'True Detective', borr¨®n y cuenta nueva
True Detective lleg¨® el a?o pasado a nuestras vidas como un terremoto. Al poco de estrenarse, y gracias tambi¨¦n al despliegue de toda la artiller¨ªa promocional de la cadena HBO (que ya solo con sus siglas despierta expectaci¨®n all¨¢ donde va), el mundo seri¨¦filo se rend¨ªa a sus pies. True Detective ten¨ªa algo que atrapaba. La ambientaci¨®n, la fotograf¨ªa, la banda sonora, los personajes, la filosof¨ªa, las referencias literarias, el estilo narrativo, el an¨¢lisis y sobrean¨¢lisis que gener¨®, las actuaciones... Por tener, ten¨ªa hasta una de las tomas m¨¢s comentadas del a?o, el plano secuencia de seis minutos con el que termina el cuarto cap¨ªtulo. Ahora hace frente a su reto m¨¢s complicado: la segunda temporada.
True Detective hace borr¨®n y cuenta nueva para sus nuevos ocho cap¨ªtulos. Nuevos personajes, nuevos actores, nueva historia, nueva ambientaci¨®n, nueva localizaci¨®n. Para encarar a la segunda entrega, lo primero que hay que hacer es olvidarse de las comparaciones y del recuerdo de aquella historia que ten¨ªa lugar en la Luisiana profunda. Tras ver los primeros tres cap¨ªtulos gracias a Canal + (la cadena que en Espa?a emite de forma simult¨¢nea a EE UU la serie), comprobamos que esta True Detective no es la que recordamos. Hay detectives, s¨ª. Y una historia oscura tambi¨¦n. Incluso volvemos a estar ante un relato donde los personajes son m¨¢s importantes que la trama en s¨ª. Pero no es la True Detective que recordamos.
No provoca ese impacto visual, ese algo que atrapaba al espectador en la primera temporada. Tampoco tiene a Matthew McConaughey ni a Woody Harrelson. Colin Farrell, Vince Vaughn, Rachel McAdams y Taylor Kitsch toman el relevo y, a pesar de sus buenas actuaciones, no llegan al nivel de sus antecesores (de momento). True Detective 2 es una novela negra visual, y por eso precisamente es m¨¢s convencional que la primera temporada. Esto no quiere decir que sea peor. Es diferente. Por eso, lo principal para disfrutar de la segunda temporada es olvidarse de la primera.
La historia nos lleva a la ficticia ciudad californiana de Vinci, una localidad industrial decadente que ahora acoge a g¨¢nsters y polic¨ªas corruptos. Colin Farrell es Ray Velcoro, un agente que en el pasado entabl¨® relaci¨®n con el g¨¢nster Frank Semyon (Vince Vaughn) ¡ªtambi¨¦n con un complicado pasado en su infancia¡ª, vinculaci¨®n que les ata todav¨ªa en el presente. Velcoro se mantiene a duras penas en pie sumido en el alcohol y afrontando las consecuencias de un acontecimiento del pasado que marc¨® su matrimonio ¡ªy el resto de su vida¡ª y lidiando con un hijo para el que es lo contrario a un buen ejemplo.
Por otro lado, Ani Bezzerides (Rachel McAdams) es una detective entregada a su trabajo que lleva a rastras una infancia y una familia de las que intenta huir sin lograrlo. Paul Woodrugh (Taylor Kitsch) es el tercer detective de esta historia, polic¨ªa de carretera al que un esc¨¢ndalo aireado por la prensa le ha costado el descr¨¦dito en su carrera y que lleva sobre sus hombros un oscuro pasado como militar. Tras un primer cap¨ªtulo de presentaci¨®n de los cuatro personajes centrales, el camino de los tres polic¨ªas se entrecruza gracias a un asesinato que har¨¢ que tengan que trabajar juntos y que tambi¨¦n implica de alguna forma a Semyon.
Parece que esta vez nos tendremos que olvidar del sobrean¨¢lisis de la primera entrega, de esa obsesi¨®n por buscar el sentido a cada pista. Dejamos de lado la adicci¨®n que cre¨® y cambiamos los ocres de los campos de Luisiana por la oscuridad de los tugurios de una ciudad industrial. True Detective sigue siendo una gran producci¨®n muy cuidada (todos esos cambios son, sin duda, buscados por Nic Pizzolatto, el guionista y m¨¢ximo responsable de la serie). Menos original e impactante pero tambi¨¦n de gran calidad. Sigue confiando en el ritmo pausado para adentrarse en el alma de unos personajes atormentados que est¨¢n por encima de la historia. En True Detective todo es dram¨¢tico, profundo, los protagonistas est¨¢n martirizados por su pasado y no parecen capaces de levantar cabeza. Bastante tienen con soportar la carga que llevan sobre ellos.
Tambi¨¦n vuelve a apostar por el poder de la m¨²sica para crear la ambientaci¨®n apropiada. La cantante Lera Lynn pone banda sonora a varios momentos de la serie. Pero cada episodio arranca con unos t¨ªtulos de cr¨¦dito igual de hipn¨®ticos que los de la primera entrega y en los que la canci¨®n Far From Any Road, de The Handsome Family, deja su lugar a la voz de Leonard Cohen y el tema Nevermind.
True Detective tiene una dif¨ªcil tarea por delante: conseguir librarse del lastre que es el gran ¨¦xito que cosech¨® su primera tanda de cap¨ªtulos. Es el problema de las segundas temporadas de las series que fueron un bombazo en su arranque. Lo bueno en este caso es que si la segunda decepciona, siempre quedar¨¢ el recuerdo de la primera y la esperanza de una posible tercera que remonte.
Pero antes, vayamos paso a paso y disfrutemos de esta novela negra en formato serie de televisi¨®n.
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