Diez grandes que no lee nadie
En su formato digital, brillantes revistas literarias como The White Review, Quarterly Conversation o Words Without Borders, est¨¢n entre las m¨¢s visitadas en lengua inglesa, pero donde se est¨¢ produciendo ahora una buena movida es en LitHub (Literary Hub), un centro de ideas activo y divertido, donde ayer le¨ª Diez grandes escritores que no lee nadie,un art¨ªculo de Stephen Sparks, ¡°ensayista ocasional¡± y librero en Green Apple Books on the Park, San Francisco.
He especulado con lo siguiente: si este ensayo de Sparks hubiera sido le¨ªdo por todas las personas que a¨²n leen en el mundo, habr¨ªa llegado al 0,017% de la poblaci¨®n mundial, pues el resto de la humanidad, seg¨²n ¨²ltimas y fiables estad¨ªsticas, no lee absolutamente nada.
?Y qu¨¦ habr¨ªan encontrado? La lista de Sparks es muy subjetiva y por tanto excluyente: Marcel Schwob, Mary Butts, Marguerite Young, Jo?o Guimar?es Rosa, Julien Gracq, Augusto Monterroso, Jane Bowles, Rosemary Tonks, Driss ben Hamed Charhadi y Fran Ross. Y f¨¢cilmente discutible, porque algunos de estos autores todav¨ªa son le¨ªdos. Por ejemplo: si no me equivoco, los chinos acaban de traducir La oveja negra, de Monterroso.
Sparks no se detiene mucho en cada uno de los infortunados escritores, pero tiene siempre palabras compasivas para ellos. As¨ª de Marcel Schwob, por ejemplo, viene a decirnos que es un escritor enormemente influyente y sin embargo sin lectores, aunque su presencia en Jarry, Borges, Bola?o y Michon le permite seguir vivo en la obra de los otros. En Mary Butts la tendencia al esc¨¢ndalo oscureci¨® sus m¨¦ritos literarios. Jane Bowles no para de ser continuamente ¡°redescubierta¡± y poco despu¨¦s siempre abandonada. Fran Ross se adelant¨® demasiado a su tiempo y en 1974 su mejor libro no encaj¨® dentro del movimiento del Black Power. Marguerite Young emple¨® tantos a?os en terminar su novela ¡ªm¨¢s de dos d¨¦cadas para Miss Macintosh, My Darling¡ª que su p¨²blico dej¨® de esperarla.
A Rosemary Tonks le horrorizaba no leer un libro que no fuera la Biblia y decidi¨® ocultarse de la vista de todos (mejor que el propio Salinger). A Jo?o Guimar?es Rosa le tradujeron torpemente en Estados Unidos su mejor libro, Gran Sert¨®n: Veredas. Y como encima esa gran novela es una especie de Ulises brasile?o, hoy est¨¢ descatalogada. A Julien Gracq le gustaba ser un desconocido incluso en su casa natal y va ya camino de conseguir un feliz anonimato en la eternidad.
En cuanto a Monterroso, dice Sparks que le falt¨® la buena fortuna de Borges. ¡°No escribas nunca para tus contempor¨¢neos, hazlo para la posteridad, en la cual sin duda ser¨¢s famoso¡±, recomendaba Monterroso en su ir¨®nico Dec¨¢logo del escritor. ?Ser¨¢ alg¨²n d¨ªa c¨¦lebre mundialmente y alcanzar¨¢ esa cima del 0,017?
Pero por dios, ?no es demasiado rid¨ªcula esa cifra? En fin, acabo. No queda espacio para el resto de los diez elegidos, una prueba m¨¢s de lo r¨¢pido que perdemos de vista a los grandes. Como dice un amigo, a prop¨®sito de escribir m¨¢ximo para el 0,017 de la humanidad: es como para pens¨¢rselo.
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