El Gobierno apuesta por El Prado
Presidencia insiste en que la pinacoteca es ¡°el lugar id¨®neo para las obras¡±
Las declaraciones efectuadas el lunes a EL PA?S por Jos¨¦ Rodr¨ªguez-Espiteri, presidente de Patrimonio Nacional, en las que reclamaba de nuevo varias obras maestras del Prado para el futuro Museo de Colecciones Reales han reabierto una caja de los truenos que parec¨ªa cerrada. El Descendimiento, de Rogier van der Weyden; El lavatorio, de Tintoretto, y El jard¨ªn de las delicias y La mesa de los siete pecados capitales, ambas de El Bosco, son las pinturas del Prado cuya salida exige Rodr¨ªguez-Espiteri.
Las cuatro pinturas son propiedad de Patrimonio Nacional. Sin embargo, y en virtud de un decreto del a?o 1943 renovado regularmente desde entonces, reposan en las salas del Prado en condici¨®n de dep¨®sitos permanentes. Ayer, y a requerimiento de este diario, diversas voces del mundo de las artes reflexionaron en torno a esta controversia.
Los propios responsables del Museo del Prado reaccionaron ayer a las palabras del presidente de Patrimonio Nacional a trav¨¦s de la siguiente nota:
¡°1- Las pinturas aludidas en la informaci¨®n publicada se depositaron por el Gobierno de la Rep¨²blica en el Museo del Prado, procedentes del Monasterio del Escorial, en los a?os 1932 y 1936. Este dep¨®sito fue respetado por Decreto de la Jefatura del Estado en 1943.
2- Las pinturas son de dominio p¨²blico y no de propiedad privada, conceptos antit¨¦ticos; es decir, pertenecen a todos los espa?oles. Forman ya parte esencial de la identidad del Museo del Prado y se muestran, adem¨¢s, en el contexto hist¨®rico-art¨ªstico m¨¢s adecuado para su valoraci¨®n especializada y estimaci¨®n ciudadana. As¨ª lo ha entendido el Gobierno, que a lo largo de este proceso ha ofrecido al museo con reiteraci¨®n las m¨¢s amplias garant¨ªas sobre el mantenimiento permanente de las pinturas en su sede.
3- El Museo del Prado desea hacer constar que en ning¨²n momento ha dejado de respetar la legalidad ni ha mostrado inter¨¦s en alimentar una pol¨¦mica p¨²blica con otra instituci¨®n del Estado, y solo le queda agradecer las inequ¨ªvocas manifestaciones realizadas por la Vicepresidenta del Gobierno, el Ministro de Educaci¨®n, Cultura y Deporte y el Secretario de Estado de Cultura¡±.
Por su parte, un alto cargo del Ministerio de la Presidencia ¡ªdel que depende directamente Patrimonio Nacional¡ª dijo a EL PA?S: ¡°La titularidad de las pinturas corresponde a Patrimonio... pero el ¨²nico lugar id¨®neo para la contemplaci¨®n p¨²blica de esas obras maestras es el Museo del Prado¡±, informa Javier Casqueiro. Ya en el verano, y a preguntas de este diario, la vicepresidente del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, declar¨® que las obras ¡°no saldr¨ªan del Prado¡±. El Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte no quiso realizar ayer ninguna manifestaci¨®n al respecto.
Antonio L¨®pez (artista). ¡°Si la propiedad es de Patrimonio, me parece justo que puedan contar con las cuatro obras que reclaman. No pasa nada porque los visitantes tengamos que ir a los dos museos para verlas. El Prado tiene tanto peso y tantos tesoros que seguir¨¢ siendo igual de importante aunque de vez en cuando no disponga de esas obras. Es un dep¨®sito y cuando los verdaderos propietarios reclaman lo suyo, no valen los litigios. Y esto es as¨ª, lo diga Agamen¨®n o su porquero¡±.
