Gis¨¦le Freund en M¨¦xico
Pionera en el uso de pel¨ªculas en color, su estilo naturalista choc¨® a sus contempor¨¢neos, pero frente su objetivo posaron desde Walter Benjamin hasta Marcel Duchamp
A nosotros, que vivimos sumergidos en un flujo incontenible de im¨¢genes, nos puede resultar dif¨ªcil imaginar la extra?eza que produjo en su d¨ªa la aparici¨®n de la fotograf¨ªa a color, que si bien existi¨® marginalmente desde el comienzo, no se comercializ¨® hasta bien entrado el siglo XX. Del retrato que Gis¨¨le Freund le hizo en 1939, Virginia Woolf dijo que no era sino "un lastimoso y vulgar truco de fotograf¨ªa publicitaria". Y algo parecido exclam¨® Bernard Shaw: "acept¨¦ posar para Freund, a pesar de que sus fotos a color eran realmente espantosas".
Pero el rechazo no se deb¨ªa ¨²nicamente al uso del color, que confer¨ªa a las im¨¢genes un car¨¢cter "demasiado natural", a decir de Woolf, sino a la preferencia de esta fot¨®grafa nacida en Alemania por los acercamientos extremos y las impresiones casi a tama?o natural: "como si estuvieran animadas", precis¨® en su diario la escritora. Ciertamente, el blanco y negro tiende a producir una sensaci¨®n de distancia, no s¨®lo temporal ¨Clas fotograf¨ªas se ven viejas, incluso aunque sean recientes¨C sino f¨ªsica: las personas y objetos retratados tienen algo inaccesible, remoto. ?sta puede ser la raz¨®n de que el blanco y negro se siga imponiendo hasta hoy como modo predilecto de la fotograf¨ªa art¨ªstica. Y quiz¨¢ por ello el color, tal como lo usaba ella, puede resultar todav¨ªa ligeramente inquietante. Freund, nacionalizada francesa en 1936, acogi¨® la foto a color ¨Cno coloreada, que siempre hubo, sino a partir de pel¨ªculas a color¨C, a pesar del escepticismo generalizado y de que el costo del proceso era mucho m¨¢s elevado, precisamente porque era "m¨¢s cercano a la realidad". Basta ver la foto que sac¨® a Colette, a la que s¨®lo le falta hablar, para entenderlo.
Varios de los retratos que hizo al final de los a?os treinta (de Walter Benjamin, Marcel Duchamp, Jean Cocteau, Henri Matisse, entre otros) pueden verse ahora en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de M¨¦xico. La muestra, Gis¨¨le Freund y su c¨¢mara, pone no obstante especial atenci¨®n en las im¨¢genes que Freund capt¨® en sus distintos viajes a M¨¦xico (1950 ¨Cuna estancia de dos a?os¨C, 1964 y 1978). Y ah¨ª sin duda destaca la serie de retratos que le hizo a Frida Kahlo en 1951, en su casa de Coyoac¨¢n, y que, fuera de las fotograf¨ªas que le tom¨® Nickolas Muray casi diez a?os antes, se cuentan entre las escasas im¨¢genes a color que se conocen de la fotog¨¦nica pintora. Las de Freund, rara vez expuestas, muestran a Frida en diversos momentos de labor y de intimidad. Muray la retrat¨® como a una modelo (no por nada la revista Vogue decidi¨® tomar de portada su famosa toma con fondo verde), espl¨¦ndida con sus c¨¦lebres tocados de flores y trajes bordados. En cambio, en las fotograf¨ªas de Freund la vemos, por ejemplo, dar de comer a los patos del estanque, mientras sus xoloscuintles revolotean a su alrededor, como queriendo pescar alguna migaja. O posar, junto a su m¨¦dico, Juan Farill, frente al caballete que soporta justamente la pintura en que ella se autorretrat¨® pintando el retrato del doctor.
Pero en M¨¦xico no s¨®lo fotografi¨® a Kahlo. Adem¨¢s de una serie de tomas de los muralistas trabajando o de Alfonso Reyes en su maravillosa biblioteca, Freund llev¨® a cabo las im¨¢genes que ilustrar¨ªan el libro, con prefacio de Paul Rivet, Mexique pr¨¦colombien. ?stas no las tom¨® a color, pero el blanco y negro para nada desmerece en las vistas panor¨¢micas que dedic¨® a las enigm¨¢ticas construcciones de los antiguos pobladores de M¨¦xico que la dejaron, sin duda, muy impresionada. De ah¨ª seguramente le vino la fascinaci¨®n por las "chucher¨ªas mexicanas" con las que decor¨® su estudio de la calle Lalande, en Par¨ªs. Y parecidas chucher¨ªas tuvo tambi¨¦n que fotografiar para el cat¨¢logo de la gran exposici¨®n Arte mexicano, antiguo y moderno, que tuvo lugar en 1952 en el Museo Nacional de Arte Moderno de Par¨ªs. Aqu¨ª cabe mencionar la cabeza maya que Freund decide retratar dej¨¢ndonos ver la utiler¨ªa del fot¨®grafo: las luces y la tela que har¨¢ las veces de fondo negro y sobre la cual flotar¨¢ la blanca cabeza del rey Pakal, con su fabuloso penacho. "Con mucha nostalgia asist¨ª hace dos d¨ªas", le escribe Freund a Reyes, "a la despedida de los dioses mexicanos que partieron de la 'dulce Francia". Tal era el amor que sent¨ªa por las cosas de M¨¦xico. Y esta exposici¨®n nos lo deja ver a fondo.
Gis¨¦le Freund y su c¨¢mara. Museo de Arte Moderno, Ciudad de M¨¦xico. Hasta el 2 de agosto.
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