?Nicholson no!

Entre renovarse o morir, algunos se lo tomaron en serio y se renovaron hasta empujar las fronteras del infinito, como Clint Eastwood en Gran Torino; o murieron, como el hombre que nunca nos logr¨® convencer de su dureza tras su barniz arisco: Humphrey Bogart. Otros buscaron otras v¨ªas.

Canal + nos trajo estos d¨ªas un Jack Nicholson sobreactuado, histri¨®nico y decadente que intentaba convencernos de que era capaz de ligar en Ahora o nunca, y eso me dispar¨® el s¨ªndrome de abstinencia. Sudor fr¨ªo y palpitaciones galopantes hasta que logr¨¦ agarrar el mando a distancia y recuperar gracias a la opci¨®n alfab¨¦tica de Yonvi una joya que sab¨ªa que andaba por ah¨ª: A, B, C, D¡­ Ansiedad, Basura, Calma, Dosis. Tranquila, mujer, inspira, expira, que llega la E. Y ah¨ª estaba: El resplandor. Raci¨®n suficiente para apaciguar el ¨¢nimo y recuperar al Nicholson que sembr¨® la pel¨ªcula de Kubrick de los gestos, tonos y miradas que necesitamos para creer en el cine. Tambi¨¦n pod¨ªa haber sido Chinatown.

Nicholson decay¨® con el tiempo ¡ªrazones alimenticias, lo llaman, pero no creo que a Clint Eastwood, George Clooney o Meryl Streep les haya faltado de comer por no hacer muchas tonter¨ªas¡ª y algo parecido sent¨ª ante una serie producida por Steven Spielberg que ofrece Telecinco. Animada por su firma, me sent¨¦ a ver Invisibles, un producto que combina el lado m¨¢s simpl¨®n de lo fantasmal con la intriga de culebr¨®n. Ni?os malvados que siguen instrucciones de supuestos amigos invisibles ante padres protot¨ªpicos. Investigadora sufriente y dedicada. Pura decadencia.

Del Spielberg que produjo Band of Brothers a este no hay aqu¨ª ni rastro, salvo el detallazo de que, en la indolencia del sof¨¢, nos hace preguntarnos si no ser¨¢n esos amigos imaginarios los mismos que est¨¢n aconsejando a Artur Mas o Mariano Rajoy estos d¨ªas. Por lo dem¨¢s, mejor apagar. Porque entre renovarse o morir, nos queda callar.