuera del ala de Don.
?Y el resto de personajes? Joan sigue siendo madre soltera tras declinar la oferta de matrimonio (de conveniencia) de Bob Benson. Betty sigue siendo... Betty. La esposa perfecta, el ama de casa perfecta, la mujer perfecta... en los sesenta. Dice que para ella Don ya es solo un mal recuerdo. Seguro que se volver¨¢n a encontrar en lo que queda de serie. La hija de ambos, Sally, sigue con su postura c¨ªnica y superior al resto de los humanos, una adolescente que a¨²na lo peor de sus progenitores y hace uso de ello siempre que quiere y puede. Pete Campbell sigue (y seguir¨¢, seguro) representando todo lo peor de aquellos hombres de la avenida Madison en los a?os sesenta/setenta. Pete es odiable, y por eso es imprescindible.
- ?A d¨®nde vamos?
?Qui¨¦n sabe c¨®mo acabar¨¢ todo esto? Matthew Weiner dijo hace tiempo cu¨¢l se supon¨ªa que iba a ser el final. Pero aquello fue hace cuatro a?os. Nadie asegura que fuera la versi¨®n definitiva (o buena) del final que ten¨ªa en mente. Y m¨¢s si tenemos en cuenta la obsesi¨®n que el creador de Mad Men tiene con los spoilers. Tanta que, como recog¨ªa Roc¨ªo Ayuso en un reportaje publicado ayer, hab¨ªa dado un texto falso a los actores en la lectura del ¨²ltimo guion, y solo en privado en su oficina les dijo cu¨¢l era la versi¨®n buena del final. Toda precauci¨®n es poca.
?Morir¨¢ Don Draper al tirarse de lo alto de un rascacielos, como en la imagen de los cr¨¦ditos de apertura? Demasiado obvio. ?Apostar¨¢ Weiner por un final abierto, con un fundido a negro sin m¨¢s? ?O lo har¨¢ por dejar atado y bien atado todo el futuro de los personajes, mostrando su situaci¨®n a?os despu¨¦s? ?Se sacar¨¢ de la manga otra opci¨®n diferente para dar el final que se merece a una de las mejores series de esta era dorada de la televisi¨®n?
Otra pregunta m¨¢s. ?Realmente importa c¨®mo acabar¨¢ Mad Men? Si algo saben ya los seguidores de esta serie, los que han llegado hasta la s¨¦ptima temporada (somos conscientes de que mucha gente se ha quedado por el camino), es que lo importante es el trayecto. El final solo nos servir¨¢ para llorar todos juntos, a modo de catarsis. Ah¨ª es a donde se dirige Mad Men. Es dif¨ªcil que alguien como Don Draper pueda tener una posibilidad para redimirse. ?Don Juan Tenorio arrepiti¨¦ndose de sus pecados en el ¨²ltimo suspiro en una serie de televisi¨®n de hoy en d¨ªa? Complicado. Don no ha cambiado en siete temporadas y no lo va a hacer en siete cap¨ªtulos. Tampoco queremos que lo haga. Para Walter White no pod¨ªa haber salvaci¨®n. Tampoco para Don. ?Cu¨¢l ser¨¢ su condena? ?El purgatorio eterno? Quiz¨¢. Veremos.
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