Artesanos de la televisi¨®n
El fallecimiento de Jes¨²s Hermida pone de relieve el papel de los pioneros de la televisi¨®n
No ten¨ªan tr¨¢velin ni gr¨²as para rodar una serie, tampoco sat¨¦lites para transmitir desde el coraz¨®n de la guerra. Los pioneros de la ficci¨®n televisiva, los reporteros que filmaron los conflictos b¨¦licos de Vietnam o Mozambique, aquellos que se inventaron de la nada los magacines matinales, trabajaban con medios precarios pero abrieron camino en la historia de una televisi¨®n que todav¨ªa emit¨ªa en blanco y negro. Personajes m¨ªticos como Mat¨ªas Prats, F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, Pilar Mir¨®, Chicho Ib¨¢?ez Serrador, Alfredo Amestoy, Eduardo Sotillos o Jes¨²s Hermida ¡ªfallecido esta semana de un derrame cerebral¡ª han contribuido a forjar artesanalmente un medio a punto de cumplir ya seis d¨¦cadas.
En los primeros tiempos de Los reporteros, un programa de TVE que ofrec¨ªa grandes temas de actualidad, la inmediatez era imposible: los v¨ªdeos se emit¨ªan con dos semanas de retraso. Para los espectadores de mediados de los setenta resultaba algo extraordinario ver a estrellas como Miguel de la Quadra-Salcedo, Enrique Meneses o Jes¨²s Gonz¨¢lez Green cubriendo guerras lejanas. Diego Carcedo, uno de los pioneros de Los reporteros, recuerda que su primer trabajo le llev¨® a las revueltas argentinas de los tiempos de Isabelita Per¨®n. ¡°Me tocaron reportajes muy buenos, como el de la ¨²ltima etapa de la guerra del Vietnam. Fuimos de los ¨²ltimos en salir de all¨ª. Hay unas im¨¢genes, que emiten constantemente, en las que se me ve a m¨ª corriendo delante de las bombas. Estaba muerto de miedo¡±, recuerda Carcedo. Despu¨¦s, le toc¨® cubrir la independencia de Guinea-Pap¨²a, donde reg¨ªa el canibalismo. Su entrevista a Idi Amin en Uganda se vendi¨® a medio mundo.
No siempre estaba garantizado emitir en color. ¡°Film¨¢bamos en cine pero fallaba much¨ªsimo. El revelado de las cintas se hac¨ªa fuera de Prado del Rey y se tardaban dos o tres d¨ªas. A menudo ten¨ªamos que emitir en blanco negro¡±, comenta Carcedo, que alcanz¨® gran popularidad gracias a un reportaje dedicado a los curanderos de Filipinas. ¡°Quer¨ªamos destapar el fraude de aquella gente y me hice el enfermo. Una mujer gorda me tumb¨® en la camilla. Cuando empez¨® a tocarme la tripa me saltaba la sangre a chorros. Me ense?aba trozos de tripa, que supuestamente eran del ap¨¦ndice. Despu¨¦s me pas¨® un algod¨®n por el cuerpo, me levant¨¦ y estaba limpio. No fuimos capaces de descubrir c¨®mo lo hizo, pese a que dos c¨¢maras grababan permanentemente¡±. Eso s¨ª, cuando lleg¨® a Madrid fue sometido a todo tipo de radiograf¨ªas y ah¨ª segu¨ªa su ap¨¦ndice: intacto.
A Los reporteros se fueron incorporando periodistas de primera fila como Manu Leguineche o Arturo P¨¦rez-Reverte. Pero con el paso del tiempo, este tipo de trabajados empezaron a pasar de moda. ¡°Perdieron impacto. Ya no resultaba ex¨®tico ver a los mas¨¢is en Kenia y las guerras de los ochenta no eran tan fotog¨¦nicas ni ten¨ªan tanto gancho como la de Vietnam¡±, reflexiona el periodista. En portada, emitido por La 2, ha heredado el esp¨ªritu de Los reporteros, aunque, a decir de Carcedo, ¡°ha perdido el componente de riesgo y aventura¡±.
Series de ficci¨®n que ahora triunfan, como Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨® o El Ministerio del Tiempo, tuvieron antecedentes ilustres. En la n¨®mina de realizadores de TVE figuraban de Mario Camus a Jos¨¦ Luis Borau, pasando por Pilar Mir¨® y Josefina Molina. Los reci¨¦n diplomados de la Escuela de Cine tuvieron acomodo en el UHF (la segunda cadena de TVE, hoy La 2). ¡°En La 1 se rodaban ficciones m¨¢s comerciales. All¨ª estaban las rutilantes estrellas, como Pedro Amalio L¨®pez o Juan Guerrero Zamora. Nosotros, en el UHF, hac¨ªamos programas de arte y ensayo¡±, dice Molina, que tuvo en una adaptaci¨®n de La metamorfosis, de Kafka, su primer encargo. Luego vendr¨ªan Ibsen, Ch¨¦jov, Shakespeare, Lope de Vega.
Los cineastas del UHF estaban siempre rodando ¡°cosas raras¡±
¡°?ramos los chicos que hac¨ªamos ¡®cosas raras¡¯. Nos reprochaban que siempre est¨¢bamos vestidos de ¨¦poca¡±. Firm¨® las series El Camino, de Delibes, Santa Teresa y Entre naranjos. ¡°Pretend¨ªamos hacer cosas grandiosas pero ten¨ªamos muy pocos medios¡±, afirma la cineasta cordobesa, que todav¨ªa guarda en la memoria aquellos tr¨¢velin de andar por casa que montaban con dos operadores atados al eje de la c¨¢mara. Porque en aquella televisi¨®n ¡°solo te daban una gr¨²a si eras un realizador consagrado¡±. Los dem¨¢s so?aban con la m¨ªtica Yo Claudio de la BBC.
Si los realizadores contaban con medios precarios para rodar ficci¨®n, el deporte no era menos. Estudio Estadio, a principios de los a?os setenta, fue el gran formato deportivo. Las im¨¢genes de los partidos de f¨²tbol no llegaban por sat¨¦lite sino que ca¨ªan del cielo. Las avionetas dejaban caer las cintas en paraca¨ªdas en Prado del Rey. Lo vivi¨® Pedro Ruiz, primer presentador de ese carrusel futbol¨ªstico que se emit¨ªa los domingos. Exhibi¨® un instrumento revolucionario para la ¨¦poca: la moviola, un aparato importado de la RAI, que permit¨ªa escrutar una y otra vez las jugadas pol¨¦micas. ¡°La que yo ten¨ªa en el estudio era de atrezo. Estaba oxidada y no funcionaba, se accionaba desde otra sala¡±. Por no hablar de los contenidos. ¡°En los tiempos de Franco, de lo ¨²nico que se pod¨ªa hablar con libertad era del ¨¢rbitro¡±, dice el humorista.
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