La prote¨ªna de Umbral

Fue ¡°el fundador del columnismo contempor¨¢neo¡±, dijo Antonio Lucas, periodista de El Mundo; fue ¡°inimitable¡±, dijo Manuel Jabois, periodista de EL PA?S. El tambi¨¦n periodista de este diario Juan Cruz dijo que la cr¨®nica ¡°reside en Umbral¡±. Y el director de El Mundo, Casimiro Garc¨ªa-Abadillo, explic¨® que el autor de Mortal y rosa, que fue columnista de ambos peri¨®dicos, representaba el placer de leer periodismo. Lo dijeron en la presentaci¨®n en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid de El tiempo reversible (C¨ªrculo de Tiza), que recoge art¨ªculos publicados en los dos diarios en tiempos distintos de Espa?a, el de la Transici¨®n y el que le sigui¨®, cuando el felipismo se transmut¨® en el desencanto.

La ¡°prote¨ªna¡± de Francisco Umbral (1932-2007), en expresi¨®n de Lucas, tuvo la capacidad de reunir en un acto a dos grandes peri¨®dicos que representan la competencia en los quioscos y que dispusieron de su pluma para contar, con desenfado, historias que terminaron pareci¨¦ndose m¨¢s a lo que ocurr¨ªa, como dijo Garc¨ªa-Abadillo, que las propias cr¨®nicas de los redactores que fueron sus contempor¨¢neos.

Los textos, recopilados por Eduardo Mart¨ªnez Rico a partes iguales en los dos rotativos, muestran a un autor capaz de escribir de la sociedad y de la pol¨ªtica con el mismo desenfado. Para Lucas, ¡°se le lee con menos prejuicio que cuando estaba vivo¡±. Releerlo, explic¨® Garc¨ªa-Abadillo, supone ¡°un placer, porque fue magistral su manera de contar su ¨¦poca, su manera de hacer periodismo¡±.

Jabois enfatiz¨® que Umbral era inimitable porque su mirada no se parece a la de ning¨²n otro: ¡°Fue el cantor que necesitaba la Transici¨®n, el que nos dej¨® im¨¢genes hechas de palabras y el due?o de un sinf¨ªn de met¨¢foras bien exprimidas¡±.

Jos¨¦ Perel¨¦tegui, primo del autor de Diario de un snob, felicit¨® a Jabois por su cr¨®nica publicada el pasado mes de febrero por este peri¨®dico sobre el padre, hasta ahora desconocido, de Umbral. Y cont¨® una historia que nadie hab¨ªa revelado hasta ahora: esa cicatriz del escritor, que acercaba su cara a la de Humphrey Bogart, no se la produjo en ninguna reyerta en defensa de nadie, como dej¨® caer para prolongar las leyendas de su infancia. ¡°Fue en una travesura, cuando ten¨ªamos seis a?os, queriendo subir los dos a una verja de pinchos¡±.

Garc¨ªa-Abadillo coment¨® al final, hablando en torno a las identidades y a los nombres con los que Umbral fue combinando la historia de su ni?ez a lo largo de toda su vida, que una vez el autor de El tiempo reversible le dijo al periodista Mariano Guindal, quien no se llamaba as¨ª y que finalmente se puso ese nombre, que adoptara un seud¨®nimo: ¡°Yo tampoco me llamo Francisco Umbral. Y es que los periodistas somos como las putas; tenemos que tener un alias¡±.

Asistieron tambi¨¦n a la presentaci¨®n el sobrino de Umbral Jorge Urrutia, profesor y escritor, hijo de Leopoldo de Luis, el hermano que nunca supo que era tambi¨¦n hijo del padre de Umbral. Y, sobre todo, Mar¨ªa Espa?a, la viuda del escritor, a quien la editora, Eva Serrano, agradeci¨® que le haya permitido publicar este libro, cuyo compilador calific¨® como ¡°valioso, porque no exist¨ªa¡±.