¡®The Brink¡¯

Hay palabras que suenan mejor en ingl¨¦s, o de ello nos ha convencido nuestro lado m¨¢s paleto. Brink es una de ellas: sonora, musical, tan monosil¨¢bica que se convierte en golpe ef¨ªmero perfecto para acompa?ar lo que significa: al borde. Del desastre, del precipicio, de la ruina, de la guerra. On the brink es una de esas expresiones que o¨ªdas en la CNN provoca alarma, aunque no entendamos lo que sigue. Y podemos tirarnos de los pelos, pero nunca evitaremos el desasosiego que provoca saberse ante algo fatal que, sin embargo, a¨²n podemos conjurar.

Y eso es exactamente lo que transmite The Brink, la nueva serie que genera estr¨¦s del bueno y carcajadas ante la sarta de calamidades en potencia. Un Tim Robbins ?demasiado convincente! maneja la secretar¨ªa de Estado entre juergas y mal aliento, junto a un Jack Black que por buscar mar¨ªa en mal momento queda atrapado en un golpe en Pakist¨¢n.

The Brink es la cara B, el lado disparatado, absurdo y c¨®mico de House of Cards, esa serie cum laudem donde la pol¨ªtica parece una maquinaria perfecta en la que el mal siempre tiene recompensa. En The Brink, por el contrario, lo incre¨ªble se hace cre¨ªble y lo que parece absurdo lo es. Por ello desazona tanto como El guateque de Blake Edwards, ?recuerdan? ?Ese padecer adictivo cuando Peter Sellers perdi¨® el zapato?

Con marca HBO, The Brink es pura higiene mental, suspense c¨®mico, algo as¨ª como si pudi¨¦ramos re¨ªrnos en serie de nuestra mediocridad. ?Imaginan que supi¨¦ramos ridiculizarnos, estilo Little Britain? ?Que nos divirti¨¦ramos satirizando a un Rajoy que no sabe qu¨¦ deuda tiene Espa?a mientras se chulea ante Grecia? ?De un Constitucional que a¨²n cree que la p¨ªldora es cosa de conciencia? Es una idea. De momento, nos conformaremos con la estimulante autocr¨ªtica que llega de EE?UU a Canal + Series. Tal vez Europa empiece a funcionar cuando, adem¨¢s de fracasar, sepa re¨ªrse de ello. Y no solo de EE?UU.