Literatura con dibujos ( y decente)
Del c¨®mic period¨ªstico a la autobiograf¨ªa pasando por la fantas¨ªa y cr¨ªtica social, la novela gr¨¢fica se vuelve inclasificable y subvierte el orden de la narraci¨®n tradicional
"Un intento diab¨®lico de debilitar la moral y de esa manera destruir la religi¨®n y subvertir el orden¡± no parece una definici¨®n muy ecu¨¢nime de lo que llamamos c¨®mic o historieta; la recoge David Hajdu en The Ten-Cent Plague. The Great Comic-Book Scare and How It Changed America (2008) y fue formulada por una cierta organizaci¨®n a favor de la ¡°literatura decente¡± en 1938. Algo menos de ochenta a?os despu¨¦s, es dif¨ªcil imaginar que pudiese ser suscrita por alguien, a pesar de lo cual no es completamente err¨®nea, ya que en ese per¨ªodo el c¨®mic s¨ª ha hecho mucho por ¡°subvertir el orden¡±, al menos el literario. Un repaso por las novedades de la primera mitad de este a?o en Espa?a permite comprobar que, si bien una parte considerable del mismo adhiere a g¨¦neros y formas provenientes del repertorio convencional de la literatura, existe un pu?ado de obras que se internan en el terreno de lo inclasificable y de lo que solo puede suceder en la narrativa gr¨¢fica, reivindicando una especificidad que vuelve al c¨®mic, en los hechos, irremplazable.
1. Vidas de f¨¢bula
El primero de los casos es el de las novelas gr¨¢ficas Bah¨ªa de San B¨²ho, de Simon Hanselmann (Fulgencio Pimentel) y La Enciclopedia de la Tierra Temprana, de la joven Isabel Greenberg (Impedimenta), que participan de la literatura fant¨¢stica al igual que Cr¨¢neo de az¨²car, de Charles Burns (Reservoir Books) (conclusi¨®n de una trilog¨ªa extraordinaria que re¨²ne con facilidad las influencias contradictorias de David Lynch, Herg¨¦ y The Ramones), la retrofuturista Grandville b¨ºte noire, de Bryan Talbot, Crom¨¢ticas, de Jorge Zentner y Rub¨¦n Pellejero, y Las migajas, de Ibn Al Rabin y Frederik Peeters (todos en Astiberri). Tambi¨¦n es el caso de Chapuzas de amor, de Jaime Hernandez (La C¨²pula), Cuando no sabes qu¨¦ decir, de Cristina Dur¨¢n y Miguel ?. Giner Bou (Salamandra Graphic), La balada del norte, de Alfonso Zapico (Astiberri) y Lo que me est¨¢ pasando, de Miguel Brieva (Reservoir Books), que por su parte adhieren a las convenciones realistas.
En la medida en que se basan en hechos hist¨®ricos, tambi¨¦n son realistas Andr¨¦ el gigante. Vida y leyenda, de Box Brown (Astiberri), la biograf¨ªa gr¨¢fica del luchador y actor Andr¨¦ Roussimoff, La mujer rebelde, de Peter Bagge (La C¨²pula), que narra la vida de la activista por los derechos de la mujer Margaret Sanger y pone de manifiesto un inter¨¦s general por este tema que alcanza al libro de Mary M. Talbot, Kate Charlesworth y Bryan Talbot Sally Heathcote. Sufragista (La C¨²pula), y Esterhazy, de Hans Magnus Enzensberger, Irene Dische y Michael Sowa (Fulgencio Pimentel): bajo la apariencia de una f¨¢bula infantil acerca de un conejo soltero en Berl¨ªn, este libro es la cr¨ªtica al proceso de reunificaci¨®n alemana de uno de los intelectuales europeos m¨¢s importantes del ¨²ltimo siglo.
¡®Silvio Jos¨¦¡¯, de Paco Alc¨¢zar es uno de los retratos m¨¢s desgraciadamene realistas de la Espa?a actual
2. Memoria reciente
El ¨¢rabe del futuro, del colaborador de Charlie Hebdo Riad Sattouf (Salamandra Graphic), sobre su vida bajo las dictaduras de Gadafi y el Asad; Patria, de Nina Bunjevac (Turner), que pone de manifiesto que la tragedia de los Balcanes es anterior a la guerra en esa regi¨®n, y Mi amigo Dahmer, de Derf Backderf (Astiberri) son, por otra parte, el resultado de la hibridaci¨®n del g¨¦nero hist¨®rico con la vocaci¨®n memorial¨ªstica de sus autores, lo que constituye una variante de un g¨¦nero, el autobiogr¨¢fico, que vive un importante auge en nuestros tiempos: son autobiogr¨¢ficos tambi¨¦n los C¨®mics (1986-1993) de la influyente artista canadiense Julie Doucet (Fulgencio Pimentel), Advaita, de Iv¨¢n Sende (Di¨¢bolo), la reedici¨®n de P¨ªldoras azules, de Frederik Peeters (Astiberri), acerca de la forma en que el VIH entr¨® en la vida del autor cuando este se enamor¨® de una joven seropositiva, Mar¨ªa cumple 20 a?os, de Miguel Gallardo y su hija (Astiberri) y el humor¨ªstico La vol¨¢til. Mamma mia, de la argentina Agustina Guerrero (Lumen), as¨ª como La vida es un tango y te piso bailando, de Ram¨®n Bold¨², que contin¨²a el proyecto autobiogr¨¢fico de su autor explorando esta vez la historia de su familia durante la Guerra Civil, Mi puta vida, de Tom Roca y Gazpacho agridulce, de Quan Zhou Wu (todos en Astiberri), la historia de las dificultades y los placeres de los Zhou, una familia china que se instala en un pueblo andaluz a principios de la d¨¦cada de 1990.
