Almod¨®var pone fin a su ¡®Silencio¡¯

A algunas personas que el pasado mi¨¦rcoles paseaban por el madrile?o barrio de Justicia les pill¨® por sorpresa la parafernalia montada esa tarde en las calles de Fernando VI y Regueros. No como a buena parte de los vecinos, conocedores de lo que pasaba. Un cartel preven¨ªa: ¡°Se rueda. No estacionar por rodaje cinematogr¨¢fico¡±. Casi un centenar de personas, entre actores y equipo t¨¦cnico, disfrazaban el entorno de ambiente ochentero. Y, en medio de ese ordenado caos, el cineasta. ¡°?De verdad est¨¢ grabando Pedro Almod¨®var?¡±, preguntaba entusiasmado un matrimonio al pasar, casi cegado por los focos. Iban a cenar, pero antes quer¨ªan atisbar al director, tocado con sombrero, que daba indicaciones a los miembros del equipo.

Son los ¨²ltimos d¨ªas del rodaje de Silencio, vig¨¦sima pel¨ªcula del director, protagonizada por Emma Su¨¢rez y Adriana Ugarte. Cuando el pasado mayo comenz¨® a rodar, el cineasta defini¨® su filme como ¡°un drama sombr¨ªo de universo femenino¡±. Narra las vicisitudes de una mujer que durante tres d¨¦cadas sufre el abandono de personas importantes en su vida. El reparto est¨¢ repleto de caras femeninas: Rossy de Palma, Inma Cuesta, Nathalie Poza, Michelle Jenner, Priscilla Delgado, Susi S¨¢nchez, Pilar Castro... Daniel Grao, Joaqu¨ªn Notario y Dar¨ªo Grandinetti son los actores. El pasado mi¨¦rcoles solo estaban Su¨¢rez y Grandinetti.

¡°Es un viernes por la noche, ven¨ªs de un garito y os salud¨¢is¡±. Son las indicaciones del equipo a los figurantes, ataviados con ropa de la ¨¦poca de la Movida madrile?a. ¡°Parece que llevo un cuadro de Picasso¡±, comentaba una joven mir¨¢ndose el vestido, ¡°pero la chaqueta de cuero roja me encanta¡±, dec¨ªa mientras acariciaba la prenda, como si fuera una reliquia. De repente, un grito: ¡°?Preparados? Acci¨®n¡±.

En otro plano diferente, todas las miradas se dirig¨ªan a la protagonista: una mujer paseaba entre las c¨¢maras con aire taciturno. Uno, dos, hasta tres coches pasaron delante de ella antes de que se dirigiese a su apartamento. Despu¨¦s, los veh¨ªculos daban marcha atr¨¢s y repet¨ªan la escena. ¡°La actriz es Emma Su¨¢rez¡±, le dec¨ªa una se?ora a su amiga.

An¨¦cdotas para todos

La calle de Fernando VI ni siquiera estaba cortada, pero en sus aceras se filmaban los exteriores. Los interiores se grabaron en el edificio alquilado en el n¨²mero 19 de esa calle, repleta de restaurantes y tiendas de delicatessen. Horas antes de acabar la grabaci¨®n, un miembro del equipo recordaba detalles de todo el trabajo: ¡°El despliegue de luces ha sido espectacular. Hace unas semanas, hab¨ªa una gr¨²a enorme que desde fuera iluminaba todo el interior del edificio. A m¨ª me recordaba a La ventana indiscreta¡±.

El cineasta ha definido la cinta como ¡°un sombr¨ªo drama femenino¡±

Quienes ten¨ªan vistas privilegiadas del rodaje, que finaliz¨® el pasado viernes, eran los vecinos. Pese a alguna molestia, parec¨ªan encantados. Uno de ellos contaba ilusionado a una amiga que hace 20 a?os actu¨® como extra en otro filme de Almod¨®var, La flor de mi secreto. ¡°Aparezco en la manifestaci¨®n de los m¨¦dicos. Entonces ten¨ªa 24 a?os, c¨®mo pasa el tiempo. Nos trataron genial y hab¨ªa barra libre de agua y bocadillos¡±, rememoraba sonriente.

¡°En esa fruter¨ªa entr¨® Almod¨®var y compr¨® picotas, peras y melocotones¡±, dec¨ªa Shiraida P¨¦rez, dependienta de un comercio de la zona.

Al encargado de un bar, el escenario cinematogr¨¢fico le divert¨ªa solo a medias. Por un lado, hab¨ªa hecho fotos con el m¨®vil y contaba que una chica hab¨ªa estado persiguiendo al director para que le hiciese una prueba. Pero tambi¨¦n se hallaba algo molesto: ¡°Solo pueden aparcar ellos en la calle, ?como si fuera de su propiedad! Con tanto foll¨®n por las noches, la gente casi no entra en el bar. Un d¨ªa vino Almod¨®var con unos cuantos a tomar algo, pero tuvieron que marcharse. Eran las cuatro y media y ya ¨ªbamos a cerrar¡±.

Todos los comerciantes parecen tener una an¨¦cdota del rodaje, como Paloma Gonz¨¢lez, una de las responsables de una tienda de ropa: ¡°Nos pidieron si pod¨ªamos cambiar el vestuario de los escaparates por modelitos de los ochenta¡±. Alguien le pidi¨® a una se?ora que esperase sin cruzar la calle dos minutos para grabar una escena. Caso omiso. Con gorro de lana pese al calor, pas¨® refunfu?ando con su carrito de la compra por todo el escenario de Silencio.