Francisco Ib¨¢?ez: ¡°La realidad le hace competencia al mundo de Mortadelo¡±
El dibujante publica 'El tesorero', la aventura de sus agentes contra B¨¢rcenas
El Ministro del Peculio llega a la sede del Partido Papilar. El representante del Gobierno quiere disponer de "unos milloncejos de nada" para "gastillos". Pero en la c¨¢mara acorazada solo hay telara?as. El Tesorero ha huido con todo el dinero a las "Seis Elles, Suiza o Valdepirula del Arzobispo". Es una misi¨®n para los?T¨¦cnicos de Investigaci¨®n Aeroterr¨¢quea, m¨¢s conocida como la TIA, y para sus mejores agentes, Mortadelo y Filem¨®n. El objetivo: pillar al administrador?canoso y con el dedo coraz¨®n siempre erguido?inspirado en el muy real?extesorero del PP?Luis B¨¢rcenas. As¨ª arranca El Tesorero, la aventura con la que Francisco Ib¨¢?ez?vuelve a satirizar la actualidad espa?ola en formato tebeo:?¡°La realidad le hace la competencia a Mortadelo. La gente se r¨ªe m¨¢s con los pol¨ªticos que con lo que digo yo".
"No es un libro de cr¨ªtica social y pol¨ªtica, ni este individuo es el protagonista. El personaje es solo la excusa para que se desarrollen mil y un situaciones c¨®micas", ha puntualizado?Francisco Ib¨¢?ez (Barcelona, 1936)?en la presentaci¨®n de su ¨¢lbum n¨²mero 200. La reconocible caricatura de B¨¢rcenas es, aun as¨ª, ¨¦xito asegurado. Un d¨ªa antes de su publicaci¨®n, el mi¨¦rcoles 8 de abril, el c¨®mic ?va por su segunda edici¨®n, con 50.000 ejemplares preparados para colocar en las estanter¨ªas. "Los periodistas me dan ideas y de forma inconsciente va saliendo el resto".?
Entre vi?eta y vi?eta se cuelan el presidente Mamerto Rojoy, que explica por televisi¨®n la recuperaci¨®n de "Spain"; el diminuto y calvo Ministro del Peculio; Demetria Coscorral amenazando con denunciar "en diferido", y Rubacalva. "El peligro de utilizar a personajes reales es que pueden desaparecer cuando se publica". ?Hace a?os tuvo que cambiar un tomo cuando su protagonista, un pol¨ªtico corpulento, muri¨®. "Cambi¨¦ todas las caras". En otra ocasi¨®n, se cur¨® en salud poniendo un pie en la vi?eta de un l¨ªder de la Uni¨®n Sovi¨¦tica: "El autor declina responsabilidad si el personaje ha muerto". Y, aunque la mayor¨ªa de pol¨ªtico han guardado silencio sobre sus caricaturas, Ib¨¢?ez descubre a Felipe Gonz¨¢lez y los reyes entre sus fans.
La caricatura de B¨¢rcenas, sin embargo, naci¨® de la idea m¨¢s nimia: el dedo inflado de un alien¨ªgena televisivo, que acab¨® evolucionando en el impert¨¦rrito dedo coraz¨®n. Y de eso a la peineta que ya en la portada saca un ojo de la cara a Mortadelo, solo hab¨ªa un paso. "Es todo casualidad". Ib¨¢?ez niega cualquier parecido con la realidad: "Solo pretendo que el lector coja un libro y se r¨ªa, y lo debo hacer bastante bien. Cada vez que me pongo a firmar libros, quiero salir huyendo de la gente que hay".
Pero 56 a?os y 29 millones de ejemplares vendidos despu¨¦s, la historia de la TIA es un reflejo tambi¨¦n la historia de Espa?a. Empez¨® ri¨¦ndose de las Olimpiadas y los Mundiales y poco a poco los l¨ªmites entre realidad y ficci¨®n se fueron diluyendo. "Era el modo de salir de las historias reiterativas de una p¨¢gina". Una evoluci¨®n que en los ¨²ltimos a?os, con la llegada de la crisis se ha hecho todav¨ªa m¨¢s visible. Entre golpes, persecuciones y disfraces,los agentes han luchado contra el carn¨¦ por puntos, el botell¨®n, el euro, ?Tijeretazo!,?los desahucios, el tren de alta velocidad UVA o el ordenador que Ib¨¢?ez decidi¨® dejar guardado en un armario. El pr¨®ximo reto del d¨²o: la bajada salarial. En Sueldecitos m¨¢s bien bajitos, la TIA amenaza con bajar su salario a los ocho euros por semana. As¨ª, Mortadelo y Filem¨®n tendr¨¢n que buscarse las casta?as en trabajos paralelos.
Aunque Ib¨¢?ez no necesita m¨¢s trabajo. El dibujante, de 79 a?os, a?ora el d¨ªa en el que pueda encontrarse con Mortadelo solo cuando se lo pidan sus nietos antes de dormir. De momento, los "gerifaltes" no le dejan jubilarse. Un retiro como miembro de la Academia de la Lengua, podr¨ªa ser lo justo. "No quiero estar en ninguna academia, yo siempre estoy aprendiendo. All¨ª el m¨¢s risue?o es como la Momia de Lenin".
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