La gente
Hay otros que pasan de esas cosas tan superfluas, da?inas y enga?osas de la izquierda y la derecha
Conozco a un ser entra?able y peculiar que trabaja por voluntad propia, aunque su actividad pueda parecer enfermiza, 364 d¨ªas del a?o, desde las siete de la ma?ana hasta las diez de la noche en su tienda de barrio, sin calefacci¨®n en invierno ni refrigeraci¨®n en verano, idolatrado por los ni?os de variadas generaciones, sin ninguna afinidad con El avaro de Moli¨¨re, pero orgulloso de que su salvaje estajanovismo le haya servido para dotar de bienestar a su familia.
Me cuenta que ancianos que viven recluidos permanentemente en casa, con la salud f¨ªsica y mental muy deteriorada, jam¨¢s faltan a las citas electorales, acompa?ados implacablemente a las urnas por la responsabilidad c¨ªvica que encarnan sus v¨¢stagos. Y su voto es di¨¢fano e incorruptible. Puedo imaginarlo sin margen de equivocaci¨®n. Hubieran depositado su amor en Franco si ¨¦ste hubiera permitido esa estupidez democr¨¢tica de las elecciones. Pudieron hacerlo con Alianza Popular. Y despu¨¦s con el PP. Supongo que jam¨¢s se han considerado pertenecientes a esa estrat¨¦gica falacia del centro derecha o del liberalismo. Son de derechas de toda la vida. Y a mucha honra. ?Por qu¨¦ no? ?Qu¨¦ es eso del centro? Poseen todo el derecho de no mentirse a s¨ª mismos ni la necesidad de disfrazarse. Siempre han tenido claro que hay que salvar a Espa?a, la defensa del orden y la moral (la suya) y la religi¨®n como pilar supremo de la existencia.
Hay otros que pasan de esas cosas tan superfluas, da?inas y enga?osas de la izquierda y la derecha. Maquiavelo y el Steinbeck de Las uvas de la ira han convencido a Pablo Iglesias de que lo que importa es la gente, no las ideolog¨ªas o la forma de ver el mundo y comportarse en ¨¦l. O sea, que voten a Podemos los que se consideran la gente. Pero el cenizo Alberto Garz¨®n se niega a acompa?arle en la rebeli¨®n de la gente contra lo establecido. El despistado y desfasado Garz¨®n se sigue considerando un rojeras. Y me creo a ese t¨ªo.
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