'Louie', la comedia que duele
Louis C.K. es el maestro de la sonrisa congelada, que te deja pregunt¨¢ndote si eso que est¨¢s viendo est¨¢ pensado para hacerte re¨ªr o llorar. Maestro en dejarte inc¨®modo en el sof¨¢. En el tercer cap¨ªtulo de la quinta temporada de Louie (que en Espa?a emite Canal + Series), el excu?ado del protagonista ¡ªun espectacular, y merecedor de premios por este papel, Michael Rapaport¡ª hace que el coraz¨®n de Louis y, por contagio, de todo el que est¨¢ al otro lado de la pantalla, se contraiga dejando a los espectadores retorcidos en el sof¨¢ sin saber c¨®mo encajar lo que acaban de ver. ?Pero esto no era una comedia? ?Por qu¨¦ me cuesta respirar?
Louie convierte el dolor en risa, el drama en humor y la comedia en tragedia. No es que juegue con los l¨ªmites de la comedia, es que los retuerce, los rasga, los pisotea para luego recogerlos y, a partir de situaciones m¨¢s o menos cotidianas ¡ªen apariencia¡ª, hacer magia. Frente a una cuarta temporada en la que los espectadores presenciaron una historia de amor ¡ªcon dificultades idiom¨¢ticas y culturales de por medio¡ª, parte de la juventud de Louis y el desarrollo de la peculiar relaci¨®n entre el protagonista y Pamela, adem¨¢s de aquel comentado mon¨®logo sobre las mujeres gordas, la quinta entrega ha supuesto un regreso a la esencia de la serie, con historias breves entre la tragicomedia, la pol¨¦mica y lo doloroso.
Si los cap¨ªtulos de Louie son desconcertantes (siempre en el buen sentido de la palabra), los comienzos de los episodios son puro arte. Peque?os cap¨ªtulos dentro de los cap¨ªtulos. No tiene precio el fragmento con el que arranca el segundo cap¨ªtulo de la nueva temporada, en el que Louis lucha por mantener la dignidad ante sus hijas en pleno apret¨®n por las calles de Nueva York, mientras recibe los ¨¢nimos de las peque?as como si de una cuesti¨®n de vida o muerte se tratara.
Louis C.K. exprime las posibilidades de los g¨¦neros hasta sacarles todo el jugo posible. Y siempre con una mirada distante que nace, precisamente, de la proximidad. Se inmola en p¨²blico para que el espectador se identifique tanto con el personaje que, al hacer suyo el dolor, la verg¨¹enza o la humillaci¨®n que pueda sufrir, esa sonrisa que empieza a asomar se congele de repente para dejarle inc¨®modo en el sof¨¢ de su casa. Louie te da una bofetada cuando est¨¢s desprevenido, cuando menos te lo esperas. Y te hace ver que no deber¨ªas estar ri¨¦ndote de eso que est¨¢s viendo. O s¨ª...
Quien espere una comedia al uso no deber¨ªa acercarse a Louie. Pero quien quera ver a un genio en acci¨®n, no se la puede perder. Bajo ning¨²n concepto.
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