La disciplina de la soledad
Tras una novela decepcionante, Moore vuelve al relato con humor, dureza y piedad
Estar solo es como montar en bicicleta, nunca se olvida, as¨ª que no entrenes demasiado, dice la narradora del relato que da t¨ªtulo a la edici¨®n espa?ola del ¨²ltimo libro de Lorrie Moore (Glen Falls, Nueva York, 1957). Y de eso trata Gracias por la compa?¨ªa, de la necesidad e imposibilidad de estar solo. Pero tambi¨¦n, y aqu¨ª recuperamos el titulo original (Bark, ladrido en ingl¨¦s), de qu¨¦ est¨¢ en juego cuando nos comunicamos. Intercambiamos mensajes, pero abrir la boca tambi¨¦n muestra una herida sin cicatrizar: hablar es un ladrido, un reclamo de atenci¨®n.
Tras 16 a?os y una novela decepcionante, Al pie de la escalera (2009), Moore regresa a su g¨¦nero, el relato, y ahonda en la veta trabajada en su libro m¨¢s c¨¦lebre, P¨¢jaros de Am¨¦rica (1998): parejas en precario equilibrio, madres y padres divorciados. La ayudan el humor, entendido como una forma de piedad; la riqueza inventiva de su lenguaje y la virtud de condensar experiencias complejas en im¨¢genes sencillas. Un ejemplo: ¡°Hab¨ªa apartado la cabeza y miraba por la ventanilla, tranquilamente, el resto del camino, mostr¨¢ndole ¨²nicamente su hermoso cabello, que era dorado y brillante a la luz de las farolas que pasaban, como si fuera algo que no estaba en absoluto unido a ella¡±. ?Es el cabello lo que no est¨¢ unido a ella! Hay algo escalofriante en esta observaci¨®n de un marido, el diagn¨®stico de una pareja que implosiona. Y es que Gracias por la compa?¨ªa a?ade un tono crepuscular a la obra de Moore y lo sostiene en la dial¨¦ctica entre el solipsismo de los personajes y las referencias comunes de la pol¨ªtica reciente. Las parejas envejecen y no encuentran amparo en la historia: el comienzo del bombardeo de Irak o la radicalizaci¨®n de la pol¨ªtica estado?unidense. Leen en la playa ¡°libros sobre genocidios¡± mientras su matrimonio se desmorona.
Los ocho cuentos de Gracias por la compa?¨ªa son destacables por alguna raz¨®n. Por los di¨¢logos ingeniosos, oscuros y un poco tontos: quien habla se arrepiente de su presunci¨®n y borra las huellas. Por el estudio de la amistad y de la rivalidad de las amigas. Por la voz superviviente de las narradoras de mediana edad al comienzo de una ruptura.
Pero tres relatos justifican el entusiasmo. ¡®Muda¡¯, ¡®Gracias por la compa?¨ªa¡¯ y ¡®Alas¡¯. En el primero, un jud¨ªo (probablemente dem¨®crata) inicia una relaci¨®n con una mujer blanca del Medio Oeste (probablemente republicana) pegada a su hijo, un adolescente francamente idiota; a partir de una edad, dice Moore con m¨¢s dureza que humor, la gente no pega. En ¡®Gracias por la compa?¨ªa¡¯, una boda es el marco de reuni¨®n de los desechados por un tiempo que nadie sabe c¨®mo ha pasado. Y en ¡®Alas¡¯, el mejor, una compositora con una incipiente conciencia del fracaso (en el momento en que la bohemia empieza a ser miseria, es decir, a los treinta y pico) comienza una amistad con un anciano en un barrio residencial.
Humor, dureza, piedad. Las peque?as virtudes de Moore, pero tambi¨¦n sus limitaciones. Aunque recela del ¡°pintoresco dolor c¨ªvico¡± del humanitarismo de clase media americana, mejor eso que nada, parece decirnos. De ah¨ª la insistencia en el reconocimiento del ¡°lector com¨²n¡± (americano de clase media) y el af¨¢n por conciliar un dolor que termina por olvidarse.
Gracias por la compa?¨ªa. Lorrie Moore. Traducci¨®n de Daniel Gasc¨®n. Seix Barral. Barcelona, 2015. 206 p¨¢ginas. 18 euros.
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