Lo que Atenas hizo conmigo
Mario Gas y Jos¨¦ Mar¨ªa Pou llevan por primera vez al Festival de Teatro de M¨¦rida la tragedia de S¨®crates, condenado a muerte por la misma democracia por la que luch¨®
"Os vamos a contar lo que Atenas hizo conmigo¡±. El or¨¢culo dijo de ¨¦l que era el m¨¢s sabio de todos los hombres. S¨®crates, el maestro de Plat¨®n, que combati¨® como pocos la ignorancia, el primer fil¨®sofo que habl¨® de la moral y fue condenado a muerte por la misma democracia que contribuy¨® a crear y en la que crey¨®. Un hombre olvidadizo, vago y un tanto desastrado que denunci¨® la corrupci¨®n y las libertades pisoteadas por aquellos que ostentan el poder y sus c¨ªrculos clientelares. S¨®crates, acusado de burlarse de los dioses de Atenas y de corromper a la juventud, se dispone a tomar la cicuta que acabar¨¢ con su vida. ¡°Os vamos a contar lo que Atenas hizo conmigo¡±. Clara y poderosa, la voz de Jos¨¦ Mar¨ªa Pou inunda el escenario. ¡°Se han dicho muchas cosas de m¨ª. No soy nadie. La historia me atribuye una frase que no fue cierta: ¡®Solo s¨¦ que no s¨¦ nada¡¯. Soy un min¨²sculo guijarro pensante al que le invade el placer de hurgar en todo lo que hay que aclarar¡±. De blanco y con una t¨²nica neutra, austera, casi monacal, Pou advierte al p¨²blico que van a asistir a una representaci¨®n del ciudadano S¨®crates, de su juicio, de la sentencia y de la muerte por cicuta. Es entonces cuando Jos¨¦ Mar¨ªa Pou se retira al fondo del escenario, un c¨ªrculo con dos peque?as gradas donde aguardan sus fieles amigos y su mujer, pero tambi¨¦n sus enemigos, y empieza la funci¨®n: S¨®crates. Juicio y muerte de un ciudadano.
El director Mario Gas y el actor Jos¨¦ Mar¨ªa Pou han unido sus fuerzas y su talento para llevar por primera vez al Festival Internacional de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida la tragedia de este fil¨®sofo que se vio obligado a morir en el a?o 399 antes de Cristo, despu¨¦s de haberlo puesto todo en duda, hablando, razonando, especulando y descubriendo. Este S¨®crates, una coproducci¨®n del teatro Romea, el Festival de M¨¦rida y el Grec e interpretado, junto a Pou, por Carles Canut, Amparo Pamplona, Borja Espinosa, Guillem Motos, Pep Molina y Ramon Pujol, se vislumbra como uno de los grandes espect¨¢culos del verano, del que ya se anuncia amplia gira para la pr¨®xima temporada teatral. En la retina, aquel S¨®crates que levant¨® Adolfo Marsillach, en 1972, en versi¨®n de Enrique Llovet. ¡°Es mejor sufrir la injusticia que cometerla¡±. Marsillach reflexionaba a?os despu¨¦s de esta puesta en escena tan pol¨¦mica, todav¨ªa bajo la dictadura franquista, c¨®mo la frase de S¨®crates le hab¨ªa perseguido de por vida. Algo parecido a lo que est¨¢ experimentando esta pareja de teatreros que recibieron a Babelia la semana pasada despu¨¦s de un ensayo de la obra en Barcelona.
Creo que es un texto necesario hoy, no por el texto en s¨ª mismo, sino por abordar la verdad de S¨®crates¡± Mario Gas
?Por qu¨¦ tantos a?os sin S¨®crates? ¡°No entiendo¡±, comienza Mario Gas, ¡°por qu¨¦ desde Marsillach no se hab¨ªa vuelto a abordar el tema. S¨®crates es siempre un personaje interesante. Un dem¨®crata que es masacrado por la propia democracia, y m¨¢s en los tiempos que vivimos me parece un tema muy atractivo. Es un texto necesario hoy en d¨ªa, no el texto en s¨ª mismo, sino el hecho de abordar la verdad de S¨®crates. Es una reflexi¨®n necesaria que clarifica mucho todo lo que est¨¢ ocurriendo¡±. Jos¨¦ Mar¨ªa Pou se ha calzado (toda la funci¨®n la realiza con los pies desnudos) y se ha quitado ya la t¨²nica de S¨®crates. ¡°A m¨ª me parece important¨ªsimo el subt¨ªtulo de esta obra: ¡®Juicio y muerte de un ciudadano¡¯. Es el enganche completo con la actualidad. El p¨²blico va a ser consciente en el espect¨¢culo de estar viendo a un ciudadano, no s¨¦ si v¨ªctima o m¨¢rtir, pero en cualquier caso s¨ª una v¨ªctima de la democracia. S¨®crates es el primer ciudadano condenado a muerte en la democracia. Esto no va a ser una lecci¨®n de filosof¨ªa, sino que vamos a centrarnos en la vida del personaje, que es un se?or que lo pone todo en duda, esa es la base de la filosof¨ªa socr¨¢tica. S¨®crates fue indiscutiblemente un personaje inc¨®modo, alguien a eliminar. Sus dudas, sus preguntas, su empe?o en encontrar respuestas, su continuo cuestionamiento de todo es lo que le hace actual, y m¨¢s en este momento hist¨®rico de este pa¨ªs nuestro¡±.
