¡®Juego de tronos¡¯, fiel a s¨ª misma
Los personajes evolucionan, por supuesto, pero es esa lealtad a la terquedad de sus decisiones lo que mantiene la ficci¨®n en pie y hace que la trama sea compleja
La quinta temporada de Juego de tronos comienza con un recurso que hasta ahora los guionistas y productores hab¨ªan obviado de forma deliberada: un flashblack, un recuerdo del pasado. En la primera escena, una Cersei Lannister ni?a escucha la profec¨ªa de una bruja que le adelanta todas las desgracias que le est¨¢n ocurriendo precisamente donde ella es ambiciosa: ser reina, tener herederos y aferrarse al poder. Pese a este siniestro aviso y a ver c¨®mo todo se va cumpliendo, Cersei se mantiene fiel a su codicia en cada una de las decisiones que toma.
Aunque las miles de p¨¢ginas de las novelas de George R. R. Martin incluyen descripciones de blasones, casas, lemas y personajes terciarios que poco interesan, el autor maneja con sabidur¨ªa el desarrollo de las tramas a trav¨¦s de la fidelidad de los personajes principales a sus decisiones, su car¨¢cter y sus valores. Y as¨ª se refleja en la serie. Los personajes evolucionan, por supuesto, pero es esa lealtad a la terquedad de sus decisiones lo que mantiene la ficci¨®n en pie y hace que la trama sea compleja. Sin este compromiso a sus principios, Daenerys ya habr¨ªa llegado a Poniente, los Caminantes Blancos ya habr¨ªan arrasado Invernalia y los Lannister habr¨ªan pagado sus deudas con la justicia en la segunda temporada. Un recurso perfecto y habitual en la ficci¨®n para no ir directo al grano, alargar la historia y que el espectador no pierda admiraci¨®n por los protagonistas y sus causas.
La temporada comienza como las tres precedentes, con un cap¨ªtulo de introducci¨®n, sin prisas, recolocando piezas y dejando alguna en el limbo: tranquilidad, la odisea de Arya, una m¨¢s para la sufrida Stark, comienza la semana que viene. Y plantea un augurio, recalcado por varios personajes: una gran guerra est¨¢ por venir. Y no parecen referirse precisamente a la lucha por el Trono de Hierro. Cersei y Jaime despiden a su padre, con la l¨²gubre melod¨ªa de Las lluvias de Castamere de fondo. Desembarco del Rey se encuentra en un punto cr¨ªtico: su rey acaba de morir, el nuevo monarca es muy joven, la prometida de ¨¦ste cada vez demuestra m¨¢s ambici¨®n y hay una nueva presencia religiosa (y poderosa) en la ciudad: los Gorriones.
Tras llegar clandestinamente a Pentos, Varys tienta al atormentado Tyrion para que le ayude a instalar a los Targaryen de nuevo en el trono. Daenerys se encuentra en la lejan¨ªsima Meereen con cada vez m¨¢s trabas internas para llegar a Poniente. En el Muro, Stannis Baratheon quiere obligar a los salvajes, a trav¨¦s de Jon Nieve, a unirse a su ej¨¦rcito para asegurar el dominio del norte. Y la reconversi¨®n de Sansa Stark en un personaje m¨¢s oscuro sigue siendo un misterio tras el primer episodio. Pero esta es una de las tramas que ya sobrepasan a los libros publicados hasta la fecha. Esa es una de las expectativas de la nueva temporada: ver c¨®mo la serie sobrepasa lo contado en los libros y que nadie sepa hacia donde va la historia.
Cersei representa la infelicidad de los miserables, los que son incapaces de cambiar. No puede huir de una profec¨ªa que parece que har¨¢ que pague sus deudas (no las monetarias precisamente). Jon es la nobleza y la honradez, aunque ello implique lo que parece deslealtad. ?C¨®mo afectar¨¢ su acci¨®n piadosa con Mance Ryder a su relaci¨®n con Stannis? El aspirante Baratheon es la b¨²squeda de poder a trav¨¦s del fanatismo y el sometimiento. Daenerys simboliza la firmeza ante la libertad, aunque ello implique equivocarse. Sansa es la reacci¨®n ante la sumisi¨®n. Varys y Tyrion son la clave de este episodio. El primero representa el idealismo; quiere lo mejor para Poniente (¡°una tierra donde los poderosos no se aprovechen de los d¨¦biles¡±) y algunos de sus pensamientos que se pueden aplicar a la actualidad: ¡°Hemos crecido tan acostumbrados al horror que hemos asumido que no hay otro modo¡±. El segundo es el pragmatismo, con tintes de compasi¨®n y culpa.
Fiel a s¨ª misma, Juego de tronos no necesita cambiar, no necesita innovar, nadie se lo pide... de momento. La maquinaria sigue bien engrasada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.