Contagio de la crueldad

En Agallas (2009), su debut en el largometraje, Samuel Mart¨ªn Mateos y Andr¨¦s Luque se acercaron al universo del narcotr¨¢fico gallego para proponer un eficaz thriller donde brillaban la descripci¨®n est¨¦tica de ese microcosmos presidido por un atroz buen / mal gusto y el intenso y sorprendente papel que bordaba Hugo Silva. En Tiempo sin aire,su segundo trabajo, son conscientes de tener otra interpretaci¨®n excepcional en sus manos ¡ªen este caso, Juana Acosta como inquietante madre coraje que viaja de Colombia a Tenerife para consumar una venganza¡ª, pero el proyecto aporta un plus de ambici¨®n que no siempre cuaja en decisiones afortunadas.

Tiempo sin aire se sit¨²a a medio camino entre el thriller de venganza y ese modelo de melodrama tremendista para la era de la globalizaci¨®n que suele practicar Susanne Bier.

Las m¨¢s visibles debilidades del conjunto llegan de la mano de una historia de amor que parece m¨¢s condicionada por el determinismo de gui¨®n que por la necesidad narrativa. El pasado alcoh¨®lico del personaje interpretado por Carmelo G¨®mez tambi¨¦n suena a pie forzado y, si bien hay rasgos sumamente interesantes en la caracterizaci¨®n del personaje ¡ªsu impulso a considerar la presencia de la protagonista y su hijo como una bendici¨®n personal¡ª, algunas omisiones provocan cierta perplejidad: ?por qu¨¦ el personaje jam¨¢s se pregunta por el objetivo final de las pesquisas de su compa?era?

Estos reparos no son obst¨¢culos insalvables: la pel¨ªcula tiene claro lo que quiere contar ¡ªel efecto devastador de la transmisi¨®n de la violencia, la crueldad como contagio¡ª y logra vencer su dispersi¨®n en su contundente tramo final.