Kirill Petrenko vence a los favoritos y dirigir¨¢ la Filarm¨®nica de Berl¨ªn

La Filarm¨®nica de Berl¨ªn lo ha vuelto a hacer. Y la designaci¨®n por votaci¨®n de sus m¨²sicos del ruso Kirill Petrenko (Omsk, 1972) como pr¨®ximo director titular marca un antes y un despu¨¦s, como ya ocurri¨® en el pasado con las de Claudio Abbado y Simon Rattle. En esta ocasi¨®n no hubo convocatoria p¨²blica, ni c¨®nclave a puerta cerrada o anuncio en forma de fumata blanca o negra. Nada de nada. La expectaci¨®n medi¨¢tica que gener¨® en mayo la fallida elecci¨®n del director de la orquesta m¨¢s influyente del mundo llev¨® a sus responsables a realizar una asamblea secreta el pasado domingo. Y el elegido por mayor¨ªa no fue ninguno de los favoritos para el puesto: ni Christian Thielemann, ni Andris Nelsons, ni Gustavo Dudamel, ni Mariss Jansons, ni Daniel Barenboim.

Petrenko es un director ruso s¨®lo relativamente conocido a nivel internacional, con una carrera poco s¨®lida a sus espaldas y una exigua discograf¨ªa. En realidad, sus mayores logros han sido bien recientes: la direcci¨®n del Anillo de Wagner en el Festival de Bayreuth en 2013 y 2014 y el puesto de responsable musical de la ?pera Estatal de Baviera, que ocupa desde hace dos temporadas.

La sorpresa y desconcierto por esta inesperada elecci¨®n comenzaron a manifestarse en la Red tan s¨®lo unas horas despu¨¦s de la asamblea. La filtraci¨®n de la noticia en el blog de Manuel Brug, el cr¨ªtico musical de Die Welt, sirvi¨® para que el anuncio oficial realizado ayer en rueda de prensa no tuviese el efecto medi¨¢tico esperado.

La comparecencia p¨²blica en el foyer de la Philharmonie cont¨® con la presencia del intendente y los responsables de la asamblea de la orquesta, que proclamaron el nombre del elegido y dieron lectura a algunas frases incluidas en la emocionada carta de aceptaci¨®n del director ruso: ¡°Las palabras no pueden expresar lo que siento¡±; ¡°Concentrar¨¦ toda mi energ¨ªa para ser un l¨ªder digno de esta sensacional orquesta¡±, o ¡°Espero muchos momentos de felicidad art¨ªstica¡±. Est¨¢ ligado por contrato a la ?pera b¨¢vara hasta 2020 y el brit¨¢nico Rattle, actual titular del conjunto berlin¨¦s, dejar¨¢ la formaci¨®n en 2018 para ocupar el mismo puesto en la London Symphony, por lo que Petrenko compatibilizar¨¢ ambas responsabilidades esos dos a?os.

Lo que queda claro es que no hay dudas acerca de la calidad de Petrenko como director de orquesta. Formado en Austria y forjado en el foso de teatros menores de Viena y Turingia, dispone de un s¨®lido repertorio y una qu¨ªmica natural con las orquestas.

Mantuvo una estrecha vinculaci¨®n con Berl¨ªn durante su etapa al frente de la ?pera C¨®mica (2002-2007), que le propici¨® su primera invitaci¨®n en 2006 para dirigir a los filarm¨®nicos berlineses. La experiencia result¨® muy positiva, pero a¨²n recuerda el mal rato que pas¨® en sus primeros ensayos con la orquesta, pues estaba tan cohibido que no se atrev¨ªa a decir lo que pensaba. Y es que la imagen y las formas del director ruso nada tienen que ver con las de alguien del actual star system de la m¨²sica cl¨¢sica.

El fin de un mito

La elecci¨®n supone el fin del mito del maestro como lo defini¨® el cr¨ªtico Norman Lebrecht en su famoso libro de 1991. El director ruso no parece interesado por el poder y la fama, sino tan s¨®lo por la m¨²sica y los profesores con los que trabaja. Sin embargo, su relaci¨®n con la orquesta berlinesa ha sido muy escasa si se le compara con sus antecesores Abbado y Rattle. Petrenko s¨®lo ha dirigido a la Filarm¨®nica de Berl¨ªn en 2006, 2009 y 2012, tres programas que contaron con interesantes versiones de la Segunda sinfon¨ªa de Rachmaninov, la Segunda de Elgar o Le Po¨¨me de l¡¯extase de Scriabin, aunque cancel¨® su ¨²ltima actuaci¨®n el pasado diciembre con la Sextade Mahler por circunstancias personales nunca aclaradas.

Nadie contaba con su nombre en las quinielas y su elecci¨®n ha sorprendido tambi¨¦n a varios miembros de la orquesta, entre ellos el violista espa?ol Joaqu¨ªn Riquelme, quien no ha tenido la oportunidad de tocar nunca bajo su direcci¨®n. Otros integrantes de la formaci¨®n, como la conocida y medi¨¢tica trompista Sarah Willis, se muestran mucho m¨¢s convencidos.

La de Petrenko y sus m¨²sicos ser¨¢, a buen seguro, una relaci¨®n fruct¨ªfera e interesante, aunque tambi¨¦n suponga un antes y un despu¨¦s en el mundo de la m¨²sica cl¨¢sica. Las grandes orquestas llenas de solistas y egos inmensos como la Filarm¨®nica de Berl¨ªn ya no necesitan directores medi¨¢ticos: ellas mismas son el centro del espect¨¢culo.