Las claves del libro que alumbr¨® ¡®Matar a un ruise?or¡¯, de Harper Lee
El martes se publica ¡®Ve y pon un centinela¡¯, la novela que dio origen a uno de los cl¨¢sicos de la literatura de EE UU Llegar¨¢ con una tirada de tres millones de copias en ingles y espa?ol
En cuatro d¨ªas se romper¨¢ un silencio m¨ªtico. Un pitido fatigado anuncia que el tren se acerca bajo el calor inmisericorde de Maycomb. Ah¨ª viene la se?orita Jean Louise Finch, Scout de ni?a, procedente de Nueva York a visitar a Atticus, su padre. Los a?os 50 ya doblan la esquina y parece que el pasado ha quedado atr¨¢s, pero no es as¨ª. Ella tiene 26 a?os y ¨¦l ronda los 70. La ¨²ltima vez que se supo de ellos fue en los a?os 30. Cuando llegue hablar¨¢n de muchas cosas, con el tel¨®n de fondo de la lucha por los derechos civiles, los disturbios pol¨ªticos y la convulsi¨®n por la segregaci¨®n racial en Estados Unidos, mientras ella tiene las ideas claras sobre la mujer contempor¨¢nea. Sombras, secretos, verdades y dudas aparecer¨¢n. El aire faltar¨¢ por momentos. Nada ser¨¢ igual, ni pasado ni futuro. Nada. Ni para ella ni para los lectores, en el encuentro literario m¨¢s esperado de los ¨²ltimos tiempos: Ve y pon un centinela (HarperCollins Ib¨¦rica). Es la novela original que escribi¨® Harper Lee pero que su editor pidi¨® que reescribiera hasta dar como resultado Matar a un ruise?or, Premio Pulitzer 1961, y con m¨¢s de 40 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo
Todo se sabr¨¢ a partir del martes 14 de julio en Estados Unidos y Reino Unido, con tres millones de ejemplares (es el n¨²mero uno en la preventa de Amazon) y en Espa?a y Latinoam¨¦rica al d¨ªa siguiente, con una tirada inicial de 120.000 copias. Una historia que romper¨¢ el silencio de 55 a?os de Harper Lee (Monroville, Alabama, 1926) desde la publicaci¨®n en 1960 de su ¨²nica novela conocida hasta hoy, y convertida en cl¨¢sico desde su nacimiento. Narra, bajo la mirada de Scout, la historia de un hombre negro juzgado y condenado a muerte por violaci¨®n que es defendido por su padre, mientras ella, su hermano Jem y un amigo de ambos ven c¨®mo las manzanas de su para¨ªso no son tan brillantes y sanas como parecen.
¡°La isla de cada ser humano, Jean Louise, el centinela de cada uno, es su conciencia¡±, le dice Atticus a su hija en Ve y pon un centinela, t¨ªtulo que Harper Lee le puso desde el primer momento y que es sacado del Libro de Isa¨ªas del Antiguo Testamento. Una frase que sobrevuela no solo la misma historia que narra la novela, sino tambi¨¦n su lanzamiento envuelto en dudas y pol¨¦micas. Primero porque muchos cuestionan la lucidez de Harper Lee y su autorizaci¨®n para la publicaci¨®n del libro, ella vive en una residencia de ancianos en Monroville, su pueblo natal e inspiraci¨®n para su condado de Maycomb; y, segundo, porque si el 3 de febrero, fecha del anuncio del hallazgo de este in¨¦dito, se afirm¨® que el manuscrito hab¨ªa aparecido en septiembre pasado, hace un par de semanas se dijo que el manuscrito fue visto en una subasta en 2011. Sea la fecha que sea, en febrero el mundo editorial peregrin¨® a Londres, durante dos semanas, a leer el original en la agencia literaria Andrew Nurnberg Asociados para participar en la puja por los derechos de publicaci¨®n.
Preguntas reales, dudas reales que conviven con las que despierta Ve y pon un centinela. Todo indica que aquel mundo de Matar a un ruise?or ser¨¢ distinto. Aquel fue narrado con los ojos de una ni?a. Y este con los de una adulta que ya sabe que los h¨¦roes son humanos y que los ideales hunden sus ra¨ªces en la Tierra.
Puede que la historia como tal guste m¨¢s o menos, pero los resoplidos del tren que se acerca anuncian que es una gran novela. Lo que s¨ª parece cierto es que esas 276 p¨¢ginas desvelar¨¢n a una Harper Lee m¨¢s realista, m¨¢s pol¨ªtica y m¨¢s combativa y m¨¢s directa y audaz a la hora de haber querido debutar en la literatura con 30 a?os que ten¨ªa en 1957 cuando present¨® la obra a varios editores. ?Acaso una novela escrita por un blanco, una mujer y del sur con las ideas tan claras sobre los derechos civiles, la segregaci¨®n racial, la justicia, la convivencia y los derechos de la mujer en un Estados Unidos en plena vor¨¢gine de ideas y protestas de eso mismo era demasiado para el pa¨ªs? Nunca se sabr¨¢.
Lo cierto es que su editora de entonces Tay Hohoff, la ¨²nica mujer en la peque?a editorial Lippincott, en Nueva York, tras leer el original en el verano de 1957, le sugiri¨® b¨¢sicamente dos cosas: que potenciara la voz de la ni?a, Scout, y que contara los hechos como una larga evocaci¨®n de ella sobre aquel suceso de los a?os 30. El libro hace referencia, seg¨²n los medios anglosajones, a la sentencia de la Corte Suprema de 1954 que prohibi¨® la segregaci¨®n en las escuelas p¨²blicas. Ve y pon un centinela refleja el pulso real de lo que ocurr¨ªa en Alabama en los a?os 50 y de lo que pensaba Harper Lee de eso y de la situaci¨®n de la mujer frente a muchas cosas, en una mirada avanzada para la ¨¦poca.
