¡°Con el islamismo vivimos una regresi¨®n de mil a?os¡±

"?Sabe cu¨¢l es el problema de la humanidad? El tedio". No es el problema de quien lo afirma, el ensayista Eduardo Louren?o, si acaso el contrario, hiperactividad. La Biblioteca Nacional de Portugal acaba de hacerse con el inmenso legado de este fil¨®sofo total que este mes cumplir¨¢ 92 a?os. Son m¨¢s de 120.000 documentos. Solo las cartas superan las 11.000, la mayor¨ªa de la correspondencia es con escritores de varios pa¨ªses y diferentes generaciones, entre ellos Jos¨¦ Saramago, Sophia de Mello Breyner y Lobo Antunes. Gracias a la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n Gulbenkian, hace unos meses que public¨® el tercer volumen de sus obras completas. ¡°Creo que en total ser¨¢n 30 vol¨²menes. Este es sobre la poes¨ªa neorrealista de los a?os cuarenta-cincuenta¡±. Pero su producci¨®n abarca casi cualquier campo del saber: m¨²sica (Tiempo de m¨²sica, m¨²sica de tiempo), filosof¨ªa (El esplendor del caos), el ensayo pol¨ªtico (?La izquierda en la encrucijada o fuera de la historia?), por supuesto al mundo de Pessoa (Pessoa revisitado) y, siendo portugu¨¦s, el colonialismo y sus consecuencias (La muerte de Col¨®n: metamorfosis y fin de Occidente como mito y O labirinto de saudade), un tema que le obsesiona y m¨¢s desde el atentado a Charlie Hebdo.

"?Usted vino hace unos meses a entrevistarme? ?Me qued¨¦ con la idea de que solo habl¨¦ yo?". Asombra la lucidez y memoria de Louren?o. Efectivamente, fue sacarle el tema del Estado Isl¨¢mico y se dispar¨® hora y media sin puntos y apartes. ¡°Nos enfrentamos a algo in¨¦dito, a una regresi¨®n de mil a?os en la historia", dijo entonces y repite ahora. "Algo para lo que no est¨¢bamos preparados, pero, sin duda, consecuencia del colonialismo cristiano en ?frica. Pens¨¢bamos que con la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn llegar¨ªa una era de estabilidad. No est¨¢bamos preparados para la ca¨ªda de las Torres Gemelas¡±. Cada d¨ªa Louren?o devora cinco peri¨®dicos. "No es un tiempo perdido, es un tiempo ganado¡±, dice, ense?ando recortes de diarios de varios pa¨ªses. De entre los papelotes de su escritorio saca la portada de una revista francesa con el t¨ªtulo La Rep¨²blica frente al islam. ¡°Eso es como no decir nada. Hemos tenido una fascinaci¨®n por el islam. Europa ¡ªsobre todo Francia¡ª siempre se fascina por cosas diferentes a ella. Y ahora Francia, una cultura integradora por excelencia, no sabe qu¨¦ hacer. El primer ministro Valls apuesta por la educaci¨®n y el racionalismo, reactivar la esencia laica de la cultura. La laicidad es la capacidad de escoger nuestra forma de vida; la laicidad no sirve para responder a un desaf¨ªo basado en la fe¡±.

La vida de Louren?o se divide entre su casa en la Provenza francesa, en el pueblecito de Vence, y Lisboa. En la capital portuguesa, acude diariamente a su despacho en la Fundaci¨®n Gulbenkian, que desborda libros por estanter¨ªas, mesas y sillas. Pese a su edad, su mayor dificultad es decir ¡°no¡± a una invitaci¨®n, sea para pronunciar conferencias, escribir art¨ªculos o acudir a manifestaciones. Lo mismo planta su firma contra la privatizaci¨®n de las l¨ªneas a¨¦reas del pa¨ªs como se va a la c¨¢rcel de ?vora a visitar al ex primer ministro socialista Jos¨¦ S¨®crates o asiste, encandilado, a un recital de Charlotte Rampling.

¡°La nueva amenaza de Europa es una singularidad hist¨®rica porque es anterior a las ideolog¨ªas: la fe. El dios del Cor¨¢n no da explicaciones. Su origen no es muy diferente a las leyes b¨ªblicas, pero las del cristianismo y juda¨ªsmo se han discutido desde el inicio. En sus or¨ªgenes, toda religi¨®n es ¡®o crees o mueres¡¯, luego evolucionan. El islam no ha evolucionado¡±. Pr¨¢cticamente no hay medalla de Portugal o de Francia que Louren?o no tenga. ¡°?ltimamente me dan muchas, s¨ª: se lo agradezco¡±, dice mientras se le escapa una p¨ªcara sonrisita y da un sorbito a su coca-cola, su principal fuente de alimentaci¨®n. No solo por la bebida ni por su pel¨ªcula favorita, Cantando bajo la lluvia, Louren?o mira con envidia a Estados Unidos ¡ª¡°el nuevo viejo continente, pues nosotros somos ahora las nuevas colonias¡±¡ª. ¡°EEUU no est¨¢ tan amenazado como Europa, porque tiene su propia fe, Am¨¦rica, que no se discute, es su creencia, sacralizante tambi¨¦n. Europa es una amalgama que no sabe c¨®mo lidiar con el islamismo radical. Nuestra ¨²nica respuesta es resistir¡±.