Jimmy Cliff: ¡°Bob Marley no fue el artista m¨¢s importante para el ¡®reggae¡±
El compositor y cantante jamaicano, pionero de un g¨¦nero musical que conquist¨® el mundo, repasa su vida en una entrevista entre bambalinas
Jimmy Cliff (St. James, 1948) tiene dos grandes ojos azules, muy brillantes y profundos, como si fueran irreales y en cualquier instante fueran a cambiar de color, propios de alg¨²n pirata del Caribe cuya leyenda se mantiene viva, a¨²n pasen los siglos. Con su gorra desgastada, sus ropajes de amarillo y naranja chillones y los pelos puntiagudos y desafiantes de su media barba, el jamaicano se pasea por el backstage con una sonrisa deslumbrante. Sudado de arriba abajo, tras dos horas de concierto en el que no ha parado de botar mientras repasaba lo mejor de su cancionero reggae, pide cinco minutos para cambiarse de ropa y beber agua. Luego, sale del camerino e invita a entrar con un ¡°adelante¡±, dicho en un gracioso espa?ol. Sentado en un taburete, atiende a la entrevista en una distancia sorprendentemente corta, como si se tratase m¨¢s de una reuni¨®n informal entre camaradas. ¡°No puedo imaginar mi vida sin m¨²sica. Puedo verme terminando una gira, descansando en un jard¨ªn una temporada, pero no dejando la m¨²sica¡±, asegura.
Es historia viva del reggae, uno de los estilos musicales m¨¢s universales, pero al mismo tiempo m¨¢s localizado en un lugar determinado: Jamaica. Nacido en un suburbio de St. James, en el noroeste de la isla, Cliff, que ha actuado estos d¨ªas en los festivales de La Mar de M¨²sicas de Cartagena y Jazzlandia de San Sebasti¨¢n, se cri¨® con lo m¨ªnimo en un pa¨ªs muy desigual y pobre. ¡°Iba al colegio sin zapatos, algunos amigos me llamaban cari?osamente el ni?o sin zapatos y hasta que ellos no me lo dec¨ªan a m¨ª no me preocupaba tenerlos. Me lavaba los dientes con el dedo, sin pasta ni cepillo¡±, recuerda. ¡°Estaba en una fundaci¨®n de mi padre en la que nos ayud¨¢bamos unos a otros en el barrio. Era muy rica mental y espiritualmente¡±.
Fue en ese barrio en el que absorbi¨® los primeros sonidos callejeros. ¡°Cuando comenc¨¦ no exist¨ªa el reggae en Jamaica. Hab¨ªa otros elementos musicales que lo formaron como el mento, el calipso, la cumbia o el ska. Y en un lugar muy importante estaba lo latino, con ese toque jazz, especialmente venido de Cuba, Puerto Rico o Venezuela¡±, explica. Su traslado a Kingston fue determinante. Con esa mezcla sonora, bajo tem¨¢ticas con insinuaciones sexuales y problemas cotidianos de la gente sin recursos, Cliff grab¨® en la capital jamaicana sus primeras canciones a principios de los a?os sesenta, gracias a que el productor Leslie Kong, figura esencial para la eclosi¨®n del reggae, le escuch¨® cantar en la calle. Con la vista puesta en el trabajo que llegaba desde Estados Unidos de The Drifters o The Coasters, composiciones como Miss Jamaica, con su adictivo skiffle, o Pride and Passion, que supuraba un rhythm and blues elegante y pasional, se convirtieron en ¨¦xitos locales. ¡°Contribu¨ª a buscar un idioma con esos estilos¡±, afirma.
Con su pinta de corsario, el m¨²sico r¨ªe a carcajada limpia cuando se autoreafirma como un nombre indispensable para el g¨¦nero que Bob Marley puso en el mapa mundial, pero clava su mirada azul marina de modo desafiante. Quiere dejar claro c¨®mo se produjeron los hechos. Cliff, que cita a pioneros como Joe Higgs, Derrick Morgan o Desmond Dekker, ya despuntaba en Kingston cuando llev¨® a Marley ante Leslie Kong para que con The Wailers hiciesen sus primeras grabaciones. ¡°Mira, Bob Marley es el m¨¢s popular pero no quiere decir que sea el m¨¢s importante. El m¨¢s importante fue el primero en salir al mundo, en llegar a Europa, Sudamerica, Estados Unidos o Canad¨¢. Ser el primero en abrir los ojos a la gente y que se preguntasen: ?Qu¨¦ es esto? Yo hice eso y estoy aqu¨ª haciendo m¨²sica ahora¡±, explica. Fich¨® por la reci¨¦n creada Island Records, que difundi¨® el reggae por todo el planeta, y se instal¨® en Reino Unido. En 1967, public¨® el sobresaliente disco Hard Road to Travel y se produc¨ªa un peque?o gran acontecimiento: el reggae entraba en el mundo del rock. Pero todo qued¨® eclipsado en los sesenta: Marley desembarc¨® tambi¨¦n en Island y, bajo el impulso de obras como Catch a Fire y Exodous, caus¨® un se¨ªsmo. Con todo, Cliff no olvida esa ¨¦poca a la sombra del gran Tuff Gong en la que escribi¨® Vietnam, la mejor canci¨®n protesta de la historia seg¨²n Bob Dylan, protagoniz¨® la pel¨ªcula The Harder They Come, cuya banda sonora fue un ¨¦xito, y entr¨® en contacto con la escena punk brit¨¢nica. ¡°Conoc¨ª a The Clash y especialmente a Joe Strummer. El reggae les inspir¨® por el mensaje social que conten¨ªa¡±, dice.
Con una intensa voz aguda, Cliff, que trabaja en un nuevo disco que ver¨¢ la luz a principios de 2016, combin¨® desde entonces trabajos de solidaridad con grandes causas pol¨ªticas o sociales, atendiendo especialmente al continente africano, con un declarado acercamiento al pop, ejemplificado en la popular Many Rivers to Cross. Con sus dos grandes ojos azules abiertos de par en par, se pone a cantar I Can See Clearly Now y el camerino se inunda de resonancias soul. ¡°Soy original. No soy una copia. Mi voz es aut¨¦ntica, mi estilo tambi¨¦n, todo lo que ves es real¡±.
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