Vergonzosa Pamplona
La Casa de Misericordia claudic¨® con una becerrada insolente, una ofensa para quienes se han medido con toros de verdad
D¨ªa negro para la fiesta de los toros el vivido en Pamplona. Un insulto soez, un ataque inmundo, una verg¨¹enza¡ La Casa de Misericordia claudic¨® ante las figuras con una becerrada insolente, que era una ofensa para quienes se han medido con toros de verdad; claudicaron los veterinarios al aprobarla; escandalizaron algunos pitones escobillados, especialmente los del quinto, abiertos como un clavel, se?al sospechosa de que alguien ha utilizado el famoso serrucho.
Garcigrande/Padilla, El Juli, Perera
Toros de Garcigrande y Domingo Hern¨¢ndez, deficientemente presentados, blandos y nobles; algunos con los pitones escobillados -especialmente el quinto-, sospechosos de haber sido manipulados de forma fraudulenta.
Juan Jos¨¦ Padilla: bajonazo trasero y estocada ca¨ªda (vuelta); -aviso- estocada trasera, un descabello y el toro se echa (silencio).
El Juli: estocada (oreja); pinchazo y estocada (oreja). Sali¨® a hombros.
Miguel ?ngel Perera: bajonazo (oreja); pinchazo en los bajos y media trasera (silencio).
Plaza de Pamplona. 13 de julio. S¨¦ptima corrida de la feria de San Ferm¨ªn. Lleno.
Deprimente y bochornosa la actitud del p¨²blico, pachanguero e inculto, que premi¨® faenas imp¨²dicas y permiti¨® que un se?or vestido de luces saliera a hombros en lo que habr¨ªa que considerar como un verdadero puntillazo a la fiesta.
Lamentable y penosa la actuaci¨®n de las figuras, llamadas Juan Jos¨¦ Padilla, El Juli y Miguel ?ngel Perera, cuya actitud displicente y triunfalista permite el convencimiento de que los enemigos m¨¢s furibundos de esta fiesta est¨¢n dentro de ella.
Qu¨¦ tristeza, qu¨¦ dolor y qu¨¦ desesperaci¨®n supone comprobar que las estructuras de la tauromaquia actual est¨¢n infligiendo m¨¢s da?o que cualquier campa?a antitaurina.
Un se?or como El Juli nunca debi¨® salir a hombros despu¨¦s de que le concedieran dos orejas de verbena, la segunda de ellas arrancada a un animal con los pitones rotos, sin¨®nimos de una imagen deleznable, pecado mortal para la afici¨®n.
?C¨®mo se le puede conceder a Perera otro trofeo despu¨¦s de que un infamante bajonazo al tercero de la tarde? Y lo que es m¨¢s grave: ?c¨®mo es que Perera lo pasea como si tal cosa?
La corrida de Garcigrande, blanda, noblota y bonancible, como exigen los que mandan. Padilla no se cans¨® de dar rodillazos para animar a sus muchos seguidores, pero est¨¢ muy mal y aburri¨® a todos. El Juli sonre¨ªa tras pases y m¨¢s pases insulsos y despegados; y Perera no pas¨® de vulgar con dos tontas del bote. (D¨¦nse prisa que esto se acaba¡)
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.