Fin de Feria con sorpresas
El cierre se echar¨¢ con cierto optimismo: en el peor de los casos se habr¨ªa tocado fondo tras un lustro desatroso; en el mejor habr¨ªa un esperanzador repunte
Quedan dos intensos d¨ªas para que a la Feria del Libro de Madrid le llegue la hora del entierro de la sardina. Este a?o, en espera de datos oficiales, se echar¨¢ el cierre con cierto optimismo: en el peor de los casos se habr¨ªa tocado fondo en el prolongado desastre del ¨²ltimo lustro; en el mejor, las ventas habr¨ªan experimentado un esperanzador incremento. Lejos quedan, en cualquier caso, los esplendores de 2008, cuando en este pa¨ªs hab¨ªa tanta alegr¨ªa que hasta se compraban libros. Como siempre, cada uno cuenta la feria seg¨²n etc¨¦tera, pero han quedado algunas cosas claras. Por ejemplo, que quien no tiene ¡°firmas¡± en la caseta no se come ni la mitad de roscas que los que echan la caseta por la ventana y se curran la presencia de autores. Que se lo pregunten ¡ªson s¨®lo dos ejemplos¡ª a mis queridos Antonio M¨¦ndez (Librer¨ªa M¨¦ndez) o Lola Larumbe (Rafael Alberti), que no han parado de abrir cajas de libros para dar abasto a la cola que se formaba ante sus casetas. Otros, como los editores independientes de Contexto, llegaron a batir su r¨¦cord hist¨®rico de ventas en el primer domingo del certamen. Otra caracter¨ªstica de la edici¨®n de este a?o ha sido el clamoroso ¨¦xito de los libros para adolescentes y j¨®venes adultos. Sorprende el tama?o de las colas que se han formado para obtener firmas de autores tan distintos como el veterano Andrzej Sapkowski o la jovenc¨ªsima Clara Cort¨¦s. Y sorprende tambi¨¦n el ¨¦xito que entre las chicas (mejores compradoras que los chicos) sigue teniendo la novela de ¡ªm¨¢s o menos¡ª fantas¨ªa heroica con elementos ¡°paranormales¡±, romance y otros ingredientes infalibles. Se siguen vendiendo las sagas multimillonarias y casi intercambiables de Veronica Roth (Divergente) y Suzanne Collins (Los juegos del hambre) o las trilog¨ªas de la valenciana Laura Gallego, una de las j¨®venes autoras espa?olas m¨¢s prol¨ªficas y populares. El otro d¨ªa, mientras le¨ªa en diagonal alguno de esos libros, me vino a la memoria aquel pasaje del cap¨ªtulo XLIX de El Quijote en que el can¨®nigo, dirigi¨¦ndose al hidalgo, critica ¡°la infinidad de Amadises¡± y la ¡°turbamulta de tanto famoso caballero, de tanto emperador de Trapisonda, tanto Felixmarte de Hircania¡± como poblaban el tipo de novela m¨¢s popular en la Espa?a de los siglos XVI y XVII. En fin, que nada nuevo bajo la carpa de firmas. Al relativo ¨¦xito de la Feria de este a?o han contribuido tambi¨¦n el tiempo anticicl¨®nico (cruzo dedos para que este fin de semana siga igual) y el buen funcionamiento de otros elementos menos caprichosos, como el departamento de comunicaci¨®n, a cargo del ya tradicional combo Ferreira and her girls.