Bas¨¢ndose en textos del disc¨ªpulo Plat¨®n (Fed¨®n y Crit¨®n) y del historiador Di¨®genes Laercio ¡ªya se sabe que S¨®crates no dej¨® escrito ning¨²n pensamiento¡ª, Mario Gas y Alberto Iglesias, los autores de la dramaturgia, se han centrado en el juicio que sufri¨® el fil¨®sofo tras haber denunciado la corrupci¨®n de Atenas y haber advertido sobre el papel supersticioso y manipulador de la religi¨®n oficial. ¡°En S¨®crates hay muchos asuntos, pero a m¨ª me parec¨ªa que el tema principal estaba en el enfrentamiento con la propia democracia y el porqu¨¦ le sometieron a ese juicio. Alrededor de ello, van apareciendo fragmentos de su relaci¨®n con los amigos, sus reflexiones sobre la amistad, la ¨¦tica y la moral, la vida y la muerte¡±, advierte Mario Gas, que ha llegado al ensayo alegre cantando ¡°Flor de t¨¦, flor de t¨¦¡¡±. ¡°?Estamos todos contentos, tranquilos, concentrados para hacer un ensayo completo?¡±, les pregunta cantar¨ªn el dramaturgo a los actores que ya esperan en el escenario.
Comienza la funci¨®n, con esa primera advertencia de Pou-S¨®crates sobre lo que el p¨²blico va a ver, en la que no falta un gui?o a las molestas toses, los sonidos de los m¨®viles y las lucecitas de los mensajes telef¨®nicos, y el escenario se inunda de palabras sobre la democracia, las leyes, la honestidad y la amistad. ¡°Aparte de los textos sobre los que hemos trabajado, nosotros hemos modificado y a?adido otros donde especulamos, pensamos y nos preguntamos¡±, a?ade Gas, que ha dirigido el ensayo como si de un director de orquesta se tratara, moviendo una supuesta batuta, se?alando los ritmos y las entradas ¡ª¡°es una obra musical y r¨ªtmica, en la que hay que marcar las pausas, los tempos¡¡±¡ª. ¡°El texto lanza flechas para que la gente lea y se enganche a cosas que a lo mejor nosotros hemos tocado solo tangencialmente o has dejado ah¨ª para que se expanda. No quiero ser pedante, pero creo que hemos planteado una multiplicidad de visiones¡±.
Jos¨¦ Mar¨ªa Pou est¨¢ disfrutando como actor y como ciudadano. Este S¨®crates le ha unido de nuevo en la escena a su gran amigo Mario Gas, con el que trabaj¨® hace ya a?os, precisamente en M¨¦rida y con Golfus de Roma ¡ª¡°fue una experiencia alucinante¡±, recuerda el actor¡ª, pero tambi¨¦n le abre la posibilidad de proclamar a viva voz este texto tan cercano a la realidad actual y m¨¢s con lo que est¨¢ pasando estos d¨ªas en Grecia. ¡°Poder decir estas cosas ante las 3.000 personas de M¨¦rida o ante las 800 de cualquier otro teatro me hace inmensamente feliz. Tuve la suerte de poder inaugurar M¨¦rida hace tres a?os con H¨¦lade, que fue todo un homenaje a la Grecia de aquel momento que cre¨ªamos se merec¨ªa un acto de solidaridad del mundo entero. Entonces no llegamos a vislumbrar lo que se est¨¢ viviendo ahora. Nos cre¨ªmos que iba a ser f¨¢cil salir de aquello¡±, se lamenta. ¡°A m¨ª el hecho de que en el teatro de M¨¦rida se estrene un espect¨¢culo que se llama S¨®crates es una manera de hacer justicia, de convertir a S¨®crates en un gran personaje dram¨¢tico que tiene su lugar de ser y su raz¨®n de ser en esas piedras del teatro romano, aunque ¨¦l fuera griego. Aunque a algunos les pueda parecer un sacrilegio, es convertir a S¨®crates en figura dram¨¢tica a la altura de Edipo, Agamen¨®n, Orestes¡±, explica Pou mientras Gas procede a terminar el pensamiento: ¡°Adem¨¢s de todo, la resoluci¨®n de su vida, su muerte, le convierte en un personaje tr¨¢gico, un ciudadano frente a su destino. Acepta el destino que le es dado como ciudadano. Que la tragedia de S¨®crates aterrice en las piedras de M¨¦rida me parece estupendo y que lo haga corporeizado y personalizado por Pou es doblemente feliz¡±.
