Juan Berrio, el trazo po¨¦tico

Juan Berrio (Valladolid, 1964) hace poes¨ªa con un l¨¢piz. Como cualquier poeta, se dir¨¢. Pero es que Berrio es dibujante. Con humor, sutileza y elegancia versific¨® un Cuaderno de frases encontradas,apilado durante sus paseos por aqu¨ª, por all¨¢, con las orejas como mochilas donde guardaba retazos de conversaciones de paseantes con los que se cruzaba. El coleccionismo de palabras captadas al vuelo arranc¨® en Jaca (Huesca) un d¨ªa de agosto de 2009 en el que Berrio se cruz¨® con una pareja mientras ella le dec¨ªa, sin dejar de caminar, a ¨¦l: ¡°Esc¨²peme en la cara¡±. Berrio no supo m¨¢s, tal vez ni quiso. Lleg¨® a su casa y les dibuj¨®, atrapados en ese instante en el que ella reclama un escupitajo como si fuera un paraguas.

Desde aquel d¨ªa, el dibujante rob¨® m¨¢s de 700 frases. Suma y sigue. La ¨²ltima, hace menos de un mes, se escap¨® del balc¨®n de una calle madrile?a en plena ola sahariana: ¡°?D¨®nde est¨¢ mi ni?o? ?C¨®mo ha sido de preciosa la caca de mi ni?o?¡±. Pillar sentencias en el aire ayuda a re¨ªr (¡°?Que guapa te has puesto! Casi no te hab¨ªa conocido¡±, piropea resuelto un hombre en la que acaso sea su ¨²ltima frase a su pareja), sonre¨ªr (¡°Voy paseando por aqu¨ª como si fuera contigo¡±, susurra un chico por m¨®vil) o llorar (¡°Un d¨ªa de estos voy a tener que empezar a leer un libro¡­.¡±, se jacta un muchacho por el Retiro durante una Feria del Libro).

Esta rareza editorial, artesanal y po¨¦tica, fue una autoedici¨®n de Berrio en 2013. Antes, en Mi¨¦rcoles (Sins Entido), su primera novela gr¨¢fica, dibuj¨® una historia coral de peque?eces y grandezas cotidianas, aprisionadas en las pocas horas que iban desde el amanecer al crep¨²sculo. Ahora hace malabares entre tres proyectos: las ilustraciones para un cl¨¢sico de Turgu¨¦niev, un c¨®mic sobre el primer desamor titulado Siete sitios sin ti y un libro-objeto donde encuaderna frases como bucles. Su ¨²ltimo ¨¢lbum publicado, Kiosco (Dibbuks, 2014), es otro redoble l¨ªrico pintado con acuarela. Recorre un d¨ªa en la vida de un hombre, anodino camarero en un parque, enamorado plat¨®nico. Un homenaje a rutinas que se evanescen, como dejar correr el tiempo, ver la vida pasar. Un ¨¢lbum que destila poes¨ªa aunque carezca de palabras.