Gino Paoli, al amor por la bella canci¨®n

La Mar de M¨²sicas ya cont¨® con Gino Paoli el fant¨¢stico a?o que tuvo a Italia como pa¨ªs titular. Y fue precisamente en 2011 la ¨²ltima edici¨®n en que se a¨²n programaban algunos conciertos dentro del patio ajardinado del Cuartel de Artiller¨ªa, en pleno centro de la ciudad de Cartagena. Una prueba m¨¢s de que se trata de un festival cambiante y que a la vez no duda en mirar hacia atr¨¢s, cuando ha de volver a confiar en quienes dejaron momentos sobresalientes.

Los motivos para ser merecedor de recibir la escultura tallada por el Fernando S¨¢enz de Elorrieta ciertamente parecen subjetivos, si se intentan comparar los premiados: Oumou Sangar¨¦, Susana Baca y Omara Portuondo. Por suerte para esta presente edici¨®n, el formato que se aproximaba peligrosamente al de gala se ha recortado y para la ocasi¨®n tan solo Lara L¨®pez (RTVE) pronunci¨® unas bonitas palabras, se proyect¨® un breve montaje de actuaciones y escenas de pel¨ªcula con la canci¨®n Senza fine de banda sonora y la pizpireta Silvia P¨¦rez Cruz fue la encargada de entreg¨¢rselo. Seguramente en esta ¨²ltima cay¨® el honor al ser, de los artistas invitados presentes, quien aprovech¨® una oportunidad de grabar en Roma tres de las canciones que a continuaci¨®n sonar¨ªan "y que deber¨ªan de verse editadas en breve", seg¨²n apunt¨® en los camerinos. Sorprendentemente, ni aunando el poder de convocatoria de los tres nombres invitados para homenajear al italiano se pudo llenar el auditorio El Batel. Algo dif¨ªcilmente imaginable en pa¨ªses vecinos.

Sin duda este premio a toda una carrera (como cantautor) es justo que caiga en el ¨²nico fundador vivo de la scuola genovese (escuela genovesa). Aquel movimiento que a final de los 50 y en torno a los puertos de la Liguria determin¨® "una profunda ruptura con la m¨²sica tradicional italiana", mirando atentamente hacia Francia y llenando de intelectualidad algunas de las m¨¢s bellas composiciones que se recuerdan.

Parece que poco ha cambiado en estos cuatro a?os para el viejo Gino. El afinad¨ªsimo pianista Danilo Rea sigue ejerciendo de fiel escudero, por lo que la formaci¨®n contin¨²a siendo la de cuarteto de jazz vocal. Paoli porta ya ocho d¨¦cadas de vida, un aut¨¦ntico superviviente bohemio de una dorada ¨¦poca en la que literalmente ¨¦l estuvo apunto de morir por amor, y que se muestra cada vez m¨¢s aferrado a lo realmente valioso "Doy gracias a todos los amigos que est¨¢n aqu¨ª conmigo y a vosotros como p¨²blico que aguard¨¢is para escucharme¡­ Lo importante siempre es que haya alguien que te quiera".

Los otros dos m¨²sicos que lo acompa?aron en esta ocasi¨®n son Ares Tavolazzi al contrabajo y Fabrizio Sferra a la bater¨ªa e indudablemente se ech¨® de menos al menos el sonido de la tromba o de la trompeta, en un escenario tan grande y con una voz cada vez m¨¢s tenue.

El repertorio elegido no se sali¨® mucho de lo previsible, interpretaron del modo jazzy -en que lo vienen haciendo- aquellos principales ¨¦xitos que cualquier aficionado a la buena m¨²sica italiana espera escuchar. Pero tambi¨¦n recurri¨® a cl¨¢sicos de los m¨¢s diversos g¨¦neros como: la romanza Una furtiva lagrima de Donizetti, el est¨¢ndar del jazz Time after time de Cahn/Styne, el bolero Contigo en la distancia de Portillo de la Luz, la canci¨®n Smile basada en tema principal de la pel¨ªcula Tiempos Modernos de Chaplin/Turner/Parsons -y sobre la que sentenci¨® el propio Paoli: "Si tuviera que haber una ¨²nica canci¨®n, que fuese esta"- y la chanson Que reste-t-il de nos amours? de Trenet/Chauliac.

A quien le toc¨® romper el dif¨ªcil hielo durante el turno de duetos fue a la sempiternamente joven Christina Rosenvinge con Il cielo in una stanza, quien confes¨® -a posteriori del concierto- "Me he encontrado con una variaci¨®n musical muy diversa a la original, la cual ten¨ªa bastante ensayada en privado desde hace d¨¦cadas". Tras ella, con sombrero y camisa semi abierta, sali¨® Coque Malla, disimulando su nerviosismo por desconocimiento previo de la obra del homenajeado, y resolvi¨® con respeto el envite a Una lunga storia d¡¯amore. Por ¨²ltimo, y en correcto orden seg¨²n poder¨ªo vocal, la int¨¦rprete femenina m¨¢s relevante de los ¨²ltimos a?os tuvo el privilegio de mejorar (si fuese posible) la preciosa ¡®Senza fine. En este caso la complicidad adquirida en su anterior encuentro se pudo palpar, reconociendo P¨¦rez Cruz que "Estaba muy tranquila porque Gino se parte de risa conmigo desde que nos conocimos¡­ y dice que re¨ªr es una de las cosas m¨¢s valorables".

Como an¨¦cdota, apuntar que interpret¨® Fingere di te su propia canci¨®n favorita seg¨²n declar¨®. La cual interpret¨® a solas con el piano de Rea, al igual que la tremenda despedida Ti lacio una canzone. Para bis, se marcaron el bolerazo C¨®mo fue de Duarte, con los tres m¨²sicos espa?oles compartiendo el mismo escenario que el ahora apacible Gino Paoli. Aunque las comparaciones sobren, el bigotudo de ojos azules, camisa blanca y pantalones jeans parec¨ªa tenerlo claro.