La obra no va a ser una lecci¨®n de filosof¨ªa, sino que vamos a centrarnos en la vida del ciudadano condenado¡±
Jos¨¦ Mar¨ªa Pou
?Siempre la raz¨®n triunf¨® en S¨®crates sobre la emoci¨®n?
Mario Gas. Hay todo un mundo que no vemos. Creo que S¨®crates es un hombre profundamente emotivo dentro de su razonamiento, como cuando le dice a su amigo: ¡°Nunca me he dejado llevar por las pasiones¡±. Pero esa raz¨®n es muy human¨ªstica, llena de bondad y de humanidad. Dentro de este proceso civil de ciudadano, hemos intentado dibujar un personaje con resortes humanos, al modo de reconstrucci¨®n exterior. Definimos la humanidad de S¨®crates a trav¨¦s de s¨ª mismo, pero tambi¨¦n de los otros personajes y de las mismas leyes. Unas leyes a las que el fil¨®sofo les lanza, a modo de mon¨®logo, un bell¨ªsimo texto de respeto por ellas.
Jos¨¦ Mar¨ªa Pou. Se lo dice S¨®crates en la c¨¢rcel a su amigo Crit¨®n: ¡°Ir en contra de las leyes es destruir la ciudad, ?c¨®mo voy a destruir yo la ciudad y la sociedad que he creado?¡±. Es un razonamiento precioso, de una honestidad por encima de toda duda. Adem¨¢s hay que decir que S¨®crates, siendo un fil¨®sofo, palabra que puede asustar mucho a un gran p¨²blico, era un fil¨®sofo que caminaba por la calle, andaba a pie, se sentaba en la plaza, hablaba con la gente en los mercados. Ese mon¨®logo final que ha escrito Mario en el que S¨®crates se dirige a las leyes me parece bell¨ªsimo. Un mon¨®logo en el que el ciudadano S¨®crates lanza un alegato de respeto profundo a las leyes, a pesar de que con esas mismas leyes le han condenado a muerte y acepta morir en beneficio de esa coherencia.
Y llega la hora de la muerte. ¡°Un hombre que ha dedicado su vida a la filosof¨ªa debe mostrarse animoso ante la muerte¡±, dec¨ªa S¨®crates. Encadenado con grilletes, sus amigos le visitaban a diario para hablar de la belleza, del alma y de la muerte. Esa ma?ana, su amigo Crit¨®n ha llegado temprano a la c¨¢rcel. ¡°?Por qu¨¦ vienes tan pronto?¡±, le pregunta extra?ado S¨®crates. ¡°Ma?ana es el d¨ªa, ma?ana tienes que poner fin a tu vida¡±, le contesta Crit¨®n desolado, mientras le intenta convencer para que huya, para que escape a ese tr¨¢gico final. S¨®crates se muestra inflexible: ¡°Convenimos que la vida hab¨ªa que vivirla con coherencia, honestidad y justicia. Por eso mismo hay que ser coherente hasta el final¡±. El ciudadano-fil¨®sofo apura de un trago la copa con cicuta. Hasta el guardia llora al despedirse. ¡°He o¨ªdo que hay que morir en un silencio ritual¡±. S¨®crates lanza el ¨²ltimo alegato: ¡°S¨¦ que siempre habr¨¢ alguien para pasear a mi lado y denunciar a los corruptos, a aquellos que se llenan los bolsillos¡ Nunca he dejado de creer en los hombres. Sed felices y respetuosos¡¡±. Le comenzaron a pesar las piernas y, tal y como le hab¨ªan recomendado, se tumb¨® boca arriba para esperar la muerte. Se hizo un silencio, que era un grito, un lamento que inund¨® la ciudad de Atenas.
S¨®crates. Juicio y muerte de un ciudadano. Texto: Mario Gas y Alberto Iglesias. Direcci¨®n: Mario Gas. Int¨¦rpretes: Jos¨¦ Mar¨ªa Pou, Carles Canut, Amparo Pamplona, Borja Espinosa, Guillem Motos, Pep Molina y Ramon Pujol. Teatro de M¨¦rida, del 8 al 12 de julio. Teatro Romea, Barcelona, del 16 de julio al 2 de agosto.
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