Letizia y el obrero azul
??igo Ram¨ªrez de Haro liga la Espa?a de Fernando VII con la actual en una s¨¢tira pol¨ªticomusical
El absolutismo borb¨®nico como ra¨ªz de los males de Espa?a, y el liberalismo como fuente de bondades, sin que se nos explique en qu¨¦ consisten estas. En su farsa pol¨ªtica Tr¨¢gala, tr¨¢gala¡, I?igo Ram¨ªrez de Haro le pega un repaso a la figura y al tiempo de Fernando VII, y establece paralelismos entre el pasado y la actualidad. Es el propio rey fel¨®n, resucitado, qui¨¦n le cuenta las vicisitudes de su reinado a un psicoanalista, siguiendo un procedimiento dramat¨²rgico de raigambre boadelliana, acentuada por el parecido entre el tratamiento par¨®dico que el autor dispensa al personaje y el que el director cesante de Els Joglars y Ramon Fontser¨¨ le dispensaron en su d¨ªa a Pujol y a otros protagonistas de sus espect¨¢culos m¨¢s recientes.
Tr¨¢gala, tr¨¢gala¡
Autor: ??igo Ram¨ªrez de Haro. Int¨¦rpretes: Fernando Albizu, Joshean Maule¨®n, Manuel Maestro¡ Director: Juan Ramos Toro. Teatro Espa?ol. Hasta el 19 de abril.
La funci¨®n entretiene, divierte y simplifica, esto ¨²ltimo en exceso. Ni la Constituci¨®n de 1812 fue el s¨¦ptimo cielo, ni los labradores y pastores, que se sumaron a las filas carlistas junto con el bajo clero y parte de la baja nobleza, carec¨ªan de razones para oponerse a los liberales, pues frente a la centralizaci¨®n del poder que propon¨ªa la constituci¨®n gaditana, derogadora de fueros y ninguneadora del concejo abierto, el ¡®cuarto estado¡¯ (que constitu¨ªa el 90 por ciento de la poblaci¨®n espa?ola) confiaba en una Administraci¨®n pegada al territorio y defend¨ªa la gesti¨®n colectiva de los asuntos comunales. Tambi¨¦n es mucho decir que la Guerra de Independencia fue una guerra civil (que le pregunten de paso a las miles de v¨ªctimas de los bombarderos italianos y alemanes de la Guerra Civil espa?ola). Y, puesto a cuestionar la buena marcha de la Espa?a real, el autor podr¨ªa haber tenido presente que los autodenominados liberales est¨¢n en el Gobierno y que son ellos quienes han gobernado el ministerio de econom¨ªa desde la Transici¨®n hasta hoy.
Los chicos de Ron Lal¨¢ punt¨²an el espect¨¢culo con canciones sat¨ªricas de buena factura, funcionales en el sentido brechtiano, que en la bonita voz de Paula Iwasaki lucen m¨¢s que en otras, aunque en general est¨¢n bien servidas. Ana Cerdeiri?a adquiere brillo creciente conforme su personaje sufre el tr¨¢nsito del papel de presentadora televisiva al de Letizia, reina consorte; Fernando Albizu le pone a Fernando VII un motor de cien mil caballos (con sus hijos de San Luis correspondientes) y Balbino Lacosta se singulariza dentro de un reparto eficaz en la multiplicaci¨®n y en la adici¨®n. Juan Ramos, codirector de Yllana, sale bien parado de esta incursi¨®n fuera de sus predios.
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