Trieste, la ciudad de perfil

1. Saba, Svevo. E incluso Joyce, que vivi¨® en Trieste, la ciudad de perfil, la ciudad austro-h¨²ngara del Adri¨¢tico, que quiso ser, y lo es, italiana, esa ciudad que mira al mar empujada por el imponente macizo monta?oso del Carso. Las huellas del gran Umberto Saba, poeta y librero, del inmenso Italo Svevo, novelista y jud¨ªo, incluso las de Joyce, que vino a Trieste para ganarse la vida dando clases de ingl¨¦s y escribir sus mejores textos, est¨¢n presentes ¡ªplacas, estatuas de bronce, recorridos a pie¡ª por toda la ciudad. Pero hay otros escritores triestinos. Estos, y otros m¨¢s.

2. El particularimos triestino. La expresi¨®n se la tomo a Claudio Magris, que tanto ha escrito sobre su ciudad natal. Y sobre sus escritores, sobre Scipio Slataper, nacido austro-h¨²ngaro, muerto como voluntario italiano en la Gran Guerra, autor de Mi Carso (Ardicia, 2014), una bell¨ªsima eleg¨ªa sobre Trieste y su diversidad. Slataper influy¨® en Giani Stuparich, autor que sobrevivi¨® a la Gran Guerra, aunque no su hermano Carlo, tambi¨¦n escritor (los dos comparten calle y reposan en el mismo mausoleo familiar). De Giani, esa gran editorial que es Min¨²scula ha publicado tres libros, el ¨²ltimo, Guerra del 15. Otra joya, Un a?o de escuela en Trieste.

3. Marisa Madieri. La mujer de Magris, nacida en Fiume, tierra croata que dej¨® de ser italiana tras la ¨²ltima guerra, al final de su vida, truncada por un c¨¢ncer, escribi¨® uno de los libros m¨¢s conmovedores que uno ha le¨ªdo, Verde agua (Min¨²scula, 2000; hace unos meses sali¨® en otro formato), un terrible y bell¨ªsimo relato sobre esos exiliados italianos, jud¨ªos unos, otros no, refugiados en Trieste y expulsados de Fiume. Un bell¨ªsimo ejercicio de memoria hist¨®rica y familiar que la autora hizo convivir con su propia realidad: ¡°Quiz¨¢ un bultito que me he descubierto otra vez en el pecho me recuerda¡­¡±.

4. Otras estelas. Franco Vegliani (Trieste, 1915), su padre de Fiume. Combatiente en la ¨²ltima guerra, fue periodista y escritor. Min¨²scula ha editado La frontera: para Magris ¡°uno de los libros m¨¢s hermosos de la literatura triestina de posguerra¡±. O P. A. Quarantoti Gambini, compa?ero de Saba de caf¨¦s, muerto hace 50 a?os y autor de La estela del crucero (Seix Barral, 1971), sobre la amistad de tres adolescentes en el puerto triestino. O Roberto Bazlen, muerto hace 50 a?os, que nunca quiso publicar este texto inconcluso, El capit¨¢n de altura (Trama, 1996). O el poeta dialectal, Virgilio Giotti (Colores, Pre-Textos, 2010). O Fulvio Tomizza, descatalogado en Alfaguara. O¡­

5. El librero alem¨¢n. Adem¨¢s de todos estos textos citados ¡ªy los olvidados¡ª, el viajero curioso que recorra esta ciudad fronteriza, aplastada por el Carso y por la historia, cruce de caminos y civilizaciones, no debe dejar de meter en la mochila alguna de las muchas novelas policiacas del alem¨¢n, establecido de librero en Trieste, Veit Heinichen (le publica Siruela: yo me llev¨¦ Sobre gustos no hay nada escrito, es verdad y hay donde elegir). La serie del comisario triestino Proteo Laurenti es una delicia para callejear y conocer todas sus identidades y diversidades actuales. Forma parte tambi¨¦n del particularismo triestino.