Recovecos de un experimentador
El directo Javier Aguirre habla sobre cine y confiesa que le gusta el g¨¦nero experimental
No le molesta a Javier Aguirre que se le considere un bicho raro, aunque, eso s¨ª, ri¨¦ndose de s¨ª mismo apunta que ¡°no s¨®lo respecto al cine espa?ol sino al mundial¡±, porque ¨¦l no se siente ¡°incorporable al cine espa?ol¡±. Lo que le interesa y con lo que disfruta es con lo que califica como ¡°anticine¡±, arriesgadas pel¨ªculas experimentales. Sin embargo, ha dirigido no pocas obras comerciales que ¨¦l califica simplemente de ¡°normales¡± en una ¨¦poca en la que en el cine espa?ol reinaba la comedia picaresca ¡ªUna vez al a?o ser hippy no hace da?o; Pierna creciente, falda menguante; Soltera y madre en la vida, De profesi¨®n sus labores, Esposa de d¨ªa, amante de noche, En busca del huevo perdido...¡ª as¨ª como cierto cine musical ¡ªcon Los Bravos, Parch¨ªs o Raphael¡ª y de terror ¡ªEl gran amor del conde Dr¨¢cula, El jorobado de la Morgue¡¡°Me empe?¨¦ en tocar todos los g¨¦neros, aunque me falt¨® el w¨¦stern, algo que me dio mucha pena porque cuando empec¨¦ a dirigir en 1964 ya estaba desapareciendo¡±.
?C¨®mo casan estos t¨ªtulos ¡°normales¡± con los experimentos que ha hecho Aguirre, por ejemplo con una pel¨ªcula agujereada ¡ªFluctuaciones entr¨®picas¡ª, una cinta sin fin que se arrastra por el suelo llev¨¢ndose consigo basurillas que luego en la pantalla adquieren formas extra?as ¡ªM¨²ltiples numero indeterminado¡ª o dejando una c¨¢mara aparentemente abandonada que ruede por su cuenta a pasajeros saliendo del metro como en Objetivo 40? ?O con mon¨®logos como Vida/Perra, o Voz, que dura lo que una vela ardiendo en primer plano, o Medea 2, en la que alternan la tragedia con la danza y el recitado?
Es autor de obras comerciales que
Este guipuzcoano de 80 a?os prefiere no hablar de su cine ¡°normal¡± porque considera ¡°que no tiene inter¨¦s¡±. De hecho, lo ignora hasta en su web oficial. Ten¨ªa con esas pel¨ªculas un objetivo muy claro, ¡°el mismo que el productor, es decir, que funcionaran econ¨®micamente¡± y de alguno de esos productores aprendi¨® ¡°los ingredientes que cada g¨¦nero deb¨ªa tener; por mi parte no introduc¨ªa nada que pudiese perjudicar a la comercializaci¨®n de la pel¨ªcula, salvo lo me pareciese inocuo en tal sentido y s¨®lo para divertirme personalmente¡±. Aguirre aceptaba encargos o hac¨ªa sus propias propuestas a sabiendas de ¡°lo que el mercado exig¨ªa¡±, tras haber analizado las pel¨ªculas que triunfaban en taquilla y el porqu¨¦ de su ¨¦xito, ¡°algunas de Mariano Ozores, por ejemplo; en ese sentido he tenido pocos problemas, para m¨ª no era problema lo que para otros de mi generaci¨®n s¨ª lo era. Se adaptaba a los encargos por estramb¨®ticos que fueran, como el de aquel productor catal¨¢n que quer¨ªa ¡®una pel¨ªcula espa?ola pero que pareciera espa?ola¡±.
Ahora, que solo hace anticine, ignora por completo al p¨²blico: ¡°Cuando un productor con el que yo hab¨ªa trabajado bastante se enter¨® de que hab¨ªa hecho una pel¨ªcula, Voz, que era una vela consumi¨¦ndose durante hora y media dej¨® de llamarme. A partir de entonces empec¨¦ a hacer mis pel¨ªculas en total libertad, sin pensar para nada en el p¨²blico sino simplemente en lo que me gusta a m¨ª, que es experimentar. Y estoy en la ¨¦poca en que hago pel¨ªculas por completo sin pensar en el p¨²blico, es decir, todo lo contrario a aquello del cine normal. Cuando empec¨¦ a hacer cortos tampoco me importaba el p¨²blico porque con los cortos daba igual. Hac¨ªa lo que me gustaba y tuve bastantes premios y cosas de esas. Mi primer corto, Tiempo dos, de 1960, era ya un experimento. Ahora estoy haciendo 13 pel¨ªculas, llevo ya 12, que son como Objetivo 40, de la que hemos hablado antes, pero en ciudades de los cinco continentes; a¨²n me falta ?frica¡±.
Contra la repetici¨®n
¡°De lo que me siento m¨¢s orgulloso con mi anticine es de la gente que lo ha visto y ha escrito sobre ello. Tengo una lista que, aparte de Bu?uel, no creo que tenga nadie¡±. Hay fans repartidos por el mundo pero ¡°el anticine hay que buscarlo, hay que molestarse. De la misma forma que para ver el Guernica tienes que ir al museo, para ver mi anticine hay que ir al Reina Sof¨ªa y pedir que te lo pongan, porque all¨ª lo tienen todo¡±. ?l es asiduo a los museos porque le interesan igualmente la pintura, la m¨²sica, la escultura o el teatro aun m¨¢s que el cine.
De los productores aprendi¨® ingredientes para cada g¨¦nero
¡°En estos momentos es casi imposible que un director de cine sea comercial y al mismo tiempo diga algo nuevo. En los a?os veinte estaban inventando el cine, y lo experimental era en s¨ª una invenci¨®n. Invento y experimento es lo mismo para m¨ª. A partir de un determinado momento el cine se empieza a repetir, las formas empiezan a repetirse; los que no queremos hacerlo as¨ª tenemos que discurrir qu¨¦ es lo que m¨¢s me gusta¡±.
Tiene tambi¨¦n sus admiraciones, y precisa que son ¡°autores como Val del Omar, Sistiaga, el Erice ¨²ltimo de sus pel¨ªculas experimentales, y sobre todos a Bu?uel en sus primeros filmes, el que elev¨® al cine a la altura de las artes m¨¢s avanzadas¡±... A Joyce, Schoenberg, Malevicth y a Oteiza dedic¨® su corto Uts cero, que junto al largometraje Zero/Infinito representa para ¨¦l, ¡°el l¨ªmite de una radicalidad que inaugur¨® Bu?uel con su Perro andaluz, obra cumbre del cine espa?ol y del cine de todas las ¨¦pocas¡±.
Y brindamos con vino, aunque en su caso con bastante agua: ¡°Es que me tomo la salud muy en serio porque tengo a¨²n muchas cosas que hacer¡±.
Babelia
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