La elasticidad pol¨ªglota
Caetano Veloso y Gilberto Gil demuestran, ya cumplidos los 70, asombrosa frescura
Cuentan los expertos en Tropicalismo, ese movimiento brasile?o que revolc¨® la m¨²sica brasile?a y despu¨¦s la mundial a mitad y finales de los sesenta, que de los l¨ªderes de aquella mina de talento, Caetano Veloso era la cabeza y Gilberto Gil, el coraz¨®n. Cuando se cumplen 50 a?os, ambos se han embarcado en una gira internacional que recal¨® anoche en el Teatro Real de Madrid.
Cabeza y coraz¨®n demostraron ambos; pero tambi¨¦n, ya cumplidos los setenta, dieron muestra de una asombrosa frescura, un juvenil impulso contagioso a quien, de entre el p¨²blico, se mostr¨® atento. Algo qued¨® claro: el viaje del Tropicalismo, situ¨® a Brasil dentro de un eclecticismo global y abierto a lo que se coc¨ªa fuera de sus fronteras, plenamente vigente medio siglo despu¨¦s.
La puntualidad de ambos artistas no evit¨® que siguiera entrando p¨²blico media hora despu¨¦s. Y lo peor, que tampoco dejaran de salir. ?M¨¢s de 200 euros la butaca de patio y no ser capaz de sentarse tranquilamente a disfrutar de dos horas de gran m¨²sica? Mejor quedarse en casa. Claro que de esa forma se hubieran perdido, primero el desfile de VIP, con cineastas amigos de Veloso a la cabeza, actores, m¨²sicos... Aunque, lo que es m¨¢s grave, no hubiesen podido contar la contagiosa forma en que se encuentran estas dos leyendas.
Desde Back in Bahia a Filhos de Gandhi, en 25 canciones, Veloso y Gil, guitarra en mano, sedujeron con su tersa musicalidad y su pol¨ªglota y rica manera de entender la m¨²sica. Confesaba Caetano, en una entrevista el a?o pasado a Carlos Galilea en EL PA?S, que si algo le hac¨ªa lamentarse de la desde?osa vejez, es haber perdido la elasticidad de la juventud. No se referir¨ªa a la voz, porque esa flexible travesura, unida a un cristalino fraseo en cuatro idiomas (portugu¨¦s, espa?ol, italiano e ingl¨¦s) no es que la haya perdido, es que ambos demostraron haberla elevado a grados de juguetona maestr¨ªa.
Lo celebr¨® el p¨²blico atento, no el ansioso, en hondos momentos de ternura, como los que nos transmitieron en Cora?ao Vagabundo nada m¨¢s comenzar o en la sencilla, pero intensa y heladora, conversaci¨®n con la muerte que Gil nos regal¨® en Se eu quiser falar com Deus. Se mostraron tambi¨¦n entregados al ritmo en Expreso 2222, bailongos y c¨®mplices en E luxo so, con swing en Nine out of ten, carnavaleros en Desde que o samba e samba, ir¨®nicos y distantes con la sobrevalorada masculinidad en Super Homen y profetas de un mundo mejor en Terra. Gran noche a d¨²o, Veloso y Gil, cabeza y coraz¨®n, para una herencia com¨²n, la de aquel decisivo movimiento del Tropicalismo, hoy tan vivo.
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