Feria de San Isidro: una imagen borrosa

El Domingo de Ramos, la fiesta de los toros vivi¨® el que ser¨¢, quiz¨¢, el acontecimiento m¨¢s trascendental de la temporada: un torero heroico, Iv¨¢n Fandi?o, se encerr¨® en la plaza de Las Ventas con seis toros de ganader¨ªas legendarias.

Siete d¨ªas m¨¢s tarde, Espartaco, una gran figura retirada, reapareci¨® fugazmente en La Maestranza y consigui¨® que Sevilla vibrara henchida de afecto y respeto.

El pasado s¨¢bado, Jos¨¦ Tom¨¢s volv¨ªa a la plaza mexicana de Aguascalientes y protagonizaba su particular romer¨ªa como legendario y fallido mes¨ªas al margen de la propia fiesta.

Fueron tres grandes espect¨¢culos; y en los tres se coloc¨® el cartel de no hay billetes.

Cualquiera de ellos despert¨® m¨¢s inter¨¦s que el ciclo taurino m¨¢s largo e importante del mundo, la feria de San Isidro, que hoy comienza y que se extender¨¢ hasta el pr¨®ximo 7 de junio. Se celebrar¨¢n 24 corridas de toros, tres novilladas y cuatro espect¨¢culos de rejoneo, y all¨ª estar¨¢n la mayor¨ªa ¡ªno todos¡ª de los toreros que despiertan alg¨²n tipo de inter¨¦s. A pesar de ello, la feria contar¨¢ con 715 abonados menos, con lo que ya se han dado de baja 4.201 aficionados desde San Isidro de 2012, de los 17.300 abonos que salen a la venta. A ello habr¨ªa que a?adir la renovaci¨®n de todos los dedicados a la tercera edad ¡ª2.040¡ª y los 108 vendidos a j¨®venes de los 127 que se pusieron en taquilla. Bien es cierto, no obstante, que a los pocos d¨ªas de que las entradas sueltas salieran a la venta se agotaron las de las corridas que se celebrar¨¢n el 22, 23 y 27 de mayo y el 3 de junio.

Sin duda alguna, la feria que ahora comienza tendr¨ªa un signo muy distinto si la gesta de Fandi?o hubiera acabado a hombros por la puerta grande. O si Jos¨¦ Tom¨¢s decidiera alguna vez volver a la plaza de Madrid, que nunca debi¨® abandonar.

Aquella tarde del Domingo de Ramos estaba llamada a ser testigo de la entronizaci¨®n del toro bravo y el nacimiento de un aut¨¦ntico l¨ªder. De mismo modo que Tom¨¢s naci¨® para revolucionar la fiesta. Pero nadie es perfecto: ni las duras ganader¨ªas de renombre, ni los h¨¦roes que se visten de luces, ni los legendarios toreros que se empe?an en luchar contra su destino.

Lo cierto es que apagada la ilusi¨®n ef¨ªmera que despert¨® Fandi?o y retirado a sus misteriosos cuarteles el torero de Galapagar, la fiesta de los toros vuelve a su realidad, con pocos alicientes, varios motivos para la preocupaci¨®n y alguna esperanza.

Pocos incentivos encierra la Feria de San Isidro, m¨¢s all¨¢ de su alto n¨²mero de festejos, muchos de los cuales sin el m¨ªnimo inter¨¦s exigible. Solo un torero, el ya veterano Manuel Jes¨²s El Cid, que no vive su mejor momento art¨ªstico, ha decidido protagonizar una gesta. El anuncio de que lidiar¨¢ solitario seis toros de Victorino Mart¨ªn constituye toda una heroicidad en un momento en el que las figuras parecen buscar solo la comodidad.

De hecho, el triunfador del a?o pasado, Miguel ?ngel Perera, vuelve tres tardes, pero se abriga con hierros comerciales; al mismo n¨²mero de festejos e id¨¦nticas pretensiones se apuntan Alejandro Talavante, Miguel Abell¨¢n, Sebati¨¢n Castella y Diego Urdiales, si bien los dos ¨²ltimos lidiar¨¢n la corrida de Adolfo Mart¨ªn.

Dos tardes har¨¢ el pase¨ªllo El Juli, y solo una estar¨¢n Morante de la Puebla y Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares.

Entre los ausentes, Enrique Ponce, en la temporada en la que celebra el veinticinco aniversario de su alternativa, el reaparecido Rivera Ord¨®?ez, y una larga n¨®mina de j¨®venes, entre los que destacan Jos¨¦ Garrido, Borja Jim¨¦nez y Lama de G¨®ngora, ¡ªque han tomado la alternativa en la reciente Feria de Abril¡ª, Antonio Nazar¨¦, Javier Jim¨¦nez, Oliva Soto, Rom¨¢n, Salvador Cort¨¦s, Juan Leal, G¨®mez del Pilar, Esa¨² Fern¨¢ndez, Miguel ?ngel Delgado, etc¨¦tera.

Quiz¨¢ todo esto ocurre porque San Isidro cuenta, pero ya no decide como cabr¨ªa esperar. Los toreros de la parte alta del escalaf¨®n tienen hecha su temporada, y utilizan su capacidad de influencia para vetar a diestros emergentes en los carteles feriales, lo que impide la necesaria renovaci¨®n del escalaf¨®n y cercena el l¨®gico inter¨¦s de los aficionados. Y, entre todos, veteranos y j¨®venes, no destaca ning¨²n l¨ªder, nadie que se eche la fiesta sobre sus hombros y la empuje hacia el futuro. As¨ª, Madrid mantiene su prestigio, a pesar del abandono de m¨¢s de cuatro mil abonados, pero solo se comprometen con la plaza los toreros que necesitan al triunfo para seguir adelante. Quiz¨¢ porque San Isidro se ha convertido en un gran negocio en el que prima el beneficio econ¨®mico antes que la exigencia a la empresa concesionaria y a las figuras.

Y el toro¡­ La Feria de Abril es el ¨²ltimo ejemplo palmario de que el toro es el gran damnificado del toreo moderno. El noble animal, exigido por las figuras, mayoritario en todas las ferias, incluida la m¨¢s importante, es una triste y desesperante caricatura del toro bravo, base fundamental de este espect¨¢culo. En San Isidro, solo la ¨²ltima semana saltar¨¢n al ruedo reses de hierros legendarios como Partido de Resina, Baltasar Ib¨¢n, Cuadri, Adolfo Mart¨ªn, Victorino Mart¨ªn y Miura.

Comienza la feria mientras la fiesta se debate entre graves preocupaciones ¡ªla crisis econ¨®mica, el desaliento de los p¨²blicos, la cruzada de los antitaurinos, el IVA, la tardanza del Tribunal Constitucional en manifestarse sobre la prohibici¨®n catalana...¡ª, y la esperanza de que la declaraci¨®n de la tauromaquia como patrimonio cultural la blinde frente a nuevos intentos prohibicionistas.