Esa es la historia que ella quer¨ªa contar de veras. Una hija que llega a visitar a su padre y ambos charlan sobre sus vidas y recuerdan los hechos ocurridos 20 a?os antes, mientras ese pasado pol¨ªtico y judicial bulle en las calles al tiempo que van apareciendo los pliegues del padre, otrora h¨¦roe infantil. El que por la noche la sentaba sobre sus piernas y la arrullaba ley¨¦ndole libros hasta que se dorm¨ªa y ¨¦l callaba pero, entonces, ella dec¨ªa desde el otro lado del sue?o que siguiera leyendo... El mismo que le dijo que "solo poni¨¦ndose en el lugar de un hombre y viviendo como ¨¦l se le llegaba a conocer".
Atticus es la clave en Ve y pon un centinela. Aquel padre ejemplar y abogado convertido en referencia para sus colegas en la vida real estadounidenses que al explicar a Scout, en Matar a un ruise?or, por qu¨¦ defend¨ªa a Tom Robinson si todos aseguraban que era culpable le dice: ¡°Es algo que ata?e a la esencia de la conciencia misma de un hombre¡ Scout yo no podr¨ªa ir a la iglesia y adorar a Dios si me negase a ayudar a ese hombre¡±. ?Qu¨¦ es lo que se sabr¨¢, ahora, de este hombre negro condenado a muerte y que Harper Lee escribi¨® en origen?
¡°Es un libro hist¨®rico que conecta dos ¨¦pocas, los a?os 30 y los 50. Con personajes fant¨¢sticos. Y son dos libros distintos tanto en estructura, enfoque y tono narrativo. Lo que demuestra que Lee es una autora muy creativa¡±, afirma Luis Mar¨ªa Pugni, Director General de HarperCollins Ib¨¦rica, sello encargado de la publicaci¨®n en Espa?a. La traducci¨®n, edici¨®n y lanzamiento de la novela se ha llevado con el m¨¢ximo secretismo y con unas reglas propias para un libro de este calibre. Mar¨ªa Eugenia Rivera, directora editorial de Harper Collins Ib¨¦rica, cuenta que el libro primero se tradujo al espa?ol en Estados Unidos, por la misma casa Harper Collins que tiene los derechos all¨ª, luego se envi¨® a Espa?a y algunos pa¨ªses de Latinoam¨¦rica para que a partir de ah¨ª se hicieran los cambios o versiones acordes a cada regi¨®n. En Espa?a jugaban con la ventaja de que hace un mes ellos hicieron una nueva traducci¨®n de Matar a un ruise?or, con lo cual la historia, el lenguaje y el contexto hist¨®rico estaban frescos. ¡°Hemos intentado captar lo que Harper Lee quer¨ªa transmitir. La traducci¨®n ha sido un regalo para m¨ª como editora. He podido ver el original, el embri¨®n o padre de la historia, y comprobar los cambios que la autora hizo, el proceso creativo de c¨®mo a partir de una novela crea otra distinta sin perder el esp¨ªritu¡±.
Uno de los aspectos m¨¢s interesantes, dice Rivera, son los personajes, ¡°ver la progresi¨®n de su cambio, su coherencia, su psicolog¨ªa, teniendo en cuenta que Harper Lee los crea primero en Ve y pon un centinela, ya mayores o muy mayores en el centro de una convulsi¨®n pol¨ªtica y de cambios sociales en los a?os 50, y luego debe retrocederlos en el tiempo hasta los a?os 30, a los albores de parte de todo, para escribir Matar a un ruise?or¡±.
El ¨¦xito fue tan apabullante, impulsado por la pel¨ªcula hom¨®nima (protagonizada por Gregory Peck), que Lee casi se transform¨® en Boo, ese personaje creado por ella, enigm¨¢tico y recluido en la Mansi¨®n Radley que despertaba el miedo y la curiosidad de todos por su silencio e imagen casi espectral.
Aquel silencio empez¨® hace 55 a?os, pero la historia que le devuelve la voz a Harper Lee es la primera novela que escribi¨®. Donde empieza y termina todo. De aquello hace ya 58 a?os. Harper Lee ten¨ªa 30. Era enero de 1957 cuando empez¨® a escribir aquella visita que le hace Scout, en tren, a su padre Atticus a Maycomb, donde ella naci¨® y creci¨® con su hermano Jem, mientras ambos esperaban los veranos para jugar con su vecino Dill (inspirado en su amigo Truman Capote). Fue una historia diez veces rechazada hasta que en Lippincott creyeron en ella, pero con cambios que le aseguraron un sitio en los cl¨¢sicos contempor¨¢neos.
Harper Lee escribi¨® Ve y pon un centinela entre enero y julio de 1957. Aquel verano se puso a reescribirla como Matar a un ruise?or, y dej¨® aquellas 293 p¨¢ginas en una carpeta olvidada¡ Ahora vuelven como un tesoro dispuesto a cambiarlo todo, y desde ese porche de su casa en Maycomb echa la vista atr¨¢s... Y se vuelven enigm¨¢ticas las palabras de Atticus Finch, cuando siendo ella una ni?a le dice: ¡°Lo ¨²nico que puedo decirte es que cuando t¨² y Jem se¨¢is adultos, quiz¨¢s recordar¨¦is todo esto con cierta clemencia y con la sensaci¨®n de que no os defraud¨¦¡±.
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