Esos entra?ables 'geeks' de 'Silicon Valley'
Con su primera temporada, Silicon Valley ya demostr¨® que no es una comedia al uso. Y cuanto menos ¡°al uso¡± es, mejor. Los primeros cap¨ªtulos de esta serie de HBO supusieron una grata sorpresa que se ha confirmado en la segunda tanda, que lleg¨® a su fin el lunes en Canal + Series. La historia se centra en un grupo de j¨®venes emprendedores que trata de sacar adelante una aplicaci¨®n, Pied Piper, y su revolucionario algoritmo de compresi¨®n de datos. Algo que al com¨²n de los mortales nos suena a chino, pero que resulta esencial para hacernos m¨¢s f¨¢cil y c¨®moda nuestra vida digital.
Silicon Valley no huye de los t¨®picos, como esa incapacidad para las relaciones sociales o la dificultad de sostener la mirada cuando el interlocutor de uno de sus personajes masculinos es una mujer. Pero usa los estereotipos a su favor, con inteligencia y sin caer ¡ªnormalmente¡ª en el chiste f¨¢cil. Eso s¨ª, igual que ocurri¨® en la primera temporada, cuanto m¨¢s libre es, cuanto m¨¢s se sale de los caminos habituales, mejor funciona. Mucha culpa la tiene el despreocupado descaro del personaje al que da vida T. J. Miller. Grandioso el momento en el que decide que la mejor t¨¢ctica es despreciar las ofertas de sus posibles inversores insult¨¢ndoles y d¨¢ndose aires de grandeza.
Grande tambi¨¦n ese cap¨ªtulo final en el que, en una retransmisi¨®n en streaming de una persona atrapada en un cortado en las monta?as (ser¨ªa muy largo explicar c¨®mo llega a esa situaci¨®n...), los personajes est¨¢n m¨¢s atentos a la calidad del v¨ªdeo que a lo que est¨¢ pasando mientras que, seg¨²n aumenta la agon¨ªa del accidentado, crece el n¨²mero de espectadores de ese morboso Gran Hermano.
La segunda temporada de una serie que ha logrado cierto eco con su debut siempre es complicada por el peso de las expectativas. Pero Silicon Valley ha sabido vadear el peligro y mantenerse fiel a s¨ª misma. Y, de paso, re¨ªrse de ese mundo de competitividad extrema en el que viven inmersas las empresas tecnol¨®gicas que forman parte del valle del silicio.
¡°No quiero vivir en un mundo donde otra persona hace del mundo un lugar mejor, mejor que como nosotros lo hacemos¡±, dice el responsable de Hooli, la compa?¨ªa rival de los protagonistas. Aprender a vivir en ese mundo, como en cualquiera en el que hay en juego tanto dinero y poder, no es nada f¨¢cil. Los premios ya est¨¢n empezando a reconocer a Silicon Valley. Cuidado que los geeks piden paso.
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