El a?o en que Italia quiso huir de la corrupci¨®n
Canal + Series comienza a emitir la producci¨®n ¡®1992 (Mille novecento novantadue)'
Hay a?os de la vida de un pa¨ªs que transcurren sin pena ni gloria, y otros que, con solo nombrarlos, arrastran la memoria colectiva hacia un acontecimiento concreto, ya sea feliz o desgraciado. Si para los espa?oles 1992 fue el a?o de la Exposici¨®n Universal de Sevilla y los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, para los italianos signific¨® el descubrimiento de Tangent¨®polis, la inmensa red de corrupci¨®n en la que estaban implicados hasta el cuello los principales pol¨ªticos y empresarios. De ah¨ª que los productores de la serie italiana, que mezclando personajes reales y ficticios ofrece un retrato muy aproximado de aquella ¨¦poca, decidieran que el t¨ªtulo no pod¨ªa ser otro que 1992 (Mille novecento novantadue). Esta noche (22.30) se estrena en Canal?+ Series.
El autor de la idea y el protagonista de este thriller pol¨ªtico es el actor Stefano Accorsi (Bolonia, 1971). ¡°Mi objetivo era el de entrar en los pasillos del poder para echar una ojeada a aquello que uno puede imaginarse que sucedi¨®, pero que jam¨¢s apareci¨® en las p¨¢ginas de los peri¨®dicos. Era una necesidad como espectador¡±, explica. ¡°1992 fue un a?o crucial de nuestra historia. Aquel a?o se inici¨® la II Rep¨²blica y, sobre todo, se desarroll¨® la primera gran investigaci¨®n judicial ¡ªMani Pulite (Manos Limpias)¡ª sobre la relaci¨®n corrupta entre el poder pol¨ªtico y econ¨®mico que provoc¨® el hundimiento de los grandes partidos, el resurgimiento de la Liga Norte y el nacimiento del proyecto Forza Italia de Silvio Berlusconi. Si a ello le unimos las matanzas de la Cosa Nostra siciliana, nos damos cuenta de que aquel a?o en Italia sucedi¨® de todo¡±, a?ade.
La serie se desarrolla durante 10 meses, desde la detenci¨®n del primer pol¨ªtico por parte de los jueces de Mani Pulite hasta la primera acusaci¨®n lanzada sobre el entonces primer ministro, Bettino Craxi, el pr¨ªncipe de aquel sistema que se llam¨® Tangent¨®polis (tangente significa comisi¨®n, mordida). Los guionistas ¡ªAlessandro Fabbri, Ludovica Rampoldi y Stefano Sardo¡ª decidieron crear seis personajes de ficci¨®n, pero muy identificables en el ecosistema de la ¨¦poca (un empresario con un pasado turbio, un agente corrupto, una guapa del espect¨¢culo dispuesta a todo por alcanzar el ¨¦xito), y mezclarlos con personajes reales. Entre estos, destaca Antonio Di Pietro, uno de los fiscales que condujeron la investigaci¨®n que acab¨® con 1.200 condenas, o el juez Giovanni Falcone, asesinado por la Mafia el 23 de mayo de aquel a?o. ¡°El hecho de mezclar personajes reales y ficticios nos ha permitido ir m¨¢s lejos que si hubi¨¦semos contado solo la historia¡±, apuntan los guionistas.
Tanto el actor como los guionistas est¨¢n convencidos de que la serie, aun siendo muy italiana, interesar¨¢ al p¨²blico espa?ol. ¡°Se trata de un drama pol¨ªtico¡±, indican, ¡°que puede ser apreciado en cualquier sitio. Cuenta pulsiones muy humanas como el ansia de poder o de controlar los destinos de la historia. Adem¨¢s, siempre se ha dicho que Italia es un poco el laboratorio de lo que sucede despu¨¦s en otros sitios¡±.
Aunque sin recrearse en ello, como si se tratara de una m¨²sica de fondo apenas audible, la serie de 10 cap¨ªtulos tambi¨¦n habla de las esperanzas rotas. Aquel 1992 fue para Italia un a?o de gran conmoci¨®n, pero tambi¨¦n de grandes ilusiones. ¡°Muchos creyeron entonces que la esperanza se llamaba Silvio Berlusconi. Ahora ya no hay duda de que apostamos por el caballo equivocado¡±, admite Stefano Accorsi.
El eterno retorno de lo id¨¦ntico
Sentados en la cafeter¨ªa de un hotel de Roma, los tres j¨®venes guionistas de la serie, Alessandro Fabbri, Ludovica Rampoldi y Stefano Sardo, cuentan que mientras escrib¨ªan experimentaron una cierta sensaci¨®n de miedo: "Aquellos que eran protagonistas o estaban a punto de serlo en aquel momento hist¨®rico lo segu¨ªan siendo hoy. Ten¨ªamos una sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu terrible. Veintitr¨¦s a?os despu¨¦s, el debate se segu¨ªa centrando en las mismas personas y en las mismas esperanzas. El eterno retorno de lo id¨¦ntico. Quer¨ªamos contar una Italia que nadie hab¨ªa contado, tal vez porque no hab¨ªa sido digerida a¨²n".
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