Jos¨¦ Luis Garci: ¡°El cine ya ni se llama cine, ?se llama mundo audiovisual!¡±
El director de 'El crack', que hace tres a?os anunci¨® su retirada, analiza en un libro las siete pel¨ªculas de la historia del cine que m¨¢s le conmovieron e invita a otros cin¨¦filos a aportar su selecci¨®n. 'Casablanca' es su n¨²mero uno
Jos¨¦ Luis Garci (Madrid, 1944) gan¨® el primer Oscar a una pel¨ªcula espa?ola en 1982 con Volver a empezar. Su pasi¨®n es el cine. Ahora que dice que se ha jubilado, el director de El crack (1981) ha recopilado la memoria del cine que le ha conmovido. El resultado es el libro Las 7 maravillas del cine (Notorious Ediciones) en el que no s¨®lo est¨¢n sus favoritas sino las de otros cin¨¦filos. Su lista la componen Casablanca, Perdici¨®n, La palabra, V¨¦rtigo, El hombre que mat¨® a Liberty Valance, 2001: una odisea del espacio y El Padrino.
Pregunta. ?Se ha enfadado alg¨²n cin¨¦filo por su lista?
Respuesta. ?Nooooooo! La vieja pasi¨®n cin¨¦fila de los sesenta y los setenta es una hermandad donde era igual de c¨®modo ser de John Ford que ser de Hitchcock.
P. ?Se baj¨® esa pasi¨®n?
R. Se ha producido un cambio, de la cinefilia a la videofilia. Los cin¨¦filos ¨¦ramos trashumantes: cruz¨¢bamos la ciudad y por el metro sab¨ªamos d¨®nde estaba cada cine. El vide¨®filo es sedentario. Tiene una ventaja, como el operador: grad¨²a la intensidad, el color: es un profesional.
Se ha producido un cambio, de la cinefilia a la videofilia
P. ?Qu¨¦ influencia ha tenido eso en el cine?
R. Cuando se cierran las salas se deja de acudir en masa. El cine lo fue todo para dos generaciones: era una vida de repuesto. Para muchos el cine es Hollywood; el cine cl¨¢sico es la ¨¦poca isabelina de Shakespeare o la ¨¦poca dorada de Cervantes y Quevedo. No se repetir¨¢.
P. ?Qu¨¦ no se repetir¨¢?
R. Que puedan convivir en la misma ciudad, trabajando, John Ford, Billy Wilder, Hitchcock y Fritz Lang. Ese cine desaparece con la primera generaci¨®n de cineastas. Los que vinieron luego hicieron cine a la manera de c¨®mo aquellos lo hicieron¡ El cine aquel es irrepetible: no puede volver a haber tal cantidad de obras maestras de ning¨²n arte.
P. ?Qu¨¦ sensaci¨®n tiene ahora viendo cine?
R. Cuando se va el cami¨®n de la basura y en la ciudad s¨®lo queda el calor con los sem¨¢foros, pones una pel¨ªcula en v¨ªdeo o en cualquier canal y de repente las pel¨ªculas hablan de ti.
P. ?Qu¨¦ pel¨ªculas han hablado de usted?
R. ?Muchas! Te imaginas que hablan de ti. Por ejemplo, todos los que hemos visto Casablanca hemos pensado que ¨¦ramos Bogart. El primer extranjero que yo he conocido que est¨¢ en el norte de ?frica regenta un club y se erige en la encarnaci¨®n de la democracia. Un t¨ªo que al final toma partido, pero por causas peligrosas, por que las que traen jaleos, por la amistad.
P. ?C¨®mo lleg¨® a las siete pel¨ªculas?
R. Fue una criba muy grande. Primero eleg¨ª treinta; quedaron siete. Las siete magn¨ªficas. Las fui eligiendo seg¨²n la que m¨¢s me hab¨ªa emocionado. Casablanca, de Curtiz, me descentr¨®. La palabra, de Dreyer, me golpe¨® como un milagro, a m¨ª, que no soy creyente. Otras las eleg¨ª porque son de una belleza visual apabullante. Como 2001. Era el futuro: c¨®mo lo logra Kubrick...
