D¨ªa 2 | Pleamar
El final de la tarde se ha llenado de conciertos enormes. Elegir ha sido un problema
Viernes 29 de mayo | 17.45
En la entrada, hace apenas media hora, un grupo que parec¨ªa haber saltado de un cartel publicitario esperaba frente a los tornos de entrada (la prueba de ese hipsterismo ilustrado, m¨¢s abajo) y dos veintea?eros que chapurreaban espa?ol con un marcado acento portugu¨¦s han tenido que darse la vuelta. Llevaban un botell¨ªn de agua relleno de tequila. El guardia de seguridad ha puesto cara de asco por el color amarillento: "?Tequila?". "S¨ª, es tequila mexicana, es de ese color", ha contestado, entre risas y fastidio uno de ellos. Se han quedado fuera, sentados en la explanada de asfalto que acoge la previa a los tornos y que a esta hora empieza a quemar. "Vamos a beberla antes de entrar".
Esta es la hora a la que todav¨ªa est¨¢n casi desiertos los muchos caminos del F¨°rum. Muchos a¨²n reposan la comida (y la resaca) en la playa; otros en el hotel; los habr¨¢ que en alguna piscina, y los m¨¢s precavidos, dentro del recinto.
En la sala de prensa, cercana a dos de los grandes escenarios (el Heineken y el Primavera), esperaba Sr. Chinarro, Antonio Luque en realidad: "Solo mi hijo me llama Chinarro de vez en cuando para molestarme. Casi todo el mundo me llama Antonio, y en el grupo, Luque". Ha estado contestando a las preguntas de los lectores en la Entrevista Digital y despu¨¦s, despu¨¦s se ha negado a cantar tres canciones a su elecci¨®n. "Si me tengo que poner a cantar The White Stripes hago el tonto". Se ha marchado enseguida, quer¨ªa tener un "rato de descanso" antes del concierto. Toca a las 18.40 en el Escenario Ray-Ban. Uno m¨¢s entre los cientos que lleva a sus espaldas. 20 a?os de carrera y unas cuantas decenas de discos. Pero poco puede cogerlo por sorpresa. ?l form¨® parte de aquel primer Primavera.
19.16
Se acab¨® el calor por hoy. "Y este maldito viento", espeta un barbudo con camiseta de Morrisey mientras compra una cerveza a los vendedores de mochila. S¨ª, es cierto. El viento no ha parado de soplar (y de aniquilar flequillos esculpidos durante, seguro, algo m¨¢s de media hora). El F¨°rum est¨¢ empezando a llenarse. Cada vez menos gente fuera. Cada vez m¨¢s vasos en el suelo. Los ba?os han dejado de ser respirables y un intenso olor a agua salada estancada se mezcla con las parrillas y los fuegos reci¨¦n encendidos de los puestos de comida.
Ahora toca la discusi¨®n. ?Qu¨¦ ver de aqu¨ª a la medianoche? Unos cuantos segovianos discut¨ªan, como quien decide un pacto de coalici¨®n, qu¨¦ ruta seguir. Belle & Sebastian, The New Pornographers, Damien Rice, Tobias Jesso Jr., Patti Smith... Siguen plantados a la entrada del recinto. "Este solapamiento es imposible", argumenta uno de ellos poni¨¦ndose la chaqueta. "Nos dividimos y listo", sentencia la ¨²nica chica del grupo. "Haced lo que quer¨¢is, pero vamos a por algo de beber que as¨ª es imposible". Tocar¨¢ cerveza, seguro. Y despu¨¦s, decidir.
20.01
Era la idea. Pero ha sido totalmente inabarcable. Es una de las muchas opciones que hay en esa franja. Es imposible llegar a todo, sobre todo por los 15 minutos que se necesitan para llegar desde el escenario ATP, en un extremo, hasta el Heineken, en otro. Peque?os maratones que solo se dan los que no podr¨ªan marcharse esta semana de Barcelona sin haber visto a quien ven¨ªan a ver (y quiz¨¢s por postureo, que de eso, el F¨°rum, no carece). La cuesti¨®n es si merece la pena ese estr¨¦s, impropio de un festival. Est¨¢ sonando Patti Smith, una peque?a vibraci¨®n en el suelo da fe de que ese es EL CONCIERTO en este momento. En camino, entonces.
20.48
Muchas piernas siguiendo el ritmo y m¨®viles en guardia para capturar a una en¨¦rgica Patti Smith que entonaba mientras el sol se pon¨ªa a su izquierda. A algo m¨¢s de 100 metros, enfrentado, el escenario Primavera empieza a preparse para Damien Rice. Algunos ya han tomado posiciones. Es otro de los imperdibles de este cartel. ?
22.29
No solo era imperdible. Era una obligaci¨®n. ?l y la guitarra. Un coro que abarcaba desde el foso hasta el final de la pista, tenue pero intenso. Y al final, una base sobre su propia voz y el cambio de instrumentos que ha ido construyendo durante los ¨²ltimos minutos. Al final, Damien Rice ha desaparecido del escenario, y el eco de los ¨²ltimos acordes es lo que ha dicho adi¨®s a un p¨²blico que, posiblemente, haya gravitado durante alg¨²n instante.
Esto es un mensaje de Whatsapp recibido a las 21.57 en un m¨®vil que no ha parado de grabar durante esa hora eterna (en el sentido m¨¢s positivo de la palabra): "No s¨¦ d¨®nde te has metido, pero si te est¨¢s perdiendo el concierto de Damien es el mayor error que vas a cometer en a?os. No me puedo creer lo que estoy escuchando. Es acojonantemente bueno. ACOJONANTE". Quiz¨¢s ese remitente sea uno de los que ha gravitado.
00.26
Se empieza a notar que es "el viernes del Primavera". Siempre hay alcohol de m¨¢s, y otras cuantas cosas. El espacio entre el escenario Heineken y el Primavera lo corrobora. A las 23.30 aproximadamente terminaba el concierto de Sleater-Kinney; entre el p¨²blico estaba Howe Gelb, cabeza de Giant Sand. Caballero andante por cada poro. Soy un truh¨¢n, soy un se?or es una frase que podr¨ªa vestirlo. En el backstage se ha bebido (y ha tirado, en ambos sentidos del t¨¦rmino) un par de cervezas. He aqu¨ª la prueba de un rockero que hoy "va a dar otra vuelta" y en menos de 24 horas se marcha a Nimes.? Ma?ana, el v¨ªdeo.
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