Art Basel, destino de los coleccionistas m¨¢s ricos
La feria de Basilea se puede analizar como una fiesta del arte o una org¨ªa del dinero
Art Basel (la exclusiva feria de arte que desde hace 45 a?os se celebra en Basilea), que arranca hoy para los profesionales,? se puede analizar como una fiesta del arte o una org¨ªa del dinero. Este a?o en las paredes de los 320 estands que dibujan el certamen cuelga obra valorada en 3.000 millones de d¨®lares (unos 2.600 millones de euros). Si el mundo, las finanzas y la vida fueran un lugar justo las galer¨ªas que acuden a tierras suizas se repartir¨ªan m¨¢s de ocho millones de euros por cabeza. Pero este c¨¢lculo es, desde luego, falso. Cada una afrontar¨¢ su propio destino. Su suerte depender¨¢ de la calidad de las obras que lleven y de los coleccionistas que logren atraer.
En principio, la mayor¨ªa de las galer¨ªas plantean una estrategia similar y reservan durante todo el a?o muchas de sus mejores piezas para la feria. Obras potentes, rotundas pero, sobre todo, caras. Esta propuesta provoca que sufra el coleccionismo de clase media (por escribirlo as¨ª) y sean los grandes privilegiados del dinero los que de verdad dominen las compras. Resulta parad¨®jico que incluso en un lugar como este se sienta la inequidad del mundo.
Los 320 estands que dibujan el certamen cuelga obra valorada en? 2.600 millones de euros
Porque todo el sistema est¨¢ pensado para atraer en principio a coleccionistas con grandes recursos. Tampoco hay muchas m¨¢s opciones. Si un estand puede costar m¨¢s de 70.000 euros resulta imposible que una galer¨ªa lo amortice con obra muy asequible. Muchas de las 90.000 personas que visiten la feria esta semana se ir¨¢n, una vez m¨¢s, con las manos vac¨ªas aunque, quiz¨¢, con la mirada llena.
Y en esa visi¨®n aumenta el peso del arte moderno y de postguerra frente a la avalancha de lo contempor¨¢neo. Los coleccionistas de maestros cl¨¢sicos crecen, quiz¨¢, por los excelentes resultados este a?o en subasta para Picasso, Giacometti y compa?¨ªa. Suelen ser rusos, ¨¢rabes y estadounidenses que no tiemblan ante las grandes cifras y cuya presencia transita m¨¢s en silencio que cuando acuden Brad Pitt o Leonardo DiCaprio.
Pero incluso en este mundo del arte, lo vano y el dinero, Art Basel tambi¨¦n atrae a un coleccionista serio, comprometido, ajeno a la especulaci¨®n y el mercado que entiende el oficio de coleccionar como el de vivir: un compromiso con su tiempo, la creaci¨®n y los artistas. ?A qui¨¦n le extra?a? Los coleccionistas siempre han sido un peque?o zoo de cristal.?
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