Sorpresas
La Feria las depara con abundancia. Juli¨¢n Rodr¨ªguez Marcos, director de Perif¨¦rica, me se?ala la reedici¨®n con honores de estreno (nueva traducci¨®n de Carmen Torres Garc¨ªa) de una de las ¡°falsas novelas¡± m¨¢s hermosas que he le¨ªdo: Recuerdos de un pasado que se desvanece, del irland¨¦s Aidan Higgins. Publicada en 1977, cuando el autor contaba 50 a?os, esta estupenda ficci¨®n autobiogr¨¢fica fue publicada por Alfaguara en 1987, con el t¨ªtulo ¡ªen mi opini¨®n m¨¢s apropiado¡ª Escenas de un pasado que se aleja. La lectura de este Bildungsroman en dos tiempos ¡ªinfancia/adolescencia y madurez¡ª recuerda constantemente su deuda con el Joyce del Retrato (r¨ªgida educaci¨®n cat¨®lica) y su posterior influencia en la estupenda ¡ªy mucho menos conocida¡ª Nadan dos chicos, del tambi¨¦n irland¨¦s Jamie O¡¯Neill (2001; Pre-Textos, 2005): las tres novelas utilizan elementos autobiogr¨¢ficos de sus autores para trazar sucesivas incursiones oblicuas en la historia irlandesa del siglo XX. Tambi¨¦n me han sorprendido dos libros de cr¨®nicas sobre momentos conflictivos de la historia del siglo pasado. El ocaso de Europa (F¨®rcola) re¨²ne en edici¨®n del profesor Eduardo Becerra (responsable de diversas ediciones cr¨ªticas de la obra de Alejo Carpentier publicadas por Akal) las l¨²cidas cr¨®nicas escritas por el escritor cubano en 1941 para la revista Carteles en torno a la ca¨ªda y humillaci¨®n de Par¨ªs, ciudad en la que hab¨ªa vivido y de la que se sent¨ªa ciudadano. Muy interesantes son tambi¨¦n los art¨ªculos, cr¨®nicas y reportajes del periodista vallisoletano Jos¨¦ Luis Salado (muerto en Mosc¨² en 1956) reunidos en el volumen Tiros al blanco, periodismo bajo las bombas (Renacimiento, serie Espuela de Plata, 2014) en edici¨®n del tambi¨¦n profesor Juan R¨ªos Carratal¨¢. Salado, un periodista todoterreno que ejerc¨ªa su trabajo en el muy popular diario La Voz ¡ªla contrapartida empresarial de El Sol¡ª, proporciona en sus art¨ªculos una visi¨®n ins¨®lita ¡ªa veces centrada en personajes de la calle, otras en el mundo del cine y la far¨¢ndula¡ª del Madrid en guerra, sin ahorrar vitri¨®licos comentarios acerca de los ahuecaos que ¡°desertaban¡± de la ciudad (incluyendo a pr¨®ceres como Azor¨ªn, Ortega, Baroja y otros) en busca de aires m¨¢s seguros.
Cat¨¢logo
En esta edici¨®n, la Feria ha homenajeado ¡ª?aunque, la verdad, casi no se ha notado¡ª a autores como Valente, Mart¨ªn Gaite, Matute, o ¡ªcentenario obliga¡ª Teresa de ?vila. La esforzada Feli Corvillo, propietaria de la librer¨ªa Polifemo (caseta 224) y una de las m¨¢s imaginativas libreras que conozco, ha contribuido al homenaje a la santa renacentista con otro de sus imprescindibles (y gratuitos) cat¨¢logos anuales. El de este a?o es El siglo de Teresa de ?vila, en el que, a lo largo de 48 p¨¢ginas, se recogen m¨¢s de mil referencias de libros relacionados con la autora y su ¨¦poca. Si se pasan por la caseta de Polifemo (librer¨ªa y editorial), tengan cuidado de que no se les caiga sobre un pie (como me pas¨® en mi casa) el enorme mamotreto Glosa sobre las ?Trezientas? del famoso poeta Juan de Mena (1499), del humanista Hern¨¢n N¨²?ez de Toledo (edici¨®n de Juli¨¢n Weiss y Antonio Cortijo Oca?a), un libro que ¡ªaunque les cueste creerlo¡ª fue un conspicuo best seller en el siglo XVI. Me temo, sin embargo, que su meritorio editor no consiga encaramarlo en la lista de m¨¢s vendidos de la Feria.
Subastero
Me gusta informarme de las subastas de libros y documentos, pero ¡ªay¡ª nunca puedo conseguir nada de lo que realmente me interesa. Estos ¨²ltimos d¨ªas me he quedado sin poder pujar en una casa de subastas madrile?a por una peque?a joya que sal¨ªa a 1.500 euros: el certificado de nacionalidad (con foto incluida) expedido (1934) por el Consulado de Espa?a en Par¨ªs a nombre de la cubana do?a Mar¨ªa Caridad del R¨ªo de Mercader (1892-1975), la nada dulce mam¨¢ del asesino de Trotski. A¨²n m¨¢s he sentido tener que renunciar (la subasta tendr¨¢ lugar en Bonham¡¯s, en Londres, el d¨ªa 24) a hacerme con una carta manuscrita de T.?S. Eliot a Lytton Strachey (diciembre de 1923) en la que, entre otros asuntos, le invitaba a un peque?o party en su casa, al que tambi¨¦n asistir¨ªan Leonard y Virginia Woolf, y en el que, seg¨²n refiri¨® la ¨²ltima en sus diarios, ¡°Tom¡± acab¨® bastante ¡°pedo¡±. Ni vendiendo todas mis modestas primeras ediciones dedicadas podr¨ªa conseguir las 2.000 o 3.000 libras que piden por la misiva. Otra vez ser¨¢.
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