Chav¨ªn de Hu¨¢ntar o la exhibici¨®n del poder sacerdotal

A m¨¢s de 400 kil¨®metros al noreste de Lima (Per¨²) y a m¨¢s de 3.000 metros sobre el nivel del mar, hay un sitio arqueol¨®gico que hace tres milenios tuvo su ¨¦poca de esplendor. Se llama Chav¨ªn de Hu¨¢ntar y fue un centro ceremonial donde los sacerdotes recib¨ªan a peregrinos en busca de or¨¢culos. Con sustancias alucin¨®genas y efectos sonoros bien planeados, manipulaban las percepciones de los reci¨¦n llegados. Mediante esa estrategia, mantuvieron su autoridad durante 800 a?os sin necesidad de un ej¨¦rcito y no tardaron en consolidar la desigualdad social en los alrededores. Los detalles de la historia se cuentan en El teatro del m¨¢s all¨¢. Chav¨ªn de Hu¨¢ntar, un documental que se estrena esta noche en el canal Odisea (23:00h) y que puede verse en la Casa de Am¨¦rica de Madrid hasta el pr¨®ximo 27 de junio.

Chav¨ªn es un decorado para que los sacerdotes pudieran consolidar su poder, exhibiendo su contacto con los dioses

Dirigido por Jos¨¦ Manuel Novoa (El se?or de Sipan, La dama de Cao, El legado celta), la cinta se adentra en las profundidades de una de construcci¨®n de avanzadas t¨¦cnicas de arquitectura e ingenier¨ªa y recrea las actividades lit¨²rgicas que se realizaban en el lugar. ¡°Conoc¨ª Chav¨ªn hace a?os y me interes¨® el sitio no s¨®lo por ser una obra de arquitectura e ingenier¨ªa colosal e incre¨ªble, sino por su historia: la consolidaci¨®n de la desigualdad que produjeron y el hecho de ser el primer gobierno teocr¨¢tico en Am¨¦rica del Sur. Es una construcci¨®n tit¨¢nica en la que, sin duda, tuvo que intervenir mucha gente. Y, sin embargo, todo eso era principalmente un decorado. Un decorado para que los sacerdotes pudieran consolidar su poder, exhibiendo su contacto con los dioses. Y eso les permiti¨® influir en las culturas posteriores, incluidos los Incas¡±, dice Novoa.

Este es el noveno film del experimentado documentalista sobre temas arqueol¨®gicos peruanos. ¡°Un d¨ªa de 1990 fui a Chiclayo con [el arque¨®logo peruano] Walter Alba, quien iba con la pistola desenfundada. Porque era la ¨¦poca tremenda de Sendero Luminoso. Llegamos a una excavaci¨®n, dio cuatro o cinco disparos al aire y los saqueadores de tumbas salieron como hormigas. Al ver aquello, dije: ?este t¨ªo es Indiana Jones! Hombre, lo que tiene la arqueolog¨ªa, aparte de lo acad¨¦mico y cient¨ªfico, es un componente de aventura muy potente. Tambi¨¦n me parecieron incre¨ªbles los hallazgos de Walter y entonces pens¨¦ en rodar algo de arqueolog¨ªa. Lo primero que hice fue en el a?o 1999, Precursores del Inca, y luego otras tantas. Hasta llegar a esta¡±, cuenta el tambi¨¦n periodista radiof¨®nico.

Con planos a¨¦reos rodados en la cordillera de los Andes, efectos en tercera dimensi¨®n y unidades de sonido ultrasensibles, El teatro del m¨¢s all¨¢ cuenta con los testimonios de los destacados arque¨®logos John Rick y Luis Lumbreras y la recreaci¨®n de las ceremonias precolombinas de Chav¨ªn de Hu¨¢ntar. ¡°Antes los documentales eran unos ladrillos. Si no sab¨ªas de arqueolog¨ªa, no pod¨ªas ver eso. Hacer recreaciones con actores aproxima al espectador a lo que se est¨¢ contando. Porque nos dirigimos a todos los p¨²blicos y no a los especialistas. Es una producci¨®n que nada tiene que envidiar a una producci¨®n cinematogr¨¢fica de ficci¨®n. La recreaci¨®n, avalada por los estudios de los expertos, le da seriedad. Es para que el espectador comprenda m¨¢s¡±, puntualiza el director, quien destaca, adem¨¢s, que ¡°esta pel¨ªcula es hispanoperuana no s¨®lo a nivel financiero, sino, sobre todo, humano. Desde aqu¨ª viajaron 12 personas. Y en Per¨² est¨¢ la gente de vestuario, maquillaje¡­ Es un equipo muy compacto, con el que he trabajado en otras ocasiones.¡±

A los 21 a?os, despu¨¦s de una decepci¨®n amorosa, Jos¨¦ Manuel Novoa cogi¨® la mochila y se fue a recorrer la Amazon¨ªa durante cuatro meses. ¡°Y ese fue el detonante de mi profesi¨®n y pasi¨®n¡±, cuenta ahora. Despu¨¦s de conocer a fondo la historia de Per¨², afirma que en ese pa¨ªs ¡°las culturas precolombinas se han sucedido unas a otras. La ¨²nica cultura verdaderamente militar es la Inca. El resto no son agresivas, sino receptoras del conocimiento de las interiores. Pero luego llegaron los conquistadores espa?oles y, claro, las cosas se complicaron m¨¢s¡±, concluye con media sonrisa.