Apogeo y futuro del ballet latinoamericano

La novena edici¨®n del Festival Internacional de Ballet de Cali termin¨® el domingo pasado con una funci¨®n masiva de gala donde bailan artistas de hasta ocho nacionalidades y que es fiel reflejo de lo que fue ya la gala inaugural hace siete d¨ªas. La directora art¨ªstica, Gloria Castro, maestra fundadora e infatigable promotora, tanto del festival como de la compa?¨ªa Incolballet, hoy d¨ªa la mejor compa?¨ªa de la especialidad en territorio colombiano y una de las m¨¢s pujantes de Am¨¦rica Latina; en su discurso Gloria Castro aludi¨® a las dificultades y escollos para seguir adelante con tan meritorio trabajo, que reconocido hoy d¨ªa ampliamente tanto por la creaci¨®n de un nuevo p¨²blico cale?o que llena desde teatros a plazas de toros, y sobre todo por la presencia de bailarines formados por ella en compa?¨ªas de Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y Estados Unidos.

El precioso Teatro Municipal Enrique Buenaventura alberg¨® una serie de programas mixtos donde la escuela cubana de ballet y sus figuras dominaron con maestr¨ªa y estilo, pero encontraron a la vez s¨®lidas r¨¦plicas en artistas j¨®venes, ya hoy primeras figuras, venidas de Santiago de Chile, Rep¨²blica Dominicana o de Uruguay. La representaci¨®n europea se concentr¨® en un grupo procedente del cuerpo de baile del Teatro San Carlos de N¨¢poles y el conjunto Magdeburgo Ballet de la regi¨®n b¨¢vara. Por tercer a?o consecutivo la compa?¨ªa Danza Contempor¨¢nea de Cuba trajo obras bastante novedosas y rupturistas.

No ha escaseado el virtuosismo de los pasos a dos acad¨¦micos junto a obras de nueva creaci¨®n. Especialmente interesantes el trabajo del dominicano Marcos Rodr¨ªguez junto a la bailarina Jennifer Ulloa donde el joven despliega adem¨¢s de un baile energ¨¦tico una instintiva capacidad r¨ªtmica. Es el caso tambi¨¦n de la bailarina cubana Eli Regina, esta vez en su vertiente de core¨®grafa, con el aporte de Dueto intenso di¨¢logo de ballet contempor¨¢neo que no dej¨® indiferente a nadie. Romina Contreras y Jos¨¦ Manuel Ghiso hicieron un Romeo y Julieta musical y sentido sobre la coreograf¨ªa de John Cranko, lo que es demostraci¨®n fehaciente del rigor de la directora Marcia Haydee al frente del Ballet Nacional chileno.

En las dos apariciones esc¨¦nicas de la primera bailarina cubana Viengsay Vald¨¦s y su partenaire habitual V¨ªctor Est¨¦vez, el p¨²blico se puso en pie. Tanto si hablamos del Don Quijote como del Cisne Negro, el escenario del Teatro Municipal de Cali tiene una potente inclinaci¨®n que casi supera los cinco grados, lo que en general intimida a los bailarines que deben evolucionar sobre ¨¦l, pero estos artistas hicieron de la dificultad virtud, lo mismo que los j¨®venes uruguayos que trajo hasta aqu¨ª el director art¨ªstico Julio Bocca.

El Festival Internacional de Ballet de Cali establece un tri¨¢ngulo especial y din¨¢mico con los otros dos eventos de la regi¨®n con que se complementa: el Festival Internacional de Ballet de La Habana y el Festival Internacional de Miami. Este ¨²ltimo que en septiembre de este a?o cumple su vig¨¦sima edici¨®n. Estos tres festivales pueden ser un term¨®metro que mida la verdadera temperatura y el alcance de lo que pasa con el ballet en Latinoam¨¦rica, siendo el evento colombiano el que m¨¢s ha apostado a la vez por exhibir las expresiones m¨¢s contempor¨¢neas y vanguardistas. Es evidente que aqu¨ª tambi¨¦n la danza y el ballet viven un apogeo en medio de las luchas por sobrevivir en la crisis global, siendo evidente que hay una cantera solid¨ªsima y la continuidad ha generado un p¨²blico entusiasta. Mirar a Am¨¦rica Latina como una localizaci¨®n de futuro para el arte de la danza no es quim¨¦rico sino objetivo.