¡°A pesar de los avances, la ciencia no va a resolver el sentido de la vida¡±
El fil¨®sofo propone en 'La resistencia ¨ªntima' la vuelta a casa y elogia la cotidianidad
Profesor de filosof¨ªa en la Universidad de Barcelona y autor de varios ensayos, Josep Maria Esquirol (Sant Joan de Mediona, Barcelona, 1963) acaba de publicar La resistencia ¨ªntima. Ensayo de una filosof¨ªa de la proximidad,? (Acantilado en espa?ol y Quaderns Crema en catal¨¢n) donde propone la vuelta a casa, el elogio de la cotidianidad y la resistencia al ¡°dogmatismo de la actualidad¡±, con la casa, el hogar, como met¨¢fora central.
Pregunta. Usted dice que urge ¡°repensar la comunidad m¨¢s all¨¢ de la unidimensionalidad neoliberal, la abstracci¨®n comunista o las restricciones del comunitarismo¡±. ?La resistencia ¨ªntima apunta a una lectura pol¨ªtica?
Respuesta. Tiene que ver con la vida cotidiana, profesional, personal, antes de lo que ser¨ªa luego la pol¨ªtica. Los cambios pol¨ªticos son fecundos no s¨®lo cuando son estructurales sino tambi¨¦n infraestructurales y compaginan las dos dimensiones: la vida p¨²blica y la vida personal, de la cotidianidad, de las relaciones con los dem¨¢s. En este terreno tambi¨¦n debe haber un cambio para que despu¨¦s los cambios propiamente pol¨ªticos puedan sostenerse. Pens¨¦ La resistencia ¨ªntima como prefacio a una reflexi¨®n sobre la vida pol¨ªtica, que he ido posponiendo siguiendo el parecer de algunos grandes fil¨®sofos que sostienen que el pensamiento pol¨ªtico debe expresarse m¨¢s bien en la madurez o incluso en la ancianidad, porque es el que requiere mayor experiencia.
P. As¨ª que a¨²n habr¨¢ que esperar mucho, pues usted a¨²n es joven¡
R. No tardar¨¦ demasiado porque empec¨¦ joven y ya llevo casi treinta a?os explicando pensamiento pol¨ªtico en la Facultad de Filosof¨ªa: as¨ª que, en cierto modo, ya deber¨ªa haber alcanzado esa madurez, espero.
P. ¡°Evitemos buscar siempre lo extraordinario, admir¨¦monos de lo simple y llano y aprendamos a apreciarlo porque desde cierto punto de vista es lo m¨¢s sublime de todo¡±. ?Es una cr¨ªtica al romanticismo, que valora lo heroico, lo extremo, lo ins¨®lito?
R. S¨ª que hay un contraste con ciertos planteamientos rom¨¢nticos. Pero mi referente m¨¢s cercano ser¨ªa el del existencialismo o el de algunas divulgaciones del existencialismo, en las cuales se ha puesto demasiado ¨¦nfasis en la idea de proyecto y por lo tanto de la realizaci¨®n personal y de ¨¦xito. Se insiste en que la vida es proyecto y, por tanto, se busca una realizaci¨®n, una expansi¨®n, una cierta aventura, lo nuevo, lo especial, lo singular. Y, desde luego, el ¨¦xito, conseguir lo que uno se propone. Frente a ello me parece muy necesario reivindicar la profundidad del gesto cotidiano. Hay cosas que no por repetirse son banales. En lo cotidiano hay mucha sedimentaci¨®n, hay una riqueza que no puede menospreciarse¡
¡°En lo cotidiano hay una riqueza que no puede menospreciarse¡±
P. ?Qu¨¦ relaci¨®n tiene su filosof¨ªa de la proximidad y su reivindicaci¨®n de la idea de casa con las Esferas de Sloterdijk, que proponen estudiar lo que la filosof¨ªa suele pasar por alto, ¡°el espacio vivido y vivenciado¡±?
R. El primer volumen de Esferas est¨¢ precisamente dedicado a la cuesti¨®n de la casa, los espacios m¨¢s cercanos, los que tienen que ver con la experiencia de la vida. Tanto ¨¦l como yo tenemos otro referente: los dos lo citamos, aunque yo creo que ¨¦l lo deber¨ªa citar m¨¢s. Es Gaston Bachelard, que public¨® a mediados del siglo XX y sac¨® mucho jugo a las im¨¢genes vinculadas a la vida. Dej¨® un libro sobre el aire, otro sobre los lugares, otro dedicado al agua¡ Revis¨® textos literarios y po¨¦ticos para potenciar estas im¨¢genes paradigm¨¢ticas de la experiencia y de la vida, muchas de las cuales tienen que ver con la experiencia de la casa y de los lugares.
P. Habla usted de ¡°Resistencia ¨ªntima¡±, de ¡°Volver a casa¡±, del valor de la cotidianidad, de ¡°Lo sencilla que es la vida¡±, de la importancia del ¡°amparo¡± y de ¡°cuidarse¡±. ?Habla de ¡°amparo¡± porque la naturaleza humana est¨¢ especialmente desamparada en este momento nihilista y tecnol¨®gico?