(En la l¨ªnea de las narrativas realistas en c¨®mic se deben mencionar tambi¨¦n Bumf, de Joe Sacco [Reservoir Books], una cr¨ªtica tan corrosiva como acertada del estado actual de la naci¨®n estadounidense, la recuperaci¨®n de El fot¨®grafo, de Didier Lef¨¨vre y Emmanuel Guibert [Astiberri], que narra la guerra entre sovi¨¦ticos y afganos de 1986, y Sin la sombra de las torres, del autor de Maus Art Spiegelman [Reservoir Books], que ponen de manifiesto un auge inesperado pero necesario del c¨®mic period¨ªstico).
3. El rev¨¦s del mundo
No deb¨ª enrollarme con una moderna, de Sebas Mart¨ªn (La C¨²pula) sigue por su parte la estela del m¨¢s grotesco (y pionero) Ralf K?nig, del que La C¨²pula publica tambi¨¦n Barry Kojonen: como En segundo plano, de Josep Busquet y Pedro Colombo (Di¨¢bolo), ambos libros dan a la observaci¨®n cotidiana un desarrollo narrativo del que carecen otros libros similares como los epis¨®dicos La pelusa de los d¨ªas, de Sole Otero (La C¨²pula), Lola, de la argentina Alejandra Lunik (Lumen), el inteligente No entiendo nada, de Andreu Buenafuente (Reservoir Books), La vida es corta y luego te mueres, de Enric Pardo y Lyona (Reservoir Books), la tercera entrega de la Gu¨ªa del mal padre, de Guy Delisle (Astiberri) y los libros de Mauro Entrialgo C¨®mo caer mal a un artesano (Di¨¢bolo) y?ngel Sefija m¨¢s chulo que un ocho (Astiberri) o la nueva entrega de la serie de Paco Alc¨¢zar Silvio Jos¨¦, posiblemente uno de los retratos m¨¢s desgraciadamente realistas de la Espa?a contempor¨¢nea (Astiberri).
En un semestre de adaptaciones como las de la novela de Ir¨¨ne N¨¦mirovsky Suite francesa a cargo de Emmanuel Moynot (Salamandra Graphic), El para¨ªso perdido de John Milton por Pablo Auladell (Sexto Piso), El hombre que fue Jueves de G.K. Chesterton a cargo de Marta G¨®mez-Pintado (N¨®rdica) y Sukkwan Island de David Vann por Ugo Bienvenu (Norma), fueron publicadas tambi¨¦n obras inclasificables que ponen de cabeza la relaci¨®n subsidiaria de la adaptaci¨®n entre el c¨®mic y la literatura ¡°decente¡±. Es el caso de Mundo loco, del alem¨¢n Atak (Fulgencio Pimentel), que podr¨ªa ser un libro para ni?os pero posiblemente sea, en su demostraci¨®n de que un mundo ¡°al rev¨¦s¡± no ser¨ªa peor que aquel en el que vivimos, una invitaci¨®n a la acci¨®n pol¨ªtica, Souffl¨¦, de Cristian Robles (La C¨²pula),?Oh diab¨®lica ficci¨®n!, de Max (La C¨²pula), el surrealismo de 5 excelentes razones para sacudirle a un delf¨ªn en los morros, de The Oatmeal (Astiberri) y Los traviesos, de Marion Fayolle (N¨®rdica), as¨ª como la paremiolog¨ªa literal de Cagando leches, de H¨¦lo?se Guerrier y David S¨¢nchez (Astiberri) y Todo el mundo tiene envidia de mi mochila voladora, de Tom Gauld (Salamandra Graphic), unas tiras publicadas originalmente en The Guardian que constituyen una de las formas m¨¢s efectivas de ejercicio de la cr¨ªtica literaria que pueda encontrarse en las librer¨ªas en este momento. La ¡°subversi¨®n del orden¡± propuesta por estos ¨²ltimos t¨ªtulos es, tambi¨¦n, una invitaci¨®n a la lectura.
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