La Gran Guerra de Tamara Rojo
La bailarina lleva a Madrid un conjunto de tres piezas en torno a la I Guerra Mundial
La voz de Edward Dwyer suena sobre un crepitar de disco antiguo. La grabaci¨®n que este soldado ingl¨¦s realiz¨® en 1916 para el servicio de Alistamiento Brit¨¢nico es la ¨²nica que se conserva de las que realiz¨® el ej¨¦rcito durante la I Guerra Mundial. Tras cien a?os de inmaterialidad, Dwyer vuelve a tener cuerpo. O muchos. El de la bailarina Tamara Rojo y el English National Ballet, que bailan al son de la voz del oficial en Dust (Polvo), una pieza del core¨®grafo Akram Khan. Junto a No Man¡¯s Land (Tierra de nadie), de Liam Scarlett, y Firebird (El p¨¢jaro de fuego), de George Wlliamson, forma el programa Lest we forget, en cartel en los Teatros del Canal de Madrid entre el 28 y el 31 de mayo.
Que el lector se contenga si no tiene todav¨ªa las entradas en su bolsillo. Ya est¨¢ colgado el cartel de sold out, igual que ocurri¨® con Le Corsaire, la ¨²ltima visita de la espa?ola a la capital como directora art¨ªstica del English National Ballet. En este caso, la propuesta es eminentemente contempor¨¢nea. Lest we forget es el primer programa de nuevas coreograf¨ªas que Rojo encarg¨® tras su llegada como cabeza de la compa?¨ªa. Adem¨¢s, ella misma baila en las cinco sesiones programadas (en todas las de Dust y en tres de No Man¡¯s Land). ¡°Todos los core¨®grafos quieren trabajar conmigo, tengo que decir que no a la mitad de lo que me piden. Suelo elegir de forma totalmente subjetiva¡±, explica.
No lo fue la decisi¨®n de abordar la I Guerra Mundial. ¡°En el tiempo que llevo en Inglaterra, no ha habido ninguna semana en la que en un medio de comunicaci¨®n, una conmemoraci¨®n, una presentaci¨®n, no se haya hablado sobre la Gran Guerra. Como emigrada, te das cuenta de que ha marcado su historia¡±, aclara. La danza permit¨ªa, en su opini¨®n, tener un acercamiento ¡°instintivo, m¨¢s que racional¡± al acontecimiento hist¨®rico.
No Man¡¯s Land aborda el papel de la mujer durante el conflicto, obligada a entrar abruptamente en la vida p¨²blica y a sustituir a los hombres cuando estos marcharon a la contienda. Dust se apoya en las descripciones de la vida en el frente realizadas por Dwyer. Firebird, con su revisi¨®n de El p¨¢jaro de fuego de Igor Stravinsky, refleja el estado de la danza en la ¨¦poca, ¡°un momento muy importante en el desarrollo del ballet¡±, como explica Rojo. Originalmente, la coreograf¨ªa Second Breath de Russel Maliphant, completaba el repertorio, modificado para la cita porque, seg¨²n Rojo, esta ¨²ltima es b¨¢sicamente contempor¨¢nea, y el p¨²blico madrile?o tiene f¨¢cil acceso a este lenguaje.
Pero al hablar de Dust, Tamara Rojo se enciende de entusiasmo. Y es dif¨ªcil percibir emociones obvias en los gestos correctos y medidos de la core¨®grafa. Akram Khan es el ¨²nico de los creadores cuya base no es la danza contempor¨¢nea. Su aprendizaje comenz¨® con la kathak, una disciplina practicada en India y Bangladesh, de donde procede la familia del core¨®grafo brit¨¢nico. ¡°Fue la m¨¢s dif¨ªcil al principio para los bailarines de la compa?¨ªa, que no hab¨ªan trabajado con esa danza ni con el contempor¨¢neo a ese nivel. Tampoco quer¨ªamos que fuera una mera copia¡±, recuerda Rojo. Los ensayos duraron cinco meses, una extensi¨®n nada frecuente en el sector. Nada que sacara a Rojo de su empe?o: ¡°A m¨ª, trabajar con danza contempor¨¢nea, me dio una libertad para el cl¨¢sico que no habr¨ªa tenido de otra manera. Los privilegios que he tenido como bailarina, los quiero para la compa?¨ªa¡±.
Como directora art¨ªstica considera, adem¨¢s, que la uni¨®n de ¡°t¨¦cnica cl¨¢sica aplicada a la historia [a la narraci¨®n] es una de las caracter¨ªsticas t¨ªpicas del ballet brit¨¢nico¡±. Una tradici¨®n a la que Tamara Rojo ha sumado la danza contempor¨¢nea, con gestos tan reveladores como la firma de un acuerdo con el Teatro Sadler¡¯s Wells de Londres, uno de los espacios m¨¢s prestigiosos del mundo en esta disciplina. En este sentido (y preguntada por un periodista) se siente m¨¢s cercana al trabajo de Jos¨¦ Carlos Mart¨ªnez, actual director art¨ªstico de la Compa?¨ªa Nacional de Danza, que al de Nacho Duato, en el cargo hasta 2010. ?Le interesa el trabajo que est¨¢ haciendo Duato en Alemania? ¡°No mucho¡±, sentencia Rojo. ¡°?Alguien que se compromete!¡±, celebra a su lado Albert Boadella, director art¨ªstico de los Teatros del Canal.
Mientras contin¨²an las batallas, se escucha la voz de Edward Dwyer, cantando la misma canci¨®n b¨¦lica una y otra vez: ¡°Estamos aqu¨ª, porque estamos aqu¨ª, porque estamos aqu¨ª... Aqu¨ª estamos, ?durante cu¨¢nto tiempo?¡±.
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