El expolio de la guerra siria llega a C¨®rdoba
Un especialista en Estudios ?rabes identifica un fragmento de un tratado m¨¦dico del siglo XV de ¡°valor enorme¡±
?Recuerdan esas enormes mazas golpeando los milenarios toros alados en la entrada de la antigua N¨ªnive, en Irak? ?O las im¨¢genes a c¨¢mara lenta de varios hombres destrozando estatuas milenarias en el museo de Mosul? Todas fueron realizadas por los brazos medi¨¢ticos del Estado Isl¨¢mico, el grupo fundamentalista que controla amplias zonas de Irak y Siria. Pero esta fanfarria propagandista, que se vanagloria de la destrucci¨®n de los restos previos al islam, silencia un problema que Oriente Pr¨®ximo arrastra desde hace siglos y que ha reverdecido con las guerras civiles: el expolio de su patrimonio.
Si la destrucci¨®n a martillazos o con dinamita del pasado es una amputaci¨®n de la historia, no lo es menos el desmembramiento de sus piezas para entregarlas al mejor postor. Uno de estos trofeos ha aterrizado, procedente de Siria y despu¨¦s de un periplo desconocido, en la Universidad de C¨®rdoba. Hace unos meses, un hombre entr¨® en el despacho del catedr¨¢tico de Estudios ?rabes, Juan Pedro Monferrer. Sobre su mesa de trabajo, con dos grandes monitores de ordenador y cubierta por libros, dej¨® para su estudio una cuartilla de papel. Se trataba de una hoja de un c¨®dice m¨¦dico ¨¢rabe excepcional, copia del siglo XV o XVI de un texto anterior, escrita en caracteres siriaco-arameos. Uno de los pocos ejemplos que se conocen de este g¨¦nero.
El documento fue escrito con una finalidad pr¨¢ctica. ¡°Consta de un listado de simples [compuestos de un medicamento] y sus aplicaciones cl¨ªnicas, indicando la afecci¨®n para la que eran destinadas estas sustancias¡±, se?ala Monferrer. El fragmento es de los pocos textos conocidos de este tipo en karshuni (lengua ¨¢rabe escrita con caracteres siriaco-arameos propia de comunidades cristianas que viven en Siria y L¨ªbano). El experto considera que su valor patrimonial es ¡°enorme¡±.
¡°Para conocer una fecha m¨¢s exacta de cuando fue escrito ser¨ªa imprescindible tener el c¨®dice original, pero esto es muy complicado. Es una hoja arrancada y seguramente el c¨®dice del que proviene ya no existe. Habr¨¢ sido desmembrado¡±, lamenta el arabista. ¡°Este tipo de expolios se ha dado siempre, incluso antes de la guerra civil siria. Aunque el fen¨®meno se ha agravado por la contienda¡±, reconoce el catedr¨¢tico. Monferrer se?ala que la b¨²squeda de lucro en el patrimonio no entiende de culturas ni religiones, y fija su memoria en lo ocurrido en 2003 en Bagdad: ¡°Cuando las tropas de Estados Unidos entraron en la ciudad, muchos soldados fueron directamente al Museo Arqueol¨®gico, que estaba desprotegido y abandonado. Una gran cantidad de aquellas piezas lleg¨® a Europa y a EE UU, como ha sucedido ahora con este texto en karshuni que hemos estudiado¡±.
Que ese legajo haya aparecido en C¨®rdoba y no en otra puede verse tambi¨¦n de forma simb¨®lica. La ciudad andaluza fue el centro de la cultura isl¨¢mica en Espa?a. Capital del califato de Al ?ndalus en el a?o 1000, su sofisticada civilizaci¨®n preserv¨® buena parte del saber cl¨¢sico europeo y difundi¨® por el continente el nuevo conocimiento que transmiti¨® inteligentemente la cultura ¨¢rabe. ¡°En realidad, del creciente f¨¦rtil de Siria e Irak nos viene casi todo¡±, resume Monferrer. ¡°La agricultura, las primeras civilizaciones, las religiones monote¨ªstas, todo. Europa no se entender¨ªa sin Oriente Pr¨®ximo. Y C¨®rdoba tuvo un papel fundamental en aquel momento¡±, destaca. ¡°Por eso, la destrucci¨®n del patrimonio art¨ªstico en Siria o Irak es la p¨¦rdida de nuestro propio patrimonio. La historia es una cadena continua y la nuestra nos enlaza de forma directa con esa tierra¡±.
La Unesco estima que el mercado negro de antig¨¹edades genera tanto movimiento de capitales como el tr¨¢fico de armas o de drogas. Se comercia no solo con esculturas o elementos arquitect¨®nicos, tambi¨¦n con textos que permiten medir el grado de desarrollo de la civilizaci¨®n que los redactaba, copiaba y utilizaba. Pero dado que el mercado negro es opaco, es dif¨ªcil estimar qu¨¦ cantidad de textos est¨¢n saliendo de Siria y otros pa¨ªses ¨¢rabes en conflicto rumbo a colecciones privadas u otros intereses depredadores. ¡°No podemos cuantificar la cifra, pero nos tememos que es realmente importante¡±, dice Monferrer. Mientras tanto, el texto que el arabista estudi¨® ha regresado a las sombras del mundo del coleccionismo; ha vuelto a manos de quien pag¨® por ¨¦l. Alguien cuya identidad es un secreto.
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