¡®Soul¡¯, ¡®reggae¡¯ y Chile para abrir La Mar de M¨²sicas
Dos cantantes chilenas, protagonista de la primera noche del Festival cartagenero
Este a?o, Chile es el pa¨ªs invitado del bien estructurado festival que en su pasada edici¨®n cumpli¨® 20 a?os sin muchos fuegos de artificio. Como si de una embajada cultural se tratase, La Mar de M¨²sicas (LM) abre cada verano toda su balconada a quienes aprovechan la oportunidad de viajar sin desplazarse mucho. Sobre cada uno de los atractivos destinos se vertebra toda la programaci¨®n de LM de Cine, LM de Arte, LM de Letras y, obviamente la manifestaci¨®n que m¨¢s visitantes recibe, LM de M¨²sicas (LMdM).
Unos pelda?os permiten descubrir uno de los rincones m¨¢s especiales de todos los que ha venido experimentado LMdM: el escenario de La Catedral. Testigo de, al menos, los momentos m¨¢s intimistas y cercanos. Reci¨¦n comenzado el concierto de la joven chilena Camila Moreno, a¨²n se puede encontrar sitio con absoluta visi¨®n. Un hecho poco probable en tantas ocasiones anteriores, debido al reducido aforo y bajo coste de la entrada.
Pudiera ser que su sufrida canci¨®n de autor en formato banda de pop rock a priori no interese mucho al p¨²blico de LMdM, bien acostumbrado a ex¨®ticos platos de elaboraci¨®n notable. O quiz¨¢s sea, que lo habitual ven¨ªa siendo inaugurar oficialmente el festival en el Auditorio del Parque Torres a eso de las 11 de la noche. Hubo que aguardar los 75 minutos de presentaci¨®n de su reciente nuevo trabajo?Mala madre, para apreciar que ins¨®litamente tambi¨¦n hab¨ªa bastante sitio libre, incluso los pasillos no estaban abarrotados y se pod¨ªa bailar c¨®modamente. Al parecer algo est¨¢ cambiando, porque seg¨²n nuestros analistas la recuperaci¨®n econ¨®mica es cierta y el reggae siempre ha sido un g¨¦nero de rentabilidad segura.
El honorable jamaiquino Jimmy Cliff, quien a ¨²ltima hora sustituy¨® la baja de los mejicanos Molotov, no pudo ofrecer un concierto para todos los p¨²blicos con mayor solvencia que lo demostrado al frente de su joven banda de ocho m¨²sicos. Todos ellos formalmente ataviados con la camiseta roja oficial, los t¨¦cnicos y sus asistentes tambi¨¦n luc¨ªan los s¨ªmbolos del le¨®n de Jud¨¢, el Anj y el ojo de Horus. El jefe apareci¨® sentado tan solo durante el primer tema, mera obligaci¨®n para poder tocar el bongo, pues el ritmo enseguida se le apodera y no para ni un segundo a sus 67 a?os. Pudiera parecer que no lleva medio siglo dedicado al complicado oficio de animar con positivas canciones como?You can get it if you really want,?Wonderful world, beautiful people o?Under the sun, moon and stars; con grandes cl¨¢sicos como?The harder they come o el espiritual Many rivers to cross; regresando a sus or¨ªgenes sakatal¨ªticos al ritmo imparable de?King of Kings o?Miss Jamaica; o con alguna de sus famosas adaptaciones tales como el gui?o a?Rivers of Babylon de Boney M.,?Wild world de Cat Stevens -tan apropiado por la comunidad reggae- o el rescatado para el cine?I can see clearly now de Johnny Nash. Con una voz y vitalidad envidiables, Cliff pareci¨® ser suficiente dosis para parte del p¨²blico que no aguant¨® el cambio de escenario y se retir¨® a un tercio de la velada.
Un concierto con tanto soul e incitaci¨®n al baile, que dej¨® un sabor de boca dif¨ªcil de superar inmediatamente a continuaci¨®n, aunque indudablemente al aguerrido Tiken Jah Fakoly le importar¨ªa poco. Su corpulencia, m¨¢xime ataviado con la t¨²nica que luc¨ªa, impone mucho y sus letras ideol¨®gicamente comprometidas con las injusticias a las que est¨¢ sometido su continente no dejan espacio a r¨¦plica. Pese a tener 20 a?os menos que el jamaicano tiene la voz bastante m¨¢s castigada, aunque sabe compensarlo con las espl¨¦ndidas dos coristas que lo acompa?an.
Sonoramente el reggae proveniente de Costa de Marfil -as¨ª como el del popular Alpha Blondy- es bastante distinto al de la isla antillana, el m¨²sico int¨¦rprete de un n¡¯goni de dos m¨¢stiles y un peque?o tambor parlante hizo lo suyo por demostrarlo. Las canciones?Ouvrez les fronti¨¨res, Plus bien ne m¡¯etonne, African r¨¦volution y?la Prix du paradis fueron ejecutadas consecutivamente y fue el momento m¨¢s coreado de un concierto que en la recta final se hizo algo repetitivo
Si fue una chilena quien abri¨® esta primera jornada parec¨ªa de justicia que fuese otra paisana quien la cerrase cerca de las cuatro de la madrugada. Indudablemente Ana Tijoux demostr¨® ser la mejor elecci¨®n. Anita comenz¨® su breve concierto en el Castillo ?rabe con?Antipatriarca, una de las espl¨¦ndidas declaraciones de intenci¨®n que tan bien escribe y uno de los buenos ejemplos que canta casi sin rapear. Directamente desde su pa¨ªs al nuestro para presentar su cuarto y maduro trabajo?Vengo, dej¨¢ndose en Chile a la mitad de la banda.
Vista y escuchada su actual propuesta, imaginarse c¨®mo deben de sonar sus certeras rimas con el acompa?amiento de una secci¨®n de vientos y percusi¨®n completa no hace m¨¢s que acrecentar el deseo por volver a verla en directo y disfrutar a¨²n m¨¢s de la pen¨²ltima favorita de Jorge Drexler. No es casual que ella aprovechara?Sacar la voz para reivindicar la situaci¨®n de su pa¨ªs: "La m¨²sica es educaci¨®n, no hay que buscarla tan solo en las aulas¡ existen muchas luchas y jam¨¢s hemos de temer a nada¡ nuestra realidad anticolonizaci¨®n est¨¢ muy cerca de la africana¡ es internacional no latina¡ de vuestras crisis en la Comunidad Europea all¨¢ sabemos m¨¢s bien poco¡ ?Sacad el miedo!". De esta manera una peque?a comunidad chilena de estudiantes "presente en la casa" qued¨® bien representada, nosotros los extranjeros bastante esperanzados.
?Tiken Jah Fakoly y Ana Tijoux platicar¨ªan anoche? Sin duda, el mundo globalizado saldr¨ªa beneficiado de ello.
Del calor extremadamente h¨²medo y de los rinconcitos donde pescar brisa marina, mejor hablamos otro d¨ªa que a¨²n nos quedan ocho d¨ªas de festival y muchos conciertos que valorar.
Babelia
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