Trigo, agua, m¨²sica, vino. Sonorama en 3, 2, 1...

18 y 42. Son los a?os que cumplir¨¢n, el mismo d¨ªa, el Sonorama Ribera y su director, Javier Ajenjo. Hoy, este mi¨¦rcoles 12 de agosto, uno se hace mayor de edad y el otro echa la vista atr¨¢s. Casi dos d¨¦cadas han cambiado por completo la programaci¨®n, la duraci¨®n, la perspectiva. Pero no la espina dorsal: hacer las cosas por amor al arte. El festival naci¨® en 1998 de la mano de Ajenjo y Susana Vicario, se embarcaron en esa empresa sin saber que se convertir¨ªa en un mastodonte para salvar la tienda de discos que ten¨ªan en aquel momento. Les toc¨® pagar pr¨¦stamos durante diez a?os. A cambio, crearon uno de los eventos indies (e imperdibles) del a?o.? ?

La primera edici¨®n se enfrentaba a un panorama todav¨ªa en pa?ales. El Esp¨¢rrago Rock, aparecido en 1989, fue el primero. Cuando el Sonorama asom¨® la cabeza, ya hab¨ªa algunos m¨¢s: el Festimad y el S¨®nar tuvieron su primera edici¨®n en 1994, el FIB un a?o despu¨¦s, y en el 96, el Vi?a Rock y el Contempopr¨¢nea. Hoy hay alrededor de 450 festivales en Espa?a. Ninguno se gest¨® como el arandino, ni nuevos ni viejos: todo es a trav¨¦s del voluntariado, desde el m¨¢ximo responsable hasta el ¨²ltimo colaborador. Desde el segundo cumplea?os del Sonorama, la asociaci¨®n cultural Art de Troya se hace cargo de la gesti¨®n. "Tambi¨¦n a partir de esa segunda edici¨®n se produjo un hecho ins¨®lito, fracas¨® en p¨²blico y econ¨®micamente, pero hubo un tremendo ¨¦xito emocional y humano. Y seguimos", explica Ajenjo.

?Cu¨¢l es el truco para mantener a un inmenso grupo de gente trabajando durante todo el a?o, sin cobrar nada, y poner en marcha un festival que ya ronda las 50.000 personas? Ajenjo se r¨ªe, parece que ¨¦l a veces tambi¨¦n se lo pregunta: "Mucha limpieza. Al final, el gran problema de los colectivos es la falta de informaci¨®n interna, guerras econ¨®micas... Cuando empiezan a ser las cosas rentables, es cuando llega el conflicto". Sin euros no hay pelea. "A eso podemos a?adir mucha voluntad y amor por Aranda". Ha debido de ser inmensa ¡ªla voluntad¡ª, porque hasta el 2012 no empez¨® a ser rentable.

Han encontrado, sin duda, el equilibrio. "Se ha soltado de la mano y es un ser independiente. Aunque para ello hemos tenido que pasar por todo tipo de vicisitudes. Hace poco record¨¢bamos c¨®mo ten¨ªamos que hacer todo nosotros, incluso terminaba el festival y hab¨ªa que descargar el equipo de los camiones". Ese callo, que no solo aparec¨ªa en las palmas sino tambi¨¦n en las agendas de cada uno, es quiz¨¢s uno de los motivos por los que el festival no ha parado de crecer en pares de manos. Ahora, los voluntarios, tienen incluso una pesta?a en la p¨¢gina web del festival. "Hay gente que viene desde hace mucho tiempo. No los vemos en todo el a?o, pero aparecen por la puerta y saben qu¨¦ tienen que hacer y d¨®nde tienen que estar. En un mundo donde la gente se ha acostumbrado a pensar que todo se hace a cambio de dinero, nosotros demostramos que se pueden hacer recibiendo solo la satisfacci¨®n personal y de forma profesional".

La estructura no es lo ¨²nico que difiere de otros festivales. Su visi¨®n de lo que debe acoger se gan¨®, durante un tiempo, alguna que otra cr¨ªtica. Por sus escenarios han pasado Loquillo, Bebe, Calle 13, La Mala Rodr¨ªguez.... "Creo que hemos roto esa barrera del estilo, para nosotros esto ten¨ªa que ser una fiesta de la m¨²sica, hab¨ªa que cortar ese cors¨¦ y dejar que hubiese otro tipo de m¨²sica". El a?o pasado fue Raphael, este verano ser¨¢ Estrella Morente.?

"Envidia sana", pronuncia Ajenjo si se le pregunta por algunos festivales. "Pero nuestra funci¨®n es seguir adelante y mantener el respeto por las bandas nacionales. No podemos perder la cabeza. Hay festivales que pagan millonadas por un cach¨¦ internacional, y luego regatean a los grupos espa?oles. He visto carteles que da?an la vista, con bandas extranjeras inferiores en calidad a las nacionales siendo cabezas". Reclaman el poder de la m¨²sica patria, aunque tambi¨¦n tengan sus peque?as perlas allende las fronteras. Franco Battiato es una de las que este a?o ha quedado pendiente. "Pero lo conseguir¨¦", zanja el director. Nadie a su alrededor lo duda. Hace un par de a?os, hartos de los sobrecostes de los grupos for¨¢neos, se presentaron en todas las oficinas de contrataci¨®n internacional: "Y nos hicieron caso. Aunque al igual que conllev¨® grandes satisfacciones (Belle & Sebastian o Travis), tambi¨¦n trajo alguna decepci¨®n (Smashing Pumpkins)".?

Poco est¨ªmulo hay en llevar la contraria a alguien que tiene, junto a otros dos amigos, una bodega que se erige como su trabajo "serio", toca en un grupo (Yani Como), y se ocupa durante todo el a?o del festival. "El grupo es mi forma de sentirme vivo y de expresarme. Acabamos de fichar por Universal y despu¨¦s de diez a?os, no dejamos de ser lo mismo, cinco amigos que tocan para pasarlo bien".

La filosof¨ªa de vida de Ajenjo tiene tent¨¢culos interminables que llegan hasta cada una de las cosas que ama, hace o proyecta. Tambi¨¦n hasta el futuro del Sonorama. A 15 d¨ªas del festival estaban pensando si colgar el Sold Out: "Hasta ahora, el festival ha permitido acudir a todo el mundo que ha querido, y ojal¨¢ que podamos seguir as¨ª. Estamos alcanzando un poco el l¨ªmite y es importante que la gente est¨¦ c¨®moda". Si llegaran a sobrepasar esa l¨ªnea roja, lo tiene claro, tendr¨ªan que cortar la entrada, "por un tema b¨¢sico de comodidad. Aqu¨ª hay que estar bien, a gusto".

Quieren seguir siendo lo que son, no piensan romper el ecosistema de una ciudad de 30.000 habitantes que cada d¨ªa del festival acoge alrededor de 15.000. "No queremos saturar m¨¢s de lo que ya est¨¢n restaurante y alojamientos". Hay festivaleros que tienen que dormir a m¨¢s de 80 kil¨®metros de Aranda porque en abril suele estar todo casi al 100% de su capacidad. "Esta es nuestra idiosincrasia y no queremos convertirnos en un festival masivo". Perder¨ªan ese no s¨¦ qu¨¦ si lo fueran.