Rafael Canogar (artista). ¡°Entiendo la reclamaci¨®n de Patrimonio y la soluci¨®n que apunta es aceptable. Las cuatro obras pueden seguir en el Prado y, de vez en cuando, exponerse en el nuevo Museo de las Colecciones Reales. Es habitual que obras esenciales formen parte de pr¨¦stamos internacionales durante un mes o m¨¢s y nadie protesta por eso¡±.
Josep Serra (Director del Museo Nacional de Arte de Catalu?a, MNAC). ¡°Creo que el debate sobre la titularidad de las cosas le da un poco igual a la gente. Lo importante es el uso que se le d¨¦ a esas obras y que ¨¦stas se puedan contemplar de la mejor manera posible. En este sentido, no tengo ninguna duda de que las cuatro obras deben permanecer en El Prado. El Museo del Prado es m¨¢s que un museo nacional, es patrimonio universal porque no solo es importante para Madrid, si no para todo el mundo¡±.
Fernando de Ter¨¢n (director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando). ¡°Desvincular las cuatro obras maestras de Van der Weyden, El Bosco y Tintoretto de los Patinir, Mantegna, Tiziano o Rubens del Prado actuar¨ªa en detrimento de la experiencia perceptiva y cognitiva de las propias obras. El n¨²cleo fundacional del Prado son las colecciones reales, por tanto, no tiene l¨®gica que cuatro obras de esas mismas colecciones sean desubicadas del resto. Ning¨²n historiador del arte, ni nacional ni internacional, puede avalar la salida del Prado de esas obras¡±.
Daniel G. And¨²jar (artista). ¡°Los fondos de Patrimonio Nacional deben estar al servicio de los museos y no al rev¨¦s. Entre el Prado y el Reina Sof¨ªa est¨¢ perfectamente definido lo que debe ser un proyecto museogr¨¢fico. Ser¨ªa absurdo alterar ese orden y m¨¢s si se trata de crear un nuevo museo en Madrid. El centro peninsular concentra tal cantidad de infraestructuras culturales que empieza a ser escandaloso¡±.
Elena Hernando (directora de la Fundaci¨®n L¨¢zaro Galdiano). ¡°Es un tema suficientemente complicado como para opinar si no se tiene un conocimiento profundo. Me falta informaci¨®n¡±.
Secundino Hern¨¢ndez (artista). ¡°?Tiene sentido desmembrar una colecci¨®n para hacer otra o hacer un museo nuevo que entre en competencia con otro ya consolidado? ?Hay que privar al p¨²blico del disfrute de obras que ya conviven con otras y cambiarlas de contexto? ?Con qu¨¦ fin?¡±.
F¨¦lix de Az¨²a (escritor y ensayista). ¡°En cuestiones culturales con frecuencia se confunde el inter¨¦s econ¨®mico con el propiamente cultural. En esta disputa, lo que en realidad debe decidirse es si hay lugar para un nuevo museo madrile?o de tipo cl¨¢sico, con su presupuesto, sus puestos funcionariales, sus necesidades publicitarias, etc¨¦tera. En los pa¨ªses europeos suelen unirse esfuerzos ya que los museos en general son instituciones de casi imposible financiaci¨®n. La cuesti¨®n no es a qu¨¦ tiene derecho este museo o aquel otro, sino si hay voluntad pol¨ªtica y presupuestaria para hacer un Prado bis. Sobre todo si es a costa de otros museos. No se trata de un asunto judicial, sino pol¨ªtico y econ¨®mico¡±.
Alberto Coraz¨®n (artista y acad¨¦mico de Bellas Artes). ¡°Un nuevo museo no puede plantearse como un contenedor de obras de arte. Debe responder a un programa museogr¨¢fico riguroso y expl¨ªcito, y eso es lo primero que ha de proponer el de Colecciones Reales, antes que desproveer al Prado de obras consolidadas en su identidad hist¨®rica y cient¨ªfica¡±.
Babelia
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