Lectores y detractores del ¡®Quijote¡¯
Una reflexi¨®n irreverente a partir del reciente dato del CIS que dice que uno de cada cinco espa?oles ha le¨ªdo la obra
Seg¨²n una recent¨ªsima encuesta del CIS y la versi¨®n que de ella da la prensa, ¡°s¨®lo el 21,6% de los espa?oles ha le¨ªdo entero el Quijote¡±. ?S¨®lo, uno de cada cinco? Si fuera verdad tanta belleza, nos las habr¨ªamos con un porcentaje m¨¢s que respetable, sospecho que superior al que alcanzan los libros an¨¢logos en otras literaturas nacionales.
Yo, sin embargo, me atrever¨ªa a cocinar ese resultado con otros datos de la encuesta. Por ejemplo, que ¨²nicamente el 16,6% sabe que en la vida real don Quijote se llama Alonso Quijano. (O tal es la explicaci¨®n corriente, por m¨¢s que no se desprenda sino del ¨²ltimo cap¨ªtulo de la novela y en t¨¦rminos dudosos: tambi¨¦n podr¨ªa apellidarse Quijana.) Por otro lado, el 21,3 ha le¨ªdo ¡°algunos cap¨ªtulos¡±. ?Cu¨¢ntos? El Quijote es el libro ideal para acometerlo fragmentariamente, a capricho, porque lo hace posible que sus protagonistas y los grandes rasgos de su trama son generalmente conocidos; muchos de sus buenos lectores y casi todos sus fieles relectores proceden de esa manera, que tan bien condice, por otro lado, con los h¨¢bitos que Internet viene imponi¨¦ndonos. De modo que ¡°como haya muchas truchuelas ¨Cdir¨ªa nuestro caballero¨C, podr¨¢n servir de una trucha¡± (I, 3).
Con una cocina as¨ª, estimando en un m¨ªnimo del 15% quienes conocen entera o fragmentariamente el Quijote, el resultado sigue pareci¨¦ndome, si no ideal, harto satisfactorio. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede pedir, si quienes no lo han abierto no lo hacen por una aversi¨®n especial, sino ¨Cresponden al CIS¨C ¡°porque no les gusta leer o no les interesa la lectura¡±?
No deja de tener su intr¨ªngulis el 14,8% que no lo ha le¨ªdo por considerarlo aburrido. Si no lo ha hecho ?c¨®mo sabe que lo es?
El problema est¨¢ ah¨ª, no en el libro de Cervantes. No existen entre nosotros una cultura y unos usos de lectura que cobijen al Quijote adecuadamente. Faltan los apoyos institucionales y sociales que realcen la dignidad y el valor de las humanidades, con particular atenci¨®n al papel irremplazable de los escritores cl¨¢sicos. A un 10,4% no le gustan porque ¡°prefiere libros m¨¢s recientes¡±. ?Se concibe que nadie medianamente educado desde?ara a Vel¨¢zquez aduciendo una excusa similar?
No deja de tener su intr¨ªngulis el 14,8% que no lo ha le¨ªdo por considerarlo ¡°aburrido¡±. Si no lo ha hecho, ?c¨®mo sabe que lo es? La opini¨®n s¨®lo puede haberle llegado de alguien que tampoco lo ha le¨ªdo, porque no estoy al tanto de que nadie se haya asomado a sus p¨¢ginas sin juzgarlas enormemente divertidas. Pero asimismo me deja un tanto perplejo la porci¨®n que le toque dentro del 54,1% que dice haber apechugado con la novela ¡°por motivos de estudio¡± en el colegio o en el instituto. Algunos la cuentan en primera persona, pero la especie de que el Quijote ha tenido que leerse obligatoriamente en los grados preuniversitarios no pasa de una leyenda urbana.
La Ley Moyano (1857) prescrib¨ªa ya el empleo de ¡°libros de texto para ejercicios de lectura en la primera ense?anza¡±; una Real Orden de 1920 dispon¨ªa dedicar un cuarto de hora diario a una ¡°edici¨®n abreviada¡± del Quijote que deb¨ªa hacerse y nunca se hizo. Pero ni en esas ni en otras instrucciones o recomendaciones semejantes se trat¨® jam¨¢s de exigir que los alumnos leyeran la obra ¨ªntegramente: de lo que se habla es siempre de utilizarla, modernizada y resumida o a trozos, para los ¡°ejercicios de lectura¡±, es decir, para la pr¨¢ctica de esa habilidad que los alumnos iban haciendo en voz alta turn¨¢ndose cada pocas l¨ªneas.
Hasta ser preguntado al respecto, el 54,3 no ten¨ªa noticia de que estuvi¨¦ramos celebrando el cuarto centenario de la publicaci¨®n de la Segunda Parte. Con larga anticipaci¨®n, el 26 de junio de 2001, Jos¨¦ Luis Rodriguez Zapatero propuso en el Congreso de los Diputados, entre la rechifla de la bancada popular, ¡°hacer del 400 aniversario [de la aparici¨®n del Quijote, en el 2005] el gran arranque cultural del nuevo siglo¡±. De ese impulso vino, junto a otras muchas iniciativas, que Castilla-La Mancha encargara un Quijote esencial que, reproducido luego por la Real Academia Espa?ola, vendi¨® a un precio casi simb¨®lico cerca de tres millones de ejemplares en el mundo hisp¨¢nico. En abril del a?o que corre el Gobierno cre¨® una suntuosa Comisi¨®n Nacional para la conmemoraci¨®n del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. No consta que hasta la fecha se haya constituido ni celebrado una sola reuni¨®n. Ni cu¨¢les de sus miembros entrar¨ªan en cada uno de los casilleros de la encuesta del CIS.
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