R. El gesto de amparo, que es el gesto de la casa ¡ªporque ¡°casar¡± es reunir, y hacer casa¡ª es la idea de hogar, de franqueza. Esto es casar. Y esa necesidad de hacer casa no es relativa s¨®lo a una ¨¦poca, porque la misma situaci¨®n humana es de intemperie. Intemperie f¨ªsica pero tambi¨¦n metaf¨ªsica: de falta de sentido. Como vivimos en la intemperie hemos de reunir, amparar, casar. Se ha hecho siempre, aunque es cierto que cada ¨¦poca tiene unas modalidades espec¨ªficas de exposici¨®n y, evidentemente, la nuestra se caracteriza por esta revoluci¨®n tecnol¨®gica sin precedentes¡
P. Usted escribi¨® Los fil¨®sofos contempor¨¢neos y la t¨¦cnica sobre este tema¡
R. Precisamente porque esta especificidad de la t¨¦cnica es tan potente; es cierto que algunas cosas se est¨¢n poniendo de manifiesto en las ¨²ltimas d¨¦cadas, pero la era de la t¨¦cnica es algo de lo que ya los grandes fil¨®sofos del siglo XX empezaron a hablar. ?Y por qu¨¦ s¨®lo contempor¨¢neamente podemos hablar de era de la t¨¦cnica? Ortega, Ardendt, Heidegger especulan sobre la respuesta a esta pregunta. Una de las caracter¨ªsticas de la era de la t¨¦cnica ¡ªno la ¨²nica¡ª es la exposici¨®n, una cierta transparencia. Detr¨¢s de la idea de la conectividad y las redes hay una enorme exposici¨®n, debida a la transparencia. Por eso Benjamin ¡ªuno de los fil¨®sofos que intuyeron este cambio fundamental¡ª hablaba del problema de los edificios con demasiado vidrio, el vidrio ¡°que no tiene aura¡±. Hay una gran diferencia entre tener una ventana y tener todas las paredes de vidrio. La ventana no est¨¢ re?ida con una cierta intimidad y protecci¨®n. El problema es la total exposici¨®n. Y uno de los problemas de nuestra ¨¦poca va a ser esta transparencia omniabarcante. Si utiliz¨¢semos una terminolog¨ªa marxista dir¨ªamos que es un camino expedito a la alienaci¨®n. Porque ¡°alienaci¨®n¡± es lo que surge de uno y ya no vuelve. Se produce una salida, pero sin retorno.
P. La ciencia presume de que resolver¨¢ los grandes problemas de la filosof¨ªa: qui¨¦nes somos, de d¨®nde venimos y ad¨®nde vamos. Incluso solventar¨¢ o paliar¨¢ la mortalidad. Nos dir¨¢ c¨®mo se cre¨® el universo y cu¨¢ndo ser¨¢ destruido. La ciencia no publica libros titulados Por qu¨¦ la ciencia. ?Ser fil¨®sofo es estar en una disciplina en crisis desde hace d¨¦cadas?
¡°La situaci¨®n humana es de intemperie. F¨ªsica pero tambi¨¦n metaf¨ªsica: de falta de sentido¡±
R. La filosof¨ªa no es una especialidad del saber entre otras disciplinas; es algo que nos pertenece a todos, en lo que todos estamos y concierne a todo el mundo. Otra cosa es que haya unos departamentos universitarios¡. Y en segundo lugar no es un sustantivo, es un verbo, literalmente ¡°filosofar¡±, pero como suena mal, es pensar. El ser humano tiene necesidad de pensar porque el sentido de la vida, el sentido del todo, no est¨¢ dado. Wittgenstein mismo hace casi un siglo dec¨ªa que aunque la ciencia llegue a resolver los problemas relacionados con los or¨ªgenes del Universo o incluso las estructuras m¨¢s b¨¢sicas de la vida humana, notar¨ªamos que respecto a lo esencial seguimos en la misma situaci¨®n. Aunque la ciencia avance, que es obvio que est¨¢ avanzando, hay algo que ella no resuelve y que no se va a resolver. Eso que he llamado el sentido de la vida no es algo que la ciencia pueda darnos como resultado de una teor¨ªa de la f¨ªsica. Kant dec¨ªa que ¨¦ste es el destino tr¨¢gico de la raz¨®n humana.
P. Critica cierta frase de Thomas Mann (de La monta?a m¨¢gica): ¡°Hay frases aparentemente brillantes, desacertadas¡±. ?Puede hablar de su estrategia de lenguaje como escritor?
R. Uno de los problemas del mundo acad¨¦mico actual consiste en una abstracci¨®n desmedida. Yo me propuse ya hace tiempo pensar recurriendo lo menos posible a lenguaje t¨¦cnico, recuperar el lenguaje cotidiano. Lo profundo o grave puede decirse con el lenguaje coloquial. Que no es superficial, hay mucha riqueza ah¨ª. Se trata de decir cosas profundas que en muchos casos pueden ser obvias porque esa abstracci¨®n terminol¨®gica no est¨¢ desconectada de una p¨¦rdida de agudeza en nuestra mirada sobre las cosas m¨¢s obvias. En mis clases, en conferencias, en cursos que doy, reivindico la evidencia, y advierto que eso llega a la gente: porque vivimos en un mundo en que lo m¨¢s obvio, que a veces es muy interesante, pasa desapercibido. O
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