Atenci¨®n al espa?ol en EEUU
La poblaci¨®n hispana asegura con su crecimiento el futuro del idioma El descenso de estudiantes de castellano, sin embargo, obliga a huir del triunfalismo
Repetimos que la lengua espa?ola tiene 400 millones de hablantes y que la poblaci¨®n hispana en los Estados Unidos, en continuo crecimiento, asegura un futuro importante para el espa?ol. Todo es cierto, pero tambi¨¦n lo es que no puede obviarse la amplia poblaci¨®n latinoamericana que se defiende mejor hablando alguna de las lenguas ind¨ªgenas o que los inmigrantes que cruzan la frontera del R¨ªo Grande consideran al espa?ol como la lengua de la pobreza de la que quieren huir y, cuando son de procedencia burguesa y cultivada, manejan el ingl¨¦s y se incorporan f¨¢cilmente al mundo laboral en esta lengua.
El aprendizaje de un idioma y su cultivo est¨¢n siempre ligados a consideraciones de prestigio y, por lo tanto, no es cierto que las lenguas se defiendan solas, sino que su crecimiento es paralelo a las pol¨ªticas de desarrollo y a actividades que asienten la importancia de su cultura. Esta labor ha sufrido ¨²ltimamente, no s¨®lo debido a la crisis econ¨®mica, sino tambi¨¦n a planificaciones insuficientes y por la escasa implicaci¨®n de los pa¨ªses americanos en la difusi¨®n internacional de la lengua. Sin el aumento del prestigio de la lengua es imposible que se creen puestos de trabajo ligados a su uso y que aumente la demanda de la ense?anza.
La situaci¨®n no es a¨²n alarmante, pero los datos del ¨²ltimo informe anual de la Modern Language Association (MLA), probablemente la mayor asociaci¨®n de profesores de lenguas modernas del mundo, deben mover a consideraci¨®n.
El a?o 2013 no fue bueno para las lenguas modernas en los Estados Unidos. La cifra de 1.562.179 matriculados en 2013 sigue siendo impresionante, pero refleja un descenso del 6,7% con relaci¨®n a 2009, y corta el ascenso de estos estudios en la ense?anza superior. El n¨²mero de estudiantes de espa?ol, que en 2009 era de 861.008, baj¨® en 2013 a 790.756. La progresi¨®n alcanz¨® su m¨¢ximo en 2009. Cuatro a?os m¨¢s tarde, la cifra de alumnos era de 30.000 menos que en 2006. Y, lo que es m¨¢s significativo, la prospecci¨®n para 2018, con datos todav¨ªa incompletos, parece situar el espa?ol por debajo de las cifras de 2002.
Por primera vez desde que la MLA inici¨® sus encuestas en 1958 han ca¨ªdo las matr¨ªculas de espa?ol, en t¨¦rminos absolutos y relativos. Sigue siendo la lengua m¨¢s estudiada por encima de todas las otras (desde 1995), pero la diferencia es cada vez menor. En 1998, eran 111.858 m¨¢s los estudiantes de espa?ol que las del resto; en 2002, bajaron a 94.623; en 2006, a 68.473; en 2009, a 48.473, y en 2013, a 19.333.
Por primera vez desde 1958, caen las matr¨ªculas de espa?ol
La primera pregunta que los guarismos suscitan es si esto se debe a un descenso de la poblaci¨®n hispana. La respuesta es que no, muy claramente. Adem¨¢s, si el 80,38% de los habitantes de los EE UU mayores de cinco a?os hablan ingl¨¦s y el 19,62% otras lenguas, seg¨²n el censo de 2010, hablan espa?ol 35.437.985 personas; esto significa el 62,13% de ese grupo de hablantes de otras lenguas, seguido por el chino (2,96%) y el tagalo (2,70%). Habla ¨¢rabe tan s¨®lo el 1,33%. La diferencia, por tanto, entre el espa?ol y los otros idiomas es abismal. California (27,36%), Texas (18,47%), Florida (9,61%) y Nueva York (7,37%) son los Estados con mayor porcentaje de hispanohablantes. El de menor es Vermont, con s¨®lo 7.102 hispanohablantes censados, el 0,02%.
La contradicci¨®n entre el crecimiento de hispanohablantes y el descenso en las matr¨ªculas se observa con mayor claridad en un estado tan hisp¨¢nico como Texas. Pese al aumento constante de su poblaci¨®n hispanohablante, que incluye tambi¨¦n la reciente inmigraci¨®n de familias de empresarios mexicanos que escapan de la inseguridad, y pese a la creaci¨®n de nuevas universidades, el descenso del inter¨¦s por el estudio del espa?ol en la educaci¨®n superior tejana es m¨¢s marcado todav¨ªa que en el resto del pa¨ªs. 2002: 57.339; 2006: 62.313; 2009: 64.332; 2013: 57.411.
Se puede a?adir, aunque estos datos no procedan del informe de la MLA, que en la escuela elemental hasta la secundaria el descenso es a¨²n m¨¢s marcado. En la costa del Pac¨ªfico, vivero de hispanohablantes, el descenso se sit¨²a ya por debajo de los datos de 2002, tras el repunte del 2009. 2002: 123.146; 2006: 120.353; 2009: 126.464; 2013: 110.506.
No se trata de una disminuci¨®n del inter¨¦s por las lenguas (aunque s¨ª por los estudios literarios), sino de que se orienta de modo diverso. Si el lat¨ªn y el griego cl¨¢sico, incluidos en el ¨¢mbito de la MLA, han perdido estudiantes, el hebreo b¨ªblico, en cambio, sigue su progresi¨®n por delante del hebreo moderno. El ¨¢rabe, que se hab¨ªa triplicado ¡ªde las 10.584 matr¨ªculas de 2002 a las 34.908 de 2009¡ª, sufre un descenso hasta las 32.286. El franc¨¦s ¡ªen 1968 la lengua m¨¢s estudiada en los EE UU¡ª, el alem¨¢n, el italiano o el japon¨¦s asimismo descienden. Lenguas que se mantienen en crecimiento constante son el chino, con 61.055 matr¨ªculas; el portugu¨¦s, con 12.415, o el coreano, con 12.229, la lengua que m¨¢s crece en porcentaje, un 44,7%. La lengua de signos, por su parte, sigue siendo muy solicitada por los alumnos, con un incremento del 19% entre 2009 y 2013; sin duda, influye en ello el crecimiento de los trabajos ofrecidos en esa ¨¢rea.
Si no aumenta el prestigio del idioma, no crece la demanda de ense?anza
Los datos, pertenecientes a una asociaci¨®n profesional de gran prestigio como es la MLA, nos obligan a huir de triunfalismos y a reflexionar sobre c¨®mo hacer m¨¢s presente en el mundo el valor de nuestra lengua m¨¢s all¨¢ de los hablantes propios, lo que s¨®lo ser¨¢ posible reforzando la colaboraci¨®n en todos los campos con la comunidad hispanoamericana y, especialmente, con Argentina, Chile, Colombia y M¨¦xico, los m¨¢s poderosos culturalmente.
Jorge Urrutia es catedr¨¢tico de la Universidad Carlos III de Madrid. Francisco A. Marcos Mar¨ªn es profesor de la Universiadda de Texas en San Antonio y director del Observatorio del Espa?ol de los Estados Unidos. Ambos fueron directores acad¨¦micos del Instituto Cervantes.
Babelia
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