Fumata negra en la Filarm¨®nica de Berl¨ªn
Tras 11 horas de c¨®nclave para elegir el nuevo titular, no hubo acuerdo
Este lunes vivimos una trepidante jornada en torno a la elecci¨®n de nuevo director titular de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn a partir de 2018. Por vez primera en la historia no hubo acuerdo, pues en las dos anteriores de 1989 y 1999 el candidato elegido se anunci¨® por la tarde, y tras unas cuatro o cinco horas de reuni¨®n a puerta cerrada.
No han trascendido muchos detalles oficiales sobre lo ocurrido, m¨¢s all¨¢ de una escueta nota de prensa donde uno de los responsables de la Junta de la orquesta, el contrabajista Peter Riegelbauer, se?alaba que en las 11 horas de asamblea ¡°ha habido discusiones positivas y animadas, as¨ª como varias rondas de votaci¨®n en las que por desgracia no se pudo llegar a un acuerdo en un director¡±. La orquesta recupera hoy la normalidad con los ensayos de los pr¨®ximos conciertos bajo la direcci¨®n de Paavo J?rvi que incluir¨¢n el debut de la joven pianista china Yuja Wang. Y la decisi¨®n se pospone hasta una nueva reuni¨®n que deber¨¢ convocarse antes de un a?o.
La falta de acuerdo no ha sido considerada como algo negativo por los representantes de la orquesta. Bien al contrario se insiste en que el clima ha sido constructivo, cooperativo y amistoso, y en que seguir¨¢n trabajando para que en la pr¨®xima elecci¨®n haya un acuerdo mayoritario. Estaba claro que no iba a ser una elecci¨®n sencilla, al no haber favoritos claros, pero no han bastado ni once horas ni seis votaciones consecutivas para llegar alcanzar consenso en torno a un nombre. De todo ello trasciende inevitablemente la imagen de una orquesta dividida con fuertes luchas internas que nada beneficia a una instituci¨®n tan emblem¨¢tica. Si tras un a?o no se desbloquea la elecci¨®n del nuevo director, quiz¨¢ llegue el momento para plantearse otra alternativa electoral o incluso la renuncia a tener un director principal que ya practica la Filarm¨®nica de Viena desde 1933 con resultados de excelencia bien conocidos.
Trasciende inevitablemente la imagen de una orquesta dividida con fuertes luchas internas
Una de las novedades m¨¢s interesantes de este nuevo c¨®nclave de los filarm¨®nicos berlineses han sido las redes sociales inexistentes en el ¨²ltimo celebrado en 1999. Desde media ma?ana los diferentes hashtags de Twitter se fueron incendiando con noticias, rumores, bromas y especulaciones de todo tipo. Sin duda, la principal an¨¦cdota estuvo protagonizada por un tweet falso enviado poco antes de las cinco de la tarde aparentemente desde la cuenta de la trompista Sarah Willis, una de las integrantes de la orquesta con mayor presencia medi¨¢tica a trav¨¦s del Digital Concert Hall o las redes sociales, donde indicaba un escueto ¡°?Nelsons lo logr¨®!¡± que desat¨® en pocos minutos la proclamaci¨®n del joven let¨®n Andris Nelsons en varios medios como el director elegido. Todo fue desmentido al t¨¦rmino de la reuni¨®n, pero tampoco fue el ¨²nico rumor falso, pues tambi¨¦n surgieron otros algo menos cre¨ªbles donde se proclamaba al alem¨¢n Christian Thielemann.
Todo hace pensar que el debate se centr¨® en estos dos nombres o, al menos, entre la continuidad de la labor progresista impulsada por Simon Rattle o la vuelta a las esencias del pasado. Ambas son opciones perfectamente posibles, pero mientras que para la primera se necesita a un director joven y cosmopolita como Nelsons, la segunda est¨¢ claramente relacionada con Thielemann que es el principal heredero de Karajan en nuestros d¨ªas. El lugar elegido para el nuevo c¨®nclave parec¨ªa dar pistas sobre la resoluci¨®n, pues la Iglesia de Jesucristo en el barrio berlin¨¦s de Dahlem es un lugar emblem¨¢tico para el pasado de la orquesta. Ese templo luterano se convirti¨® por su excepcional ac¨²stica en su principal estudio de grabaci¨®n despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial y hasta los a?os setenta en que fue sustituido por la nueva Filarmon¨ªa dise?ada por Hans Scharoun. Parec¨ªa que se quer¨ªa invocar el esp¨ªritu de Furtw?ngler o Karajan que grabaron all¨ª discos inolvidables con obras de Beethoven, Schubert, Schumann o Wagner para Deutsche Grammophon. Sin embargo, parece que los fantasmas del pasado no hicieron bien su trabajo.
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