Orgullo de fot¨®grafo
Un retrato del peruano Morfi Jim¨¦nez abre la serie sobre autores latinoamericanos
Al hombre de esta foto no le dejaban trabajar en su espacio habitual, la c¨¦ntrica Plaza de Armas de Cuzco, de donde ¨¦l y otros minuteros ¡ªas¨ª llamados de cuando hac¨ªan polaroids para turistas que entregaban en un suspiro¡ª fueron expulsados por orden de la autoridad. El fot¨®grafo Morfi Jim¨¦nez (Lima, 1976) retrat¨® a Adri¨¢n Carrasco en 2008 en el patio de su grande y antigua casa para una serie sobre personas, financiada gracias a un Premio Hasselblad conseguido poco antes.
En el primer contacto con Carrasco, este "se mostr¨® parco, por eso quise retratarlo en su vivienda, para que se sintiera m¨¢s c¨®modo", dice Jim¨¦nez. Esta foto no ofrece dudas de que consigui¨® su objetivo: "Adri¨¢n se muestra orgulloso de lo que es, incluso se colg¨® al cuello una vieja Rolleiflex que ya no usaba". Jim¨¦nez cuenta que la foto fue tomada muy temprano "porque Carrasco se iba a trabajar". La hizo en blanco y negro, coloreado despu¨¦s de pasar por el esc¨¢ner. "En esta serie trat¨¦ de emular el claroscuro de pintores como Caravaggio o Rembrandt", a los que descubri¨® con 10 a?os en una enciclopedia que le regal¨® su padre durante una larga etapa en cama por dos enfermedades.
"Yo veo las cosas de forma m¨¢s pict¨®rica, y este tratamiento a las fotos les daba teatralidad, era una necesidad expresiva", a?ade este peruano aficionado al dibujo que se form¨® en la publicidad y trabaj¨® haciendo storyboards. Sin embargo, prefiri¨® dejar el bullicio de los anuncios por la soledad de la fotograf¨ªa, que aprendi¨® "en libros y revistas comprados en mercados de segunda mano". A Morfi le gustan los retratos "porque permiten contar la historia de alguien". Por ello busca siempre un entorno "que hable de esa persona, que se la conozca mejor". F¨ªjense en esta foto: ese patio de tierra, descuidado, con cachivaches y letreros de viejos estudios fotogr¨¢ficos son la vida de Adri¨¢n Carrasco.
Hablando de vidas, Morfi tuvo una infancia de burlas por su nombre, que su padre nunca le ha querido explicar de d¨®nde procede. "Pens¨¦ incluso en cambi¨¢rmelo, pero hoy estoy orgulloso de ¨¦l", cuenta sonriente, y subraya que vive de la fotograf¨ªa sobre todo para revistas y de publicidad. Ahora est¨¢ ocupado "en un nuevo proyecto de largo aliento" en el que ha abandonado esa forma de hacer fotos que parecen cuadros. "Estoy retratando a personajes de familias venidas a menos que viven en casonas antiguas". Es su querencia por nutrirse de la realidad.
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