P. Y pidi¨® su lista a otros: P¨¦rez-Reverte, Torres Dulce, Clara S¨¢nchez, Carlos Vermut¡
R. Busqu¨¦ gente con gusto cinematogr¨¢fico. Entre las que eligieron est¨¢ El verdugo, de Berlanga; me parece just¨ªsimo. Yo hubiera elegido Pl¨¢cido: me parece m¨¢s redonda, Pero ah¨ª entra el gusto de cada uno. Lo que demuestran sus votaciones es que el cine nos ha marcado como pudo haber marcado la pintura a finales del XIX. Luego todo se modific¨® y aqu¨ª todo el mundo quiso ser cineasta.
P. ?Ya no hay genios?
R. A ese nivel no. Tardar¨¢ mucho en salir un John Ford o un Hitchcock. ?Hace veinte a?os el MoMA le hizo un homenaje como si hubiera sido Van Gogh! Adem¨¢s, todas las pel¨ªculas tienen algo que s¨®lo les dan los genios. Pasa en literatura...
El cine cl¨¢sico es la ¨¦poca de Cervantes o de Shakespeare. No se repetir¨¢
P. Ahora est¨¢n Woody Allen, Spielberg¡
R. Woody Allen s¨ª tiene esa estatura: es un cruce entre Chaplin y Bergman. Tiene lo mejor de Chaplin, el humor, la iron¨ªa, esa comicidad que te hace sonre¨ªr agridulcemente. Pero tambi¨¦n tiene la profundidad de Bergman. Ese s¨ª es uno de los grandes genios del cine. Pero hay muy pocos que sean nuevos cl¨¢sicos. Puede que dentro de treinta a?os lo sean y yo no los he sabido ver. Hay pel¨ªculas modernas que me entusiasman. La gran belleza, de Sorrentino, me parece maravillosa. Es una pel¨ªcula con la que entenderemos c¨®mo vimos el final de una ¨¦poca, y mucho mejor hecha que por el propio Fellini. Esa excelencia que hubo en torno al cine la veo ahora en el f¨²tbol. Me fascina ver los estadios llenos. Ese estadio de Chile donde torturaron gente, centro ahora de un gran espect¨¢culo de f¨²tbol¡
P. ?Qu¨¦ re¨²ne hoy el cine?
R. El cine ya no se llama ni cine: ?se llama el mundo audiovisual! Yo creo que el sucesor del cine son las series de televisi¨®n. Maravillosas, como Los Soprano, El ala Oeste de la Casa Blanca, True Detective¡ Eso es el cine de ahora.
P. ?Escribi¨® su libro con melancol¨ªa?
R. ?Nooooooo! Lo escrib¨ª como pintaba Guti¨¦rrez Solana, a la pata la llana, a tirones, sin plano, a lo que sal¨ªa. Hace tres a?os dije que dejaba el cine y me puse a escribir sobre las maravillas que hab¨ªa visto. Ahora lo que me gustar¨ªa ser es corresponsal en El Retiro.
P. ?Qu¨¦ pel¨ªcula suya hubiera aceptado que pusieran sus invitados al hacer sus listas?
R. Quit¨¦ El crack porque me pareci¨® una presunci¨®n por mi parte¡ Pero en las que yo eleg¨ª, que fueron tambi¨¦n las otras maravillas que eligieron los otros, yo vivir¨ªa muy a gusto.
P. ?Su pasi¨®n le har¨ªa decir que Casablanca es mejor que una obra de Shakespeare?
R. Es dif¨ªcil equiparar Casablanca con Romeo y Julieta. Pero las dos tienen vocaci¨®n de eternidad.
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