La esp¨ªa que am¨®

Profesional de largo recorrido en la comedia televisiva como actor, director y guionista, Paul Feig tuvo que esperar a su cuarto largometraje para encontrar una voz propia en el ¨¢mbito cinematogr¨¢fico. La afortunada y brillante?La boda de mi mejor amiga (2011) le convirti¨®, de la noche a la ma?ana, en una suerte de disidente de esa po¨¦tica de la recalcitrante inmadurez masculina de la escuder¨ªa Apatow. El proyecto, concebido por Kristen Wiig y Annie Mumolo, le permiti¨® travestirse, metaf¨®ricamente, como portavoz de la alternativa femenina a ese discurso hegem¨®nico y, de paso, amplific¨® el estrellato de una de sus presencias secundarias: Melissa McCarthy, predestinada, a partir de ese momento, a convertirse en la actriz fetiche de Feig.

Tras vulnerar los c¨®digos viriles de la buddy movie en?Cuerpos especiales ¨Cdonde la McCarthy formaba heterodoxa pareja c¨®mica con Sandra Bullock-, Feig corta a medida de la actriz su particular comedia de esp¨ªas, partiendo de un planteamiento derivado de?Los otros dos (2010), la comedia de Adam McKay con Will Ferrell y Mark Wahlberg: en Esp¨ªas, la profesional de retaguardia (McCarthy) tambi¨¦n se ve obligada a pasar a la acci¨®n por una baja imprevista. Es la comedia m¨¢s convencional de Feig, pero su previsibilidad se ve matizada por una McCarthy que neutraliza su agresividad belushiana con esas cargas de ternura que ya hab¨ªa tanteado su personaje en St. Vincent (2014). La gran mancha en el historial de la pel¨ªcula es, no obstante, la desidia con que se han rodado sus secuencias de acci¨®n, todo un batiburrillo de dispares velocidades y texturas de imagen.