Muere Javier Krahe
El cantautor madrile?o fallece a los 71 a?os en su casa de Zahara de los Atunes
A buen seguro que disfrutar¨ªa con la iron¨ªa: sus ¨²ltimas palabras ante el p¨²blico fueron ¡°y yo con mi corona hice el gilipollas¡¡±. Javier Krahe ofreci¨® su ¨²ltimo concierto el pasado 28 de junio en una peque?a localidad coru?esa, Boiro, en A Pousada Das ?nimas, un local al que acud¨ªa a actuar puntualmente desde hace casi 20 a?os. Se despidi¨® con uno de sus iconos, Marieta, con ese gilipollas que intenta enamorar a la bella protagonista. Nunca existi¨® un cantautor tan lejos de la definici¨®n de gilipollas. En ese ¨²ltimo concierto, anunci¨® que se retiraba temporalmente para tomarse un a?o ¡°selv¨¢tico¡± y trabajar en nuevas canciones. Desgraciadamente, Krahe ha fallecido esta madrugada en su casa de Zahara de los Atunes (C¨¢diz), a los 71 a?os, a causa de un infarto. Su amigo Pablo Carbonell fue el primero en anunciar en Twitter el deceso: ¡°No dig¨¢is se nos fue el mejor de todos, malogrose el cumplido cantautor, era bueno, ten¨ªa suaves modos...¡¯. D.E.P Javier Krahe. Gracias¡±. Quiz¨¢ el propio Krahe tambi¨¦n valorase la paradoja de que su muerte cope los comentarios de las redes sociales, ¨¦l que escrib¨ªa sus canciones en cuadernos y libretas, lejos del teclado de un ordenador.
Krahe naci¨® en Madrid en 1944 y, contra lo que pueda parecer por su posterior actitud vital y art¨ªstica, se cri¨® en el barrio de Salamanca y fue alumno del colegio del Pilar. Siempre se sinti¨® madrile?o hasta la m¨¦dula: ¡°Yo me identifico con Madrid. Vivir¨ªa en cualquier barrio. Todo es Madrid. Mi mujer dec¨ªa, cuando est¨¢bamos en Prosperidad, que quer¨ªa irse m¨¢s al centro, con nuestra hija. ?El centro? Pero si esto es el centro¡±, afirmaba en una reciente entrevista en EL PA?S.
Lo contemplan 35 a?os de carrera y 15 discos en los que desgran¨® canciones ya legendarias, desde su primer ¨¢lbum Valle de l¨¢grimas, publicado en 1980, en el que ya inclu¨ªa algunos de sus temas m¨¢s emblem¨¢ticos, como Villatripas, Don Andr¨¦s Octogenario, San Cucufato y Marieta. Due?o de un estilo personal¨ªsimo, Krahe sab¨ªa llenar sus canciones de referencias cultas para combinarlas con su arma principal: la iron¨ªa. Su canci¨®n Como Ulises (?La Odisea resumida en una canci¨®n), incluida en su disco C¨¢balas y cicatrices, de 2002, a¨²n se utiliza en muchos institutos como introducci¨®n para estudiar la obra de Homero. Krahe era un apasionado de la poes¨ªa, lo que se traduc¨ªa en un excepcional talento para jugar en sus canciones con la m¨¦trica y la rima. Sus poetas eran ¡°el Siglo de Oro, el 27, los de los 50 como ?ngel Gonz¨¢lez o Gil de Biedma¡¡±, pero cuando se le preguntaba por su relaci¨®n con la chanson francesa, respond¨ªa inevitablemente: ¡°Soy brasseniano¡±.
Nunca existi¨® un cantautor tan veraz, tan cercano y, por descontado, tan iconoclasta (?Qu¨¦ artista ser¨ªa capaz hoy de titular una de sus canciones No todo va a ser follar, salvo Javier Krahe). Fue precisamente su singularidad, su capacidad para no encajar en ninguna etiqueta lo que propici¨® su primer asalto a la popularidad, a ra¨ªz del disco La Mandr¨¢gora, grabado en directo y editado en 1981 junto a Joaqu¨ªn Sabina y Alberto P¨¦rez, que recog¨ªa las actuaciones del tr¨ªo en el s¨®tano del bar madrile?o del mismo nombre, situado en el barrio de La Latina en Madrid. Sin embargo, La Mandr¨¢gora no durar¨ªa demasiado: ¡°Fue con Tierno cuando cerraron La Mandr¨¢gora. Por orden municipal. Porque hac¨ªamos ruido. ?Y est¨¢bamos en el s¨®tano!¡± . Krahe siempre gust¨® de presentarse ante sus seguidores en peque?os formatos, en salas reducidas, lejos de los aspavientos y las alharacas, como el legendario Caf¨¦ Central, en Madrid, o en la tambi¨¦n madrile?a sala Galileo.
Discograf¨ªa
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Su insobornabilidad lo llev¨® tambi¨¦n a vivir uno de los momentos m¨¢s tristes de su carrera, cuando se convirti¨® en el primer artista de la democracia en ser censurado. En el a?o 1986, TVE emiti¨® un concierto de Joaqu¨ªn Sabina en directo, en el que colaboraba el propio Krahe. Su canci¨®n Cuervo ingenuo, que criticaba a Felipe Gonz¨¢lez, entonces presidente del Gobierno, no fue emitida: los televisores fundieron a negro. No le gustaba demasiado a Krahe recordar el episodio, como tampoco hablar del momento en que fue denunciado, en 2004, por un v¨ªdeo en el que se daba la receta para cocinar un Cristo al horno. En 2012, Krahe fue absuelto de un delito contra los sentimientos religiosos por el juzgado de lo Penal n¨²mero 8 de Madrid: ¡°Ha sido un incordio. Aunque en estos ocho a?os habr¨¦ pensado en este asunto una docena de veces, la mitad en los ¨²ltimos tres meses¡±.
Entre la publicaci¨®n de sus 15 discos, Krahe tambi¨¦n encontr¨® tiempo para fundar un sello discogr¨¢fico independiente, 18 Chulos, junto con El Gran Wyoming, Pep¨ªn Tre, Santiago Segura, Pablo Carbonell y Faemino. A pesar de su dr¨¢stica afirmaci¨®n: ¡°Me gusta no hacer nada. Tengo una enorme capacidad para ello¡±, Krahe trabaj¨® mucho y trabaj¨® bien. Sus conciertos supon¨ªan viajes emocionales de primer nivel, adem¨¢s de un torrente de diversi¨®n. Las letras de Krahe, tan burlonas como elaboradas, han acompa?ado la memoria musical de varias generaciones. Y sus seguidores, quiz¨¢ minoritarios, pero siempre entregados, fidel¨ªsimos, capaces de viajar por Espa?a para seguir sus actuaciones, tambi¨¦n encontraban en el artista un referente vital. Un cantautor comprometido que nunca estuvo en venta. Que dispar¨® contra todo y contra todos (¡°En una canci¨®n se puede jugar con todo, menos con las desgracias f¨ªsicas¡±), que exudaba vitalidad, rebeld¨ªa e iconoclastia. Tambi¨¦n generoso. Lo saben bien m¨²sicos como Andreas Prittwitz, Fernando Anguita o Javier L¨®pez de Guere?a, a quienes permaneci¨® fiel durante casi toda su carrera. No ser¨¢ desmesurado afirmar que, para los madrile?os, existen dos iconos de eso que en los ochenta se llam¨® ¡°lo aut¨¦ntico¡±: Javier Krahe y Rosendo.
A finales de 2014 lleg¨® su ¨²ltimo trabajo, un disco grabado en 2013 en el Caf¨¦ Central de Madrid. Javier Krahe ya dispon¨ªa de nuevos versos, de nuevas ideas para canciones (¡°Siempre escribo las canciones a partir de una frase que me ha venido a la cabeza, o que he o¨ªdo decir o que he le¨ªdo. Cojo esa frase y empiezo a especular con ella¡±). Canciones que se han marchado con el artista. Y no se trata de un burdo rumor, desgraciadamente. Pero sus seguidores no deben abandonarse a la tristeza. Lo afirmaba el propio cantautor, que lanzaba su epitafio hace a?os en su canci¨®n El cromosoma: ¡°La muerte no me llena de tristeza, las flores que saldr¨¢n por mi cabeza algo dar¨¢n de aroma